En febrero del 2017, familiares de personas desaparecidas en el Quiché (el departamento más afectado por la violencia de la guerra), fueron convocados por la FAFG, con la esperanza de que pudieran reconocer las pertenencias exhumadas junto a osamentas de víctimas del conflicto.
Posteriormente el CICR ofreció apoyo para la realización de la ceremonia de inhumación de los restos.