Artículo

El Salvador: (Re) empezar

La decisión de emigrar es cada vez menos unicausal y también cada vez menos voluntaria. Para muchos migrantes, es el resultado de la ausencia de opciones personales de desarrollo en los propios países, o de comprender que el panorama hacia su futuro es incierto, o por la combinación de diferentes factores: necesidad de protegerse de una situación de peligro, por algún desastre natural, por la violencia, por la falta de medios de vida para resolver las propias necesidades básicas y las del grupo familiar, entre otros. Pero, más allá de la motivación o la necesidad de dejar una situación atrás, convertirse en migrante coloca a las personas en condiciones de vulnerabilidad, en la medida que se exponen a dificultades de diferente naturaleza, a la incertidumbre, a la discriminación, a riesgos que incluso, pueden atentar contra su vida.

La necesidad de movilizarse hacia otro país en un anhelo de un nuevo comienzo, de una nueva oportunidad de vida, alejada de la causa de expulsión o de peligro, los obliga a (re) empezar.

Sea cual sea la circunstancia, tomar la decisión de dejar todo atrás e iniciar una nueva etapa no siempre es fácil. Para (re) empezar se requiere valor, determinación y el impulso de buscar una nueva posibilidad para una vida diferente.

En El Salvador, como en muchos países de la región, muchas personas han decidido cruzar una ruta que los lleve a (re) empezar una vida en otro país. Es por ello que el CICR, a través de la exposición fotográfica "(Re) empezar", que se ubica sobre la 49 Av. Sur, en San Salvador, difunde mensajes para que quienes han tomado la decisión de migrar, o consideran hacerlo, lo hagan de manera informada y aseguren la protección de su vida.

Las necesidades de las poblaciones en movimiento son cambiantes en torno al contexto, pero universalmente se han identificado necesidades humanitarias como el acceso a la información, a medidas de autocuidado, al apoyo psicosocial, al restablecimiento de contacto entre familiares, al trato digno, a la solidaridad, entre otras.

Esta exposición tendrá vigencia a partir del 17 de diciembre de 2020, hasta marzo de 2021.

Retratos de la ruta migratoria hacia el norte

Mauricio Cáceres, fotógrafo salvadoreño

Mauricio Cáceres: ganador de dos premios con dos fotografías sobre migrantes- El tercer lugar con Oxfam y el segundo lugar con OIM. Una especialización con un Diplomado sobre migración y desarrollo humano en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", UCA. Autor del libro sobre migraciones titulado "Fronteras Peligrosas".

El fotoperiodista salvadoreño, Mauricio Cáceres, es el autor de las imágenes de la exposición fotográfica "(Re) empezar".

CICR/ M. Cáceres

San Luis Potosí, México. Cerca del albergue La Casa de la Caridad Hogar del Migrante Monseñor Luis Morales Reyes, están las vias del tren, donde los migrantes son esperados por muchos mexicanos con comida, a un lado de la vía férrea. Los voluntarios les tiran bolsas con provisiones y ellos están listos a atraparlas para llevar reservas de alimentos.</h2>

CICR/ M. Cáceres

"Tengo miedo de soltar a un nene y perderlo (al tratar de subir a 'La Bestia', el tren de carga que usan las personas migrantes para cruzar México). Sería la experiencia más horrible", explicó la migrante hondureña Darsy Maribel, en el sur de México.</h2>

Desde hace varios años, recorrí con mi lente fotográfico la ruta migratoria. Me mezclé con mis hermanos salvadoreños y recorrí las fronteras junto a ellos. Documenté con trabajos periodísticos los peligros que ellos viven en ruta como migrantes, e hice temas sobre la mujer migrante, niños migrantes y, el más reciente, que trata sobre la ruta del migrante, un viaje en el que me acompañó el CICR, quienes realizan una gran labor humanitaria con los migrantes a lo largo de la ruta.

CICR/ M. Cáceres

En el albergue Ayuda Humanitaria Emiliano Zapata, Mauricio Cáceres conoció a Edquin Escalante de 23 años. Llora al recordar que dejó a su madre de la que nunca se había separado, pero emprendió su viaje por la necesidad de salir adelante.</h2>

CICR/ M. Cáceres

En el marco de su acción humanitaria en favor de las personas migrantes, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de la región y el CICR impulsan medidas de autocuidado y hacen énfasis en la necesidad de mitigar las consecuencias humanitarias que padece dicha población. Estos folletos gratuitos contienen mensajes de autocuidado para que las personas migrantes tomen en consideración los riesgos de la ruta migratoria y cómo pueden protegerse de algunas situaciones durante el trayecto.</h2>

Mi interés por la migración me ha llevado a escribir un libro, donde profundizo en historias tristes y de superación sobre los salvadoreños migrantes y de todos aquellos centroamericanos que me acompañaron en este recorrido. Además, contar la historia de mi padre, que se fue a Estados Unidos en 1985, en plena guerra, donde uno de los lemas famosos era: "El que se va, nunca vuelve, y el que se queda, lucha", me llevó a conocer la migración como una realidad personal, ya que mi padre nunca más regresó.

