La vida en Al Hol, Siria
El campamento de refugiados de Al Hol alberga a más de 55.000 personas. Tiene el tamaño de una ciudad pequeña.
Debido a los intensos enfrentamientos en el noreste de Siria, los pobladores se vieron forzados a huir de sus hogares y dejaron todas sus pertenencias. Si bien algunos de ellos encontraron refugio en casa de familiares o amigos, muchos otros permanecen en refugios, campamentos o asentamientos improvisados de desplazados internos.
Estas fotografías permiten echar un pequeño vistazo a la angustiante realidad de los refugiados.
Ya sin lugar adónde ir, muchas familias permanecieron durante meses y años intentando protegerse de las hostilidades. La población del campamento ha aumentado rápidamente desde el comienzo de este año.
Un arco iris multicolor cuelga de cada cuerda o valla: ropa rosada, azul, negra, roja, negra, verde y amarilla recién lavada. Vestidos. Camisas. Faldas. Calcetines de bebé.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) abrió una cocina comunitaria con la colaboración de la Media Luna Roja Árabe Siria. Las comidas son sencillas —arroz con vegetales, junto con bulgur y guisantes—, pero, a veces, un plato de comida caliente es todo lo que se necesita para seguir adelante.
Cerca de las carpas, se desplazaba un camión, que se detenía a cada rato para llenar, uno por vez, hileras enteras de tanques de agua pintados de un rojo vivo. El agua potable que suministran el CICR y la Media Luna Roja Árabe Siria abastece a dos de las mayores secciones del campamento.
Los niños, que están por todos lados, representan, fácilmente, la mitad de la población del campamento. Corren por todas partes, a veces tímidos, a veces curiosos, a veces traviesos. Pero esas no son condiciones en las que debería crecer ningún niño.
Texto de Cynthia Lee.