Declaración

Presidenta del CICR: "Ayudar a Siria a resurgir del ruinoso abismo de la guerra es un interés y una responsabilidad compartidos"

The Ninth Brussels Conference

Discurso de Mirjana Spoljaric
Solidaridad con Siria: Novena Conferencia de Bruselas
17 de marzo de 2025

Excelencias, señoras y señores:

Siria está atravesando un momento histórico. La paz es posible.

Con paz, se puede construir un futuro para los sirios que sea estable, con viabilidad económica y sin miedo. 

No obstante, en la reciente ola de violencia que tuvo lugar en la zona costera vimos lo frágil que es el camino hacia la paz en Siria. Personas civiles que huyen de su casa, hospitales abarrotados de pacientes heridos y fallecidos, familiares en una búsqueda desesperada de sus seres queridos. 

Ayudar a Siria a resurgir del ruinoso abismo de la guerra es un interés y una responsabilidad compartidos. Es un objetivo alcanzable, pero requiere del compromiso renovado de sus líderes con el respeto del derecho internacional, además del apoyo sostenido de la comunidad internacional.

Los últimos 14 años de conflicto armado en Siria son un claro recordatorio de las devastadoras consecuencias de librar una guerra sin reglas y sin límites. Ciudades en ruinas, infraestructura esencial colapsada y vidas transformadas de manera irremediable. 

El pánico y la fragmentación sembrados en toda la sociedad siria no serán fáciles de reparar. No obstante, tengo la seguridad de que el respeto del derecho internacional humanitario es esencial para sentar las bases de la paz.  

Cuando se respetan, las normas y principios acordados internacionalmente garantizan que a todas las personas civiles –independientemente de dónde hayan nacido o de qué lado de la línea del frente vivan– les correspondan las mismas protecciones ante la ley. 

Por ende, las personas civiles y la infraestructura de la cual dependen, como la presa de Tishrin o la planta de suministro de agua de Alouk, deben protegerse y mantenerse en pie. La asistencia humanitaria debe llegar a quienes que la necesitan. Las personas detenidas deben recibir un trato digno. 

Defender estos principios allana el camino hacia la paz y la reconciliación; por el contrario, al pasarlos por alto se genera más caos y divisiones. 
Las consecuencias de abandonar la humanidad en la guerra afectan a generaciones y generaciones de sirios. Los familiares de las personas desaparecidas seguirán viviendo con un trauma sin resolver a menos que colaboremos todos para darles respuestas. 

Hoy, el Comité Internacional de la Cruz Roja gestiona alrededor de 30.000 casos de personas desaparecidas en Siria. Más de 2.000 de esas personas eran menores de 16 años en el momento de su desaparición. Sabemos que la cifra real es mucho más alta.
 

Es preciso que aprendamos rápidamente del pasado. A principios de este año, visité Siria, donde me reuní con familiares de personas que estuvieron detenidas durante años y hoy se las da por desaparecidas. Se podría haber evitado muchísimo sufrimiento si se hubiese permitido al CICR visitar a todas las personas detenidas, observar en qué condiciones se encontraban y mantener el contacto esencial entre ellas y sus familiares.

Desde diciembre, venimos impulsando la preservación de lugares de sepultura y registros oficiales, y trabajando con especialistas forenses para identificar a las personas fallecidas, entre ellas las que estuvieron detenidas en la cárcel de Sednaya. 

Tenemos una inmensa tarea por delante, que requerirá considerables recursos locales, nacionales e internacionales durante años. No debemos bajar los brazos en nuestro compromiso con las familias. Las respuestas que buscan son vitales para que el país pueda sanar.

Excelencias:

Sería un error, un gran error, recortar la inversión en Siria en este momento.

Desde Alepo hasta Al-Hol, pasando por Damasco e Idlib, los equipos del CICR trabajan por todo el país, codo a codo con la Media Luna Roja Árabe Siria. Día tras día, vemos todo lo que está en juego si la comunidad internacional abandona a Siria en este momento tan crucial.

La asistencia humanitaria sigue siendo un apoyo vital del que dependen millones de personas en el país.  Eliminarla ahora no haría más que profundizar su sufrimiento y retrasar la recuperación del país. 

También tenemos que ayudar a las comunidades sirias a reconstruirse. Reparar la infraestructura, restablecer los servicios esenciales y remover los explosivos sin detonar de las superficies contaminadas contribuye a que las condiciones sean más seguras y dignas para que la población pueda permanecer en un lugar o volver a él, si así lo deciden.

Los Estados también deben seguir revisando permanentemente las políticas de sanciones y las medidas restrictivas para seguir facilitando la asistencia humanitaria y la prestación de servicios esenciales.

Reducir los presupuestos para la asistencia implica que las organizaciones que brindan esa asistencia se verán obligadas, cada vez más, a enfrentar decisiones imposibles de tomar. Si los Estados reducen la financiación, deberán aumentar su inversión en la paz. 

Muchas gracias.