En los últimos doce meses, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha respondido a algunas de las necesidades más urgentes en Ucrania y en países vecinos. Sin duda, ha sido una respuesta de escala mundial, que ha movilizado a 124.000 empleados y voluntarios de todo el mundo para la prestación de socorros y apoyo a la población.
El conflicto armado internacional Rusia-Ucrania ha tenido efectos devastadores en millones de vidas. Unos seis millones de personas se han visto obligadas a desplazarse dentro de Ucrania, mientras que casi ocho millones buscan refugio en otros países. La población civil ha sufrido muertes y heridas. Obras de infraestructura esencial, como viviendas, escuelas e instalaciones de salud, han quedado destruidas.
En zonas cercanas a la línea del frente, la situación es particularmente extrema y peligrosa. Equipos de la Cruz Roja de Ucrania, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y filiales locales de la Cruz Roja siguen prestando apoyo a las comunidades, mediante la entrega de alimentos, agua potable y asistencia monetaria.
Fuera de las fronteras ucranianas, voluntarios y empleados de la Cruz Roja vienen prestando asistencia de salud, socorros humanitarios, apoyo psicosocial y de salud mental, así como otros servicios, a personas que han huido del conflicto armado.
El último año ha puesto de relieve la fuerza y la resiliencia humanas en todo el país, pero es esencial que sigamos prestando apoyo. Aunque el conflicto armado terminara hoy, las catastróficas consecuencias para la población, la vivienda y la infraestructura esencial demorarían años en repararse.
Nuestra labor como Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está determinada por las necesidades de las personas a las que ayudamos y en conjunto con ellas.
