Hace dos años, Arsal, situada al noreste del Líbano cerca de la frontera con Siria, era una localidad desconocida para la mayoría de los libaneses. Hoy, es un recordatorio diario de la crisis en el país vecino y de sus consecuencias para Líbano.sequences for Lebanon.
La ciudad, de 35.000 habitantes, ha recibido a más de 70.000 refugiados sirios. La violencia esporádica que azota la ciudad desde hace tres años ha dejado un saldo de numerosas personas muertas, heridas o desplazadas.
Tanto residentes como refugiados atraviesan una situación crítica a raíz de las deficiencias en la infraestructura y las limitaciones en el acceso a los servicios básicos. Muchos niños no reciben ningún tipo de formación y aquellos que se enferman tienen grandes dificultades para obtener la atención médica que necesitan.
El invierno que se avecina empeorará las penurias de la población, en especial las de los refugiados, muchos de los cuales viven en tiendas de campaña y viviendas precarias.
El año pasado, el CICR y la Media Luna Roja de Qatar instalaron material aislante en las viviendas de algunos refugiados sirios que viven en asentamientos informales.
Este año, antes de la llegada del frío, el CICR comenzó a reconstruir muchos de los edificios deteriorados en los que viven los refugiados.