CICR/ M. Cáceres

Caborca, una pequeña ciudad al noroeste de Sonora, y con una población de, aproximadamente, 30.000 habitantes, se ubica a 220 kilómetros de la frontera de México con los Estados Unidos, al lado el desierto. En este lugar se estacionan muchos migrantes salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, esperando una oportunidad para cruzar el desierto. Los rieles son sus sillas, en donde disfrutan sus alimentos y recuperan energías.</h2>

CICR/ M. Cáceres

Las madres hacen un papel muy importante cuando van con sus hijos en ruta hacia Estados Unidos. Se vuelven súper protectoras, cuidando de sus pequeños, mientras que su pareja se rebusca por conseguir comida y un lugar dónde dormir..</h2>

Hoy, con esta exposición inédita, que muestro con el apoyo del CICR, quiero mostrar los rostros de nuestros hermanos lejanos, quienes, con mucha valentía, dejan a sus hijos y familia en busca de una mejorar la situación que enfrentan. Con esta muestra fotográfica quiero rendir un homenaje a todos nuestros hermanos salvadoreños y centroamericanos, quienes arriesgando sus vidas y han luchado por cruzar frontera tras frontera sin importar el calor, el frio y hasta la muerte. Son aquellos que han sacado adelante a sus hijos, sus madres y a su familia y también a todos aquellos que quedaron olvidados en el desierto y que nunca se volvieron a ver.

CICR/ M. Cáceres

Tijuana, México. Las familias de personas migrantes que pierden el contacto con ellos pegan sus fotos en los barrotes, con la esperanza de que alguien les brinde información de su ser querido. La pérdida de contacto familiar es un sufrimiento tanto para la víctima como para la familia que se queda en el país de origen. El CICR colabora en la búsqueda de respuestas a las familias sobre el destino de sus seres queridos, y brinda apoyo para ayudarlos a superar problemas psicológicos, socioeconómicos o legales.</h2>

CICR/ M. Cáceres

Una mujer migrante salvadoreña sostiene la bandera de su país en Hermosillo, México. Las personas migrantes, durante su trayecto, siempre se acompañan de algún objeto que las haga sentir cerca de su casa y de su familia: banderas, salmos bíblicos, fotos, prendas personales o cartas son algunas de los objetos que suelen llevar en sus maletas de viaje. </h2>

Acción del CICR a favor de personas migrantes

La migración es un fenómeno complejo y mundial. Son muchas y diversas las causas de la migración. Pero, cualesquiera que sean las causas por las que abandonan su país, las personas migrantes pueden volverse vulnerables en diferentes etapas de su trayecto. Algunas sufren dificultades que pueden amenazar su vida y afectar su bienestar físico y mental.

En vista del carácter mundial de la migración, el CICR, junto con el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, aprovechan su presencia a lo largo de las rutas migratorias para comprender y atender mejor las necesidades de los migrantes vulnerables y para ayudar a cerrar las brechas existentes en materia de protección y asistencia.

El CICR procura garantizar que todas personas migrantes reciban la protección que les confieren el derecho internacional y las legislaciones nacionales, incluida la protección especial prevista para determinadas categorías de personas, como los refugiados, los solicitantes de asilo y los apátridas.

Mientras que el estatuto jurídico determina los derechos individuales de las personas migrantes, nuestra respuesta se guía por sus necesidades y, por lo tanto, no está condicionada por su estatuto migratorio. Nuestras actividades responden a un cometido estrictamente humanitario y no aspiran a alentar, desalentar o prevenir la migración.

Nuestra labor en favor de los migrantes vulnerables y sus familias se realiza, principalmente, en zonas afectadas por conflictos armados o por otras situaciones de violencia. En todo momento, estamos disponibles para brindar asesoramiento técnico o apoyo operacional a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en nuestros ámbitos de competencia, como el restablecimiento del contacto entre familiares, las visitas a migrantes detenidos y el esclarecimiento de lo sucedido a las personas desaparecidas.

A nivel político, el CICR contribuye al debate humanitario sobre la migración a través de su participación en foros regionales y mundiales, donde aporta su propia comprensión de la experiencia y las necesidades de protección de los migrantes.

Por ejemplo, hemos contribuido a la elaboración del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular y el Pacto Mundial sobre Refugiados. Hemos pedido a los Estados que consideren debidamente los problemas humanitarios que pueden enfrentar las personas migrantes y refugiadas, y sus necesidades de protección en estos procesos, así como el cumplimiento de sus obligaciones internacionales.

Comunicado de prensa

Conoce nuestra campaña regional #MigrarNoEsUnJuego