Irak: capacitación de técnicos para garantizar el suministro de agua en zonas rurales

09-04-2013 Reportaje

Resulta muy dificultoso obtener agua en las zonas rurales de Irak. La sequía, la disminución del nivel de los ríos Tigris y Éufrates, los bajos niveles freáticos, el uso excesivo y el precario mantenimiento de los sistemas de suministro son factores que contribuyen a la escasez de agua. Para empeorar la situación, los técnicos a menudo no cuentan con suficiente capacitación, lo que también redunda en fallas en el suministro. En respuesta a estas dificultades, desde 2011 el CICR ha brindado capacitación a 285 técnicos especializados en la materia en el sur de Irak.

Abu Aisa es una pequeña aldea a orillas del Éufrates, a quince kilómetros de Nayaf, en el sur de Irak. Sus 2.000 habitantes cultivan viñedos y frutales, pero cada vez más pobladores están abandonando la actividad agrícola.

La aldea sufría cortes frecuentes del suministro de agua, especialmente en el verano. Mohamed Muhsen Jabr es un hombre ya maduro, oriundo de la aldea. Hasta hace poco ha tenido que acarrear agua del río tres o cuatro veces al día. “Todas nuestras actividades cotidianas eran muy complicadas: ducharse, lavar la ropa, limpiar la casa, todo”.

Husein, adolescente, también recuerda haber tenido que acarrear agua del río. “Usábamos agua del río sólo para lavar la vajilla y la ropa. Nunca para beber o cocinar”, explica. Las familias de Abu Aisa no confían en el agua del grifo para beber. Compran agua filtrada, por la que deben pagar 500 dinares (50 centavos de dólar) por 20 litros de agua en los negocios.

Abu Aisa se provee del agua del Éufrates, y las fallas en el sistema provocaban frecuentes cortes de suministro. Hasen Abdfel-Amir opera la unidad de tratamiento de agua en Abu Aisa, que bombea agua del río y la somete a tratamiento antes de su distribución a la red de la aldea. “A veces, una reparación tomaba varios días hasta recuperar el flujo normal”, relata. “Cada vez que fallaba una pieza del equipo, debíamos llamar al personal de mantenimiento, que trasladaba la pieza a Nayaf para su reparación”.

La escasez de personal técnico calificado incide directamente en la efectividad de la infraestructura hídrica de Irak. El problema comenzó a principios de la década de 1980, durante la guerra con Irán, cuando fue reclutada la mayor parte del personal especializado de las centrales de agua. Algunos permanecieron en el ejército por hasta diez años, muchos murieron en los enfrentamientos y otros se retiraron al finalizar la guerra.

A partir de 2003, las autoridades comenzaron a construir nuevas instalaciones de provisión de agua para satisfacer la demanda y, hasta 2011, llegaron a montar unas 400 en el sur de Irak.  Pero el personal capacitado era muy escaso como para hacerlas funcionar adecuadamente.

Desde 2009, el CICR ha construido o reparado 30 unidades de tratamiento de agua en el sur de Irak. Pero, una vez más, pronto nos percatamos de que la falta de capacitación provocaba problemas técnicos y de mantenimiento en algunos lugares.

“El personal que maneja las máquinas necesita una serie de conocimientos básicos para operar correctamente las instalaciones, mantener la calidad del agua y evitar los cortes de suministro”, explica Imad Chiri, el ingeniero del CICR a cargo de los proyectos relativos al agua en el sur de Irak. “Deben ser capaces de operar el sistema de dosificación mecánica que agrega sulfato de aluminio y cloro al agua bombeada en las fuentes y deben poder resolver los problemas mecánicos y eléctricos más comunes, sin la asistencia de un ingeniero”. Los operarios en las zonas rurales del sur no contaban con tales conocimientos, especialmente en cuanto a la dosificación y las fallas eléctricas. Tampoco tenían el conocimiento indispensable para resolver los procedimientos de mantenimiento y las precauciones de seguridad.

Desde 2011, el CICR ha venido trabajando con las direcciones de administración de aguas del sur de Irak, para la implementación de programas de capacitación técnica en Nayaf, Babil, Karbala, Basora, Muthanna, Thi Qar y Missan.  Los cursos fueron dictados por la Universidad Tecnológica de Basora, el Instituto Técnico de Nayaf, la Universidad de Karbala y la Universidad de Babilonia. Se capacitó a 285 operarios de unidades de tratamiento de agua de áreas rurales y distantes, que fueron instruidos en el manejo de soldaduras, mantenimiento y electricidad.

Abdul Kadhim Al Yasiri es el eector del Instituto Técnico de Nayaf. Tras el curso de diez días realizado en septiembre pasado en Nayaf, expresó: “La capacitación prestada por el CICR realmente marcó una diferencia, ya que ahora un técnico es capaz de reparar una bomba de agua rota o un sistema de dosificación de cloro, sin tener que esperar la llegada de un ingeniero”.

En este curso, quince técnicos aprendieron a reparar bombas, realizar reparaciones eléctricas y asegurar la correcta dosificación de los componentes químicos. También recibieron entrenamiento en temas de salud y seguridad. Según Ali Husein Darweesh, ingeniero supervisor de proyectos hídricos en la zona de Abbasiyah, “a partir del curso, los operarios ya no necesitan asesoramiento para cada problema que surja. Pueden organizar mejor su trabajo diario y, como resultado, el suministro de agua limpia a la población es más confiable.”

En Abu Aisa las cosas son ahora más fáciles para Mohamed Muhssen Jabr. “Tenemos menos cortes de agua. ¡Con sólo girar el grifo, el agua sale normalmente!”

Fotos

Un operador repara una bomba en la planta de tratamiento de agua que abastece a la aldea. 

Al-Barakiya, cerca de Aissa, sur de Irak.
Un operador repara una bomba en la planta de tratamiento de agua que abastece a la aldea.
© CICR / A. AlSaàte

Los operadores comienzan a poner en práctica las medidas sanitarias y de seguridad que aprendieron durante el curso de formación del CICR. 

Instituto Técnico de Nayaf, Irak.
Los operadores comienzan a poner en práctica las medidas sanitarias y de seguridad que aprendieron durante el curso de formación del CICR.
© CICR / A. Mahdi

Un operador verifica el sistema eléctrico de la planta de tratamiento de agua que abastece a la aldea. 

Al-Barakiya, cerca de Aissa, sur de Irak.
Un operador verifica el sistema eléctrico de la planta de tratamiento de agua que abastece a la aldea.
© CICR / A. AlSaàte

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