En el barrio El Progreso de Buenaventura (Colombia), los jóvenes están decididos a cambiar su futuro y el de sus familias por medio de la educación y el deporte.
Allí, algunas zonas están especialmente expuestas a la violencia, lo que obstaculiza gravemente el desarrollo de sus habitantes.
Por eso, el CICR apoya a estas comunidades por medio de proyectos que los empoderen y les permitan elegir otros caminos distintos a las armas. Esta es la historia de una comunidad que ve su futuro en los jóvenes y las oportunidades.