“Jugando nos acompañamos”: niñas, niños y adolescentes enfrentan la desaparición de un ser querido

  • Las niñas, niños y adolescentes que tienen a un familiar desaparecido a menudo enfrentan un dolor silencioso. Ellos merecen saber la verdad, adaptada a su edad y comprensión. Esto es fundamental para su bienestar emocional, ya que, de lo contrario, crecen con la idea errónea de que han sido abandonados o de que sus padres prefieren estar trabajando en vez de estar en casa con ellos, y frecuentemente se culpabilizan por su ausencia.
    CICR/Rodrigo Cruz
  • Muchas veces, las infancias son invisibilizadas social y comunitariamente e incluso en su propia familia. Esto sucede debido a que, en el imaginario social, se piensa que las personas que buscan a un ser querido o que enfrentan este sufrimiento son principalmente adultas. Esto se refleja en espacios, talleres, protocolos o guías que normalmente están enfocadas en la atención de las personas adultas
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  • Por ello, talleres como “Jugando nos acompañamos”, que son espacios de apoyo psicosocial a través del juego, se convierten en refugios. Aquí, las niñas, niños y adolescentes encuentran el valor para compartir sus historias y encontrar comprensión y consuelo en la compañía de otros niños que comprenden su dolor. Se dan cuenta de que no están solos y de que hay muchos niños que están pasando por una situación similar, con quienes pueden sentirse identificados.
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  • Las infancias necesitan lugares seguros donde poder compartir y ser sin ser juzgados, ya que muchas veces, por la desinformación o el desconocimiento, los niños también sufren de señalamientos por otros compañeros de clase que los molestan por no tener una mamá o un papá presente.
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  • Para llevar a cabo estos talleres –facilitados por profesionales de la salud mental– es fundamental la participación de las personas cuidadoras de las niñas, niños y adolescentes. Generalmente, este rol asumido por sus abuelas o tías, quienes se convierten en pilares de fortaleza en un mar de incertidumbre; sin embargo, sus trabajos de cuidado a menudo son poco valorados y se dificultan por la falta de redes de atención institucionales que ayuden a cubrir las múltiples necesidades de las niñas, niños y adolescentes.
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  • A través del arte y el juego, los niños encuentran formas de comunicar todo lo que han guardado tras la desaparición de su ser querido. También pueden entender que lo que viven y sienten es normal.
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  • Estos talleres no sólo son brindan herramientas de apoyo para la niñez, sino que también ofrecen a las personas cuidadoras una oportunidad de fortalecimiento. En estos espacios fortalecen habilidades y recursos de afrontamiento, así como aprenden herramientas para acompañar a los niños en su búsqueda de la verdad y de sus familiares desaparecidos.
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  • A partir de estos talleres, el CICR elaboró la guía del taller “Jugando nos Acompañamos”, con el apoyo de las cuidadoras de los colectivos de Guanajuato como Ángeles de pie por ti (Salvatierra) y Mariposas Buscando Corazones y Justicia Nacional, de las psicólogas del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses, de la Red de Psicólogas y Tanatólogas de Guanajuato y de la Unidad de Atención Psicosocial de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato. La guía busca que especialistas en salud mental y personas cuidadoras tengan y puedan difundir herramientas y actividades lúdicas para abordar el tema de la desaparición con niñas, niños y adolescentes.
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  • Cada juego, sentimiento compartido, cada historia y cada experiencia representan una gran oportunidad para las niñas, niños y adolescentes de conocer la verdad, ser escuchados y sobrellevar la ausencia.
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29 abril 2024

La desaparición de una persona es una de las consecuencias más dolorosas de la violencia. No saber dónde o cómo está un ser querido representa una profunda angustia para sus familiares.

A las niñas, niños y adolescentes la desaparición de un familiar les impacta de forma diferenciada: a la angustia de no saber qué ha ocurrido con su ser querido, a menudo se suma un sentimiento de abandono y una sensación de orfandad. Además, en situaciones de violencia, las y los pequeños enfrentan un miedo constante por la seguridad de sus cuidadores y se ven expuestos a escenarios que pueden ser perturbadores mientras acompañan a sus familiares en la búsqueda, además de que están expuestos a la estigmatización de la sociedad.

En México, según registros oficiales, hay más de 116 mil personas desaparecidas, cuyas familias siguen buscando respuestas. Sin embargo, no hay un registro oficial del número de niñas, niños y adolescentes que tienen un ser querido desaparecido, y que requieren acompañamiento psicosocial.

Como parte de su labor humanitaria, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en conjunto con la Red de Psicólogas y Tanatólogas de Guanajuato y la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PRODHEG), desarrolló una serie de talleres para brindar acompañamiento psicosocial a niñas, niños, adolescentes y personas que quedan a cargo de su cuidado(las personas cuidadoras son, a menudo, abuelas, tías, hermanas). Como resultado de los talleres, el CICR publicó la guía "Jugando nos acompañamos", para replicar la metodología en otros espacios y lugares. 

Es fundamental escuchar y priorizar las necesidades de las infancias ante la desaparición de un ser querido y generar espacios seguros para que reflexionen cómo se sienten y puedan expresarlo, y, a la vez,  sean escuchados por otros niños, niñas y adolescentes que enfrentan el mismo dolor de no encontrar a aquellos seres queridos a quienes aman profundamente.