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El respeto de la ética es central para proteger la asistencia de salud

El 3 de octubre de 2015, fue bombardeado el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán. Treinta personas murieron, incluidos trece trabajadores de la salud, y treinta y siete resultaron heridas. MSF declaró que la Coalición y funcionarios afganos estaban informados de la ubicación del hospital y pidió que se iniciara una investigación oficial e independiente del ataque que nunca debería haberse cometido.

Entre enero de 2012 y diciembre de 2014, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en el marco de la iniciativa "Asistencia de salud en peligro", registró 2.398 incidentes violentos contra los servicios de asistencia de salud en 11 países, en los que más de 4.200 trabajadores de la salud sufrieron agresiones, golpes, torturas, disparos o la muerte en el cumplimiento de su labor. Si ellos son atacados, ¿quién prestará asistencia médica? No tendríamos que estar haciéndonos esta pregunta. El derecho internacional humanitario (DIH) establece que el personal y las instalaciones de salud, así como los vehículos sanitarios que estén cumpliendo exclusivamente tareas médicas deben ser protegidos y respetados.

Cuando se mata a un médico o se encarcela a un enfermero por atender a una persona herida de la "parte opuesta", no solo resulta afectado el médico o el enfermero, sino el mero principio de humanidad que consagran el DIH y los principios éticos de la asistencia de salud. Pero ¿cómo podemos garantizar el respeto del principio de humanidad? Los profesionales de la asistencia de salud, así sean civiles o soldados, deben conocer sus derechos y sus responsabilidades, y asegurarse de que todos los pacientes sean tratados en función de criterios médicos solamente. Pero, para ello, los demás también deben respetar su ética médica.

La iniciativa "Asistencia de salud en peligro", que celebra su cuarto aniversario este año, con todo tino ha resaltado el respeto de la ética médica como un elemento central de la protección de la asistencia de salud. Este boletín da cuenta de algunos logros recientes: el Modelo de Declaración Unilateral, con el que los grupos armados no estatales pueden expresar formalmente su compromiso de respetar y proteger la asistencia de salud (p. 3); el manual de formación actualizado del ejército de Liberia que incluye procedimientos operacionales para proteger los servicios de asistencia de salud (pp. 4 y 5); y talleres para médicos militares sobre cómo resolver los dilemas éticos que se les presentan en el terreno, de modo de garantizar la seguridad de los pacientes (p. 7). 

Esta valiosa labor debe continuar. En diciembre, representantes de los Gobiernos y del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se reunirán en Ginebra para la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Tendrán entonces la oportunidad de reafirmar su compromiso con el principio de humanidad, contraído por primera vez hace 151 años. Será también una ocasión valiosísima para recalcar la importancia de la ética médica.

Doris Schopper
Directora del Centro de Ginebra para la Educación y la Investigación
en Acción Humanitaria
Miembro del Comité Internacional de la Cruz Roja