La cantidad de personas que enfrentan los peligros de las minas y de las municiones sin estallar ha aumentado en relación con los últimos dos años debido a los enfrentamientos en Ucrania y Etiopía, que han contaminado grandes superficies en barrios y en tierras agrícolas.
Las lesiones que han alterado la vida de tantas personas demuestran que realizar actividades cotidianas como plantar un huerto o incluso caminar por la propia comunidad entrañan un nivel de riesgo mortal. Los niños son particularmente vulnerables a los daños que causan estas armas explosivas.
Los efectos de las minas terrestres y los restos explosivos de guerra en las personas que viven en zonas contaminadas, regresan a ellas o las transitan perdurarán durante años. Se necesitan más recursos financieros y equipos para retirar los artefactos sin estallar y educar a las comunidades sobre cómo protegerse.
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Jason Straziuso, CICR Ginebra,
+41 79 949 3512 or jstraziuso@icrc.org