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Jordania: refugiados sirios enfrentan otro crudo invierno

A medida que se instala el invierno, miles de refugiados sirios en Jordania saben que sus penurias serán mayores con la caída de las temperaturas. Alojados en campamentos y en comunidades que los albergan, se preparan para otro crudo invierno fuera de sus hogares y procuran encontrar algo de calor.

El frío empeora nuestras penurias.

Abu Mohamed y Um Jasem, dos refugiados sirios alojados en la gobernación de Madaba, comparten sus experiencias mientas enfrentan su tercer invierno en Jordania.

Um Jasem

Um Jasem con su hijo Jasem. / CC BY-NC-ND /CICR

"Enterré parte de mi corazón en Dara'a," solloza Um Jasem, de 26 años de edad. "Poco tiempo después de dar a luz a mi bebé en diciembre de 2012, su salud desmejoró. Nuestro pueblo estaba sitiado y no pude llevarlo a ningún hospital. Cuando finamente logramos salir del pueblo y llegar a un hospital, lo declararon muerto. Falleció ante mi vista. Faisal tenía solo cuatro meses de edad."

"Sufrí todo tipo de penurias en Siria, pero la muerte de Faisal marcó un punto de quiebre. Sentí que era necesario huir."

Rememorando con tristeza aquel período, Um Jasem explica: "Viví con constante temor durante mi embarazo y al dar a luz. Recuerdo lo difícil que fu, no tener suficiente dinero para comprar leche o pañales para mi bebé."

... no nos alcanza para comprar una garrafa de gas para la estufa, así que nos cubrimos con mantas

A comienzos de 2013, Um Jasem, su esposo y sus dos hijos ingresaron en Jordania. Allí Um dio a luz a Ahmed, otro varón.

Al describir la vida de refugiados para una familia de cinco miembros, declara: "Nuestra mayor preocupación no es la comida, tampoco el agua. Lo que más nos preocupa es el invierno que se avecina, y la falta de medios para enfrentarlo".

"El invierno pasado recibimos unas mantas y una estufa a gas. Pero no nos alcanza para comprar una garrafa para la estufa, así que nos cubrimos con mantas."

"Esta no es la vida que deseo para mis hijos. No elegimos ser refugiados, pero al menos es mejor que perder la familia y la propia vida en un bombardeo..."

Abu Mohammed

"No quise perder a mis cinco hijos en esta guerra feroz", relata Abu Mohamed con voz entrecortada. Tiene 40 años de edad y proviene de Dara'a, Siria.

"Huí con mi familia hacia Jordania a fines del 2012. Permanecí cuatro meses en el campamento de Zaatari, antes de trasladarme a la gobernación de Madaba, donde tengo parientes. El perfume del aire de aquí me recuerda a mi pueblo natal, pero la vida diaria es una lucha.

Abu Mohamed recibe de un voluntario de la Media Luna Roja de Jordania un paquete de alimentos y un estuche con artículos de aseo.

"Ser refugiado implica penurias sin fin. Mi esposa y yo hemos agotado nuestros ahorros, y aun así apenas podemos pagar el alquiler de nuestra casa, que está en estado ruinoso."

"El frío empeora nuestros padecimientos.", continúa diciendo. "No tengo dinero para comprar una estufa. Cuando realmente hace frío, nos cubrimos con mantas, pero no nos abrigan lo suficiente. Al menos en verano es más soportable..."