2022: el trabajo humanitario del CICR en México y América Central

  • No todas las consecuencias de la violencia son visibles. El debilitamiento del tejido comunitario, las afectaciones a la salud mental o la falta de acceso a servicios médicos y de educación son algunas de las consecuencias que enfrentan las comunidades afectadas por la violencia. En El Salvador trabajamos de la mano con ellas y con la Cruz Roja Salvadoreña para hacer frente a los impactos de la violencia.
    Ricardo Peña/CICR
  • Pedro tuvo que dejar su casa para huir de la violencia. Cuando eso pasó, el CICR le ayudó a encontrar un lugar seguro para él y su familia, y le apoyó con capital semilla para echar a andar un negocio que se consolida poco a poco gracias a su esfuerzo. En Honduras apoyamos 18 proyectos que benefician a 60 personas desplazadas internamente por la violencia. Trabajamos con ellas para protegerlas y encontrar alternativas que les permitan ser autosostenibles y tener una vida digna.
    CICR
  • Las personas migrantes enfrentan múltiples riesgos en su camino. Como parte de nuestra acción humanitaria conversamos con ellas sobre sus necesidades de protección y les entregamos información para cuidarse en la ruta y acceder a servicios humanitarios. Lo hacemos de la mano con nuestros Socios Nacionales de la Cruz Roja y con distintos albergues a lo largo de la ruta.
    CICR
  • Las personas fallecidas tienen derecho a ser identificadas y restituidas de forma digna a sus seres queridos. En México impartimos un taller de arqueología forense a 25 peritos de Guerrero, Jalisco, Veracruz, Guanajuato y Baja California con el objetivo de promover buenas prácticas para la prospección y excavación de fosas, recuperación de cuerpos, documentación y la atención a colectivos de familias de personas desaparecidas.
    CICR
  • Al menos 2,050 familias en El Salvador reportaron la desaparición de un ser querido en la ruta migratoria. La necesidad de saber dónde están las ha llevado a ellas y a miles de familias centroamericanas a buscar en México y en la frontera sur de Estados unidos. En El Salvador organizamos un encuentro para fortalecer los conocimientos que las ayuden en su búsqueda y para que pudieran intercambiar experiencias sobre sus retos y necesidades.
    CICR
  • Las heridas no se curan con el tiempo, sino con respuestas. En el marco del 30 de agosto, Día internacional de las personas desaparecidas, realizamos diferentes acciones para acompañar a las familias en la búsqueda de sus seres queridos y para contribuir a fortalecer sus redes de solidaridad. En Guatemala organizamos por primera vez una conferencia que reunió a 45 familiares de personas desaparecidas de Honduras, El Salvador, México y Guatemala.
    CICR
  • “Perder a un hermano es lo más terrible que hay en la vida”. Nestor busca a su hermano William desde el 20 de septiembre de 2018. Como él, miles de niños, niñas y adolescentes sufren la desaparición de un ser querido, y su dolor es muchas veces silencioso. Desarrollamos una guía para visibilizar los impactos y las necesidades de las niñas, niños y adolescentes a raíz de la desaparición de un ser querido.
    CICR
  • En 2004 Santiago Zeferino decidió migrar hacia Estados Unidos: quería darle otro rumbo a su destino porque sentía que en su país ya no podía prosperar. Logró montarse en el tren que cruza el territorio mexicano, pero unas personas armadas con machete provocaron que se cayera y perdió una pierna. Santiago ha retomado sus proyectos con apoyo del programa de rehabilitación del CICR y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja para México y América Central. En su trayecto las personas migrantes enfrentan diversos peligros, uno de ellos es sufrir una amputación, ya sea por algún accidente o por ser víctimas de la violencia armada. Es un imperativo humanitario proteger a las personas migrantes en la ruta.
    Ana Langner/CICR
  • El Congreso Nacional de Honduras aprobó en diciembre la Ley para la prevención, atención y protección de las personas desplazadas internamente. En este país más de 247.000 personas han sido desplazadas internamente por la violencia. Esta ley, que responde a las recomendaciones que organismos internacionales y de derechos humanos y humanitarios, entre ellos la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), establece una base para atender de forma estructural las consecuencias humanitarias del desplazamiento.
  • Sin importar el tiempo transcurrido, las personas fallecidas tienen derecho a ser tratadas e inhumadas de forma digna. En Chel, Guatemala, acompañamos la inhumación de 23 personas fallecidas durante el conflicto armado interno en el país. Dos de ellas fueron identificadas y restituidas a sus seres queridos. Las demás personas fueron inhumadas de forma individualizada, dando la posibilidad de ser reclamadas por sus familias en el futuro.
    James Rodríguez/CICR