Cincuenta años de ocupación: ¿hacia dónde vamos?

02 junio 2017
Cincuenta años de ocupación: ¿hacia dónde vamos?
Niños cerca de la barrera de Cisjordania, Jerusalén Oriental, 2006. CC BY-NC-ND / ICRC / Alan Meier

En los próximos días, los palestinos llegarán a medio siglo de vida bajo la ocupación militar más largamente sostenida de la historia contemporánea.

A lo largo de este periodo, los efectos de las políticas de ocupación han agravado los problemas humanitarios que afrontan millones de palestinos en su vida cotidiana y que les niegan toda esperanza. A su vez, los israelíes se han visto afectado por la permanente inseguridad.

Lo más importante ahora es considerar qué medidas es necesario adoptar para restablecer y mejorar las condiciones de vida de la población afectada, con miras a garantizar el respeto de sus derechos básicos y de ofrecerle la perspectiva de una solución política al conflicto que sea duradera y sostenible. Para ello, no solo es necesario atender los síntomas, sino también las causas subyacentes del conflicto.

En opinión del CICR, una de las claves para hallar una solución reside en reconocer y aplicar el DIH en todo el territorio palestino ocupado, sobre el cual Israel ejerce autoridad, ante todo el Reglamento de La Haya y el Convenio de Ginebra IV, que ofrece un marco fundamental para garantizar el respeto de la vida y la dignidad de las personas que viven bajo una ocupación.

Dado el carácter único y universal del derecho internacional humanitario (DIH), es una obligación jurídica de todas las partes en los conflictos, sin excepción, respetar y hacer respetar sus normas. Por consiguiente, el derecho soberano de Israel de resguardar sus intereses legítimos en materia de seguridad debe equilibrarse con su obligación jurídica fundamental de administrar positivamente los territorios que ocupa y de satisfacer las necesidades específicas de la población palestina.

El establecimiento y la expansión de los asentamientos a lo largo de muchos años, así como el trayecto del muro de Cisjordania, en contravención del DIH, han alterado profundamente el panorama social, demográfico y económico de Cisjordania en detrimento de la población palestina, ya que se ha obstaculizado el desarrollo del territorio como una nación viable y se han socavado sus perspectivas de reconciliación.

Si bien cada una de estas políticas tiene consecuencias humanitarias diferentes y complejas, el rasgo común principal es la pérdida continua de tierra palestina.

En la franja de Gaza, donde Israel mantiene el control efectivo, la ocupación se siente en mayor medida a través de los efectos del cierre, con un estricto control de las fronteras terrestres y marítimas que limitan los movimientos y el acceso, lo que atenta contra el desarrollo socioeconómico de la región.

A lo largo de los últimos cincuenta años, el CICR se ha esforzado por cumplir su misión humanitaria en Israel y el territorio palestino ocupado. Para ello, ha prestado asistencia y protección no solo a las personas que viven bajo ocupación, sino también a las personas afectadas en ambas partes del conflicto, con el único objetivo de preservar la dignidad humana y de limitar el sufrimiento.

El CICR ha instado con frecuencia, y lo hace una vez más, a todas Ias partes a que cumplan sus obligaciones y garanticen el respeto del DIH, sin dejar de buscar formas prácticas de mejorar la vida, la salud y la dignidad de todas las personas afectadas.

El CICR reafirma su determinación de mantener un diálogo sincero y efectivo con todas las partes, principalmente un diálogo bilateral y confidencial, con el objetivo de lograr que las políticas y las prácticas estén en consonancia con las disposiciones fundamentales del DIH y, por esa vía, aliviar el sufrimiento de todas las personas afectadas. Pedimos a ambas partes, junto con la comunidad internacional, que no escatimen esfuerzos por alcanzar la paz.