Página archivada:puede contener información desactualizada

Uganda: un embarazo ensombrecido por el VIH y, a pesar de todo, una sonrisa

19-05-2008 Reportaje

Margret Achieng es VIH positiva y está a punto de dar a luz. Sin embargo, gracias a un nuevo programa que se lleva adelante con el apoyo del CICR, su bebé debería nacer libre de la infección. Informe de Iolanda Jaquemet desde el norte de Uganda.

Margret Achieng* recuerda bien el día en que la enfermera le dijo que estaba infectada con el virus del VIH. La joven de 23 años se había sometido al examen para mujeres embarazadas recientemente introducido en el centro de salud de Bibia, una de las clínicas en el norte de Uganda que recibe apoyo del CICR: " Me sentí muy triste cuando me lo dijeron " , dice, jugueteando nerviosamente con un trozo de hilo azul.

En el umbral de una cabaña vecina, su suegra cocina mandioca, mientras dos patos se pasean por los alrededores. La hija de Margret, Grace Apio*, de cuatro años, corretea alegremente por la cabaña.

Margret creció aquí, en el vasto campamento de Bibia para personas desplazadas, a sólo siete kilómetros de la frontera con Sudán. En el punto álgido de las hostilidades entre el Ejército de Resistencia del Señor y el Gobierno de Uganda, el centro de salud había cerrado sus puertas. Sin embargo, en este lugar se refugiaron los miembros de la familia que habían quedado con vida tras la muerte del padre, del tío y de la tía de Margret. En ese momento, era muy joven, dice Margret, " tanto, que no puedo comparar; no recuerdo otra cosa que este campamento " .

 
  Un tratamiento sencillo mantiene al bebé a salvo del VIH  

Ya avanzado su embarazo, Margret acudió al centro de salud para examinarse, vacunarse y recibir " los mosquiteros que proporcionan a las embarazadas y también a los esposos que las acompañan " . Se sometió al examen de VIH, que se realiza de forma voluntaria, de conformidad con una política nacional. Al conocer el resultado, pidió a su marido que se sometiera al examen, pero él se negó. 

Sin embargo, su hijo puede salvarse de la infección gracias a un tratamiento relativamente sencillo. " Estas madres deben tomar niverapina algunas horas antes del parto, a fin de evitar transmitir el virus al recién nacido " , explica Florence Aneko Ogwang, colaboradora a cargo de la salud reproductiva en las oficinas del CICR en Gulu. " Y el bebé debe recibir jarabe de niverapina dentro de las 72 horas posteriores al parto " .

Según muchas parteras, el personal médico " lucha " por convencer al mayor número posible de mujeres, sean seropositivas o no, de dar a luz en los centros de salud. Por si no les fuera posible acudir a la clínica, sea porque el trabajo de parto tiene lugar de noche, cuando nadie se atreve a desplazarse, o por otras razones, las madres infectadas de VIH reciben una dosis de niverapina para tenerla en el hogar, y se les explica por qué es indispensable que traigan al bebé a la clínica antes de que haya transcurrido el período de 72 horas.

Hay un problema más. En teoría, las madres infectadas no deberían amamantar, porque su leche puede transmitir el virus. Pero, explica Florence Ogwang, " a raíz del nivel de pobreza en esta zona, casi no hay otras opciones " . Además, el riesgo letal de la diarrea, causado por el uso de agua contaminada en la preparación de la leche maternizada, es objetivamente mayor que el riesgo de transmitir el virus a través de la leche materna.

  Evaluar los riesgos  

     

Tras evaluar los riesgos, " aconsejamos a las madres amamantar a sus bebés durante 4 meses y después pasar directamente a los alimentos sólidos " , añade Florence Ogwang. La alimentación no debe ser mixta, ya que, en caso de diarrea causada por alimentos sólidos, la inflamación en los intestinos del bebé facilita la transmisión del virus del VIH contenido en la leche de la madre.

El plan de examen y tratamiento (denominado Prevención de la transmisión de madre a hijo) se ha introducido recientemente en tres de los catorce centros de salud que el CICR apoya en el norte de Uganda; próximamente, dos centros más incorporarán el plan.

Margret Achieng espera dar a luz " en cualquier momento. Me dijeron que debía dar a luz en el centro de salud y procuraré hacerlo " . ¿Cómo se siente ahora? " No tan triste como estaba al principio, porque la enfermera me explicó que me darán un medicamento antes y después del parto, y que mi hijo no se infectará con VIH " . ¿Espera tener un varón, después de Grace Apio? Una sonrisa ilumina su bonito rostro, y responde: " Aceptaré lo que Dios me dé " .

  El "equipo para mamás"  

Una hoja de afeitar limpia, algodón, desinfectante, un buen trozo de tela para cubrir a la madre después del parto, una sábana de plástico para proteger la cama y, lo más importante, una toalla de buena calidad: estos artículos forman el " equipo para mamás " que el CICR distribuye entre los centros de salud a los que presta apoyo. " El objetivo es lograr que el parto tenga lugar en condiciones seguras e higiénicas " , explica Florence Aneko Ogwang, colaboradora del CICR. La hoja de afeitar limpia para cortar el cordón umbilical es un elemento clave para lograrlo. En casa, el cordón suele cortarse con un cuchillo u hoja de afeitar sucios, lo que aumenta el riesgo de que el bebé contraiga infecciones postnatales.
 

Pero lo que más les gusta a las madres son las grue sas toallas y los jabones. " Un jabón como éste cuesta 2.500 chelines ugandeses (1,60 dólares EE.UU.); casi ninguna madre en esta región puede permitirse ese gasto. Con ese jabón pueden lavar a los bebés durante dos meses " , dice Florence Ogwang. En un país que exhibe una de las tasas de natalidad más elevadas del mundo, con un promedio de 6,7 hijos por mujer, es indispensable que las mujeres den a luz en condiciones seguras.
 

Aunque la mayoría de las mujeres en la región norte de Uganda sigue dando a luz en el hogar, la proporción de nacimientos en los centros de salud es cada vez mayor. Un factor que influye en esta tendencia es la existencia de mejores instalaciones, como las maternidades que construye o rehabilita el CICR. Los " equipos para mamás " son otro aliciente. En el centro de salud de Arum, Samson Ocaya, el funcionario a cargo de la clínica, dice: " Empezamos nuestro trabajo en condiciones de mucha pobreza. Pero, poco a poco, el número de partos ha aumentado; el mes pasado, tuvimos 67. ¡Nuestras parteras ya no tienen tiempo para dormir! "
 

En la maternidad de Arum, Grace Akot descansa en una cama cubierta con la sábana de plástico amarilla proporcionada por el CICR, con su hijo recién nacido en brazos. Grace tiene 24 años y éste es su tercer bebé. Dice Grace: " Ésta es la primera vez que doy a luz en una clínica. Sé que es más seguro aquí. Y además, me alegró mucho recibir el " equipo para mamás " .

* Los nombres han sido modificados.



Secciones relacionadas