Si bien las sequías son cíclicas en Somalia, las condiciones que se han dado este año se ven agravadas por las escasas lluvias. Los efectos han sido devastadores para las familias que dependen de la agricultura y la ganadería.
Las organizaciones humanitarias calculan que 6,2 millones de personas —más de la mitad de la población del país— se hallan en situación de inseguridad alimentaria aguda por toda Somalia y que cada vez más niños menores de cinco años van camino a la malnutrición. Jordi Raich, jefe de las operaciones del CICR en Somalia, advierte que la tendencia es muy similar a la crisis alimentaria que atravesó Somalia en 2011, por lo cual es preciso responder cuanto antes para evitar un desastre.
