Comunicado de prensa

Libia: la COVID-19 se suma al conflicto en el país y profundiza la crisis humanitaria

Ginebra (CICR) – Los casos de COVID-19 en Libia, devastada por la guerra, se han multiplicado por más de 15 en menos de dos meses: pasaron de 571 en junio a más de 9.000 hoy en día. Más de medio millón de personas necesitan asistencia de salud, mientras el conflicto, la COVID-19 y el colapso económico amenazan con sumir a cientos de miles de personas civiles en un profundo caos.

La población libia ya se encuentra conmocionada tras nueve años de conflicto: las familias han perdido sus hogares debido a los bombardeos, los establecimientos de salud han quedado destruidos, la infraestructura se ha desmoronado y la economía ha colapsado, dijo Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), al concluir una visita al país esta semana.

"En Bengasi y Trípoli, fui testigo del sufrimiento de las personas civiles debido a las consecuencias catastróficas de este conflicto", dijo el señor Maurer. "Las secuelas están a la vista en barrios de la antigua línea del frente en Trípoli, donde queda poco o nada a lo que las familias puedan regresar. Las personas también corren el riesgo de resultar heridas o muertas por causa de las peligrosas municiones sin estallar. Al mismo tiempo, la infraestructura de todo el país se desmorona. La población sufre la escasez de electricidad, agua potable, saneamiento o atención médica en medio de una pandemia creciente."

En Bengasi, el señor Maurer se reunió con el mariscal de campo Jalifa Haftar, comandante del Ejército Nacional Libio; posteriormente, en Trípoli, mantuvo una reunión con Fayez Al-Sarraj, jefe del Consejo Presidencial y primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia. En Bengasi, también se reunió con los dirigentes de la Media Luna Roja Libia, que ha desempeñado una importante labor para detener la propagación de COVID-19.

El conflicto ha asolado el sistema de salud de Libia. Los hospitales y las clínicas han sufrido daños en los enfrentamientos, mientras que otros establecimientos se han visto obligados a cerrar sus puertas por encontrarse cerca de las líneas del frente. Otras instalaciones se están deteriorando por la falta de inversiones.

El impacto económico del conflicto y de la COVID-19 también repercute con dureza. La mayoría de las personas encuestadas por el CICR dijeron que sus medios de subsistencia sufrían las consecuencias de la COVID-19. Los jornaleros y los migrantes son los más afectados, ya que las oportunidades de ingresos se han evaporado debido a que los precios de los alimentos básicos han aumentado, en promedio, cerca de un 20%, si bien en algunas zonas se han duplicado. Se prevé que los precios sigan subiendo, teniendo en cuenta que Libia importa la mayor parte de sus alimentos y que la producción de petróleo se encuentra paralizada. La leche, las hortalizas, el pan y el combustible ya escasean.

El CICR sigue de cerca la concentración militar en torno a Sirte, mantiene el compromiso con su papel de intermediario neutral entre el Gobierno de Acuerdo Nacional y el Ejército Nacional Libio para atender las necesidades humanitarias, y hace un llamamiento para que se permita el acceso seguro y sin obstáculos a las personas necesitadas de todas las partes en el conflicto.

"Instamos a todas las partes en el conflicto y a las que les prestan apoyo internacional, a respetar el derecho internacional humanitario", afirmó el señor Maurer. "Las personas civiles deben quedar a salvo en las hostilidades y nunca deben ser objetivo de los ataques, ni tampoco la infraestructura de la que dependen para su supervivencia, como los hospitales, las escuelas y las plantas de suministro de agua y electricidad. También debe respetarse su derecho a la asistencia humanitaria."

El CICR, junto con la Media Luna Roja Libia, sigue respondiendo a las necesidades de la población libia surgidas por el conflicto y la pandemia de COVID-19. En 2020, esta asistencia ha comprendido paquetes de alimentos para alrededor de 93.000 personas, transferencias monetarias en beneficio de 35.000 libios desplazados internos, entre ellos, hogares encabezados por mujeres, así como la reparación de la infraestructura de instalaciones de agua y saneamiento para 570.000 personas y de tres establecimientos de asistencia médica para 57.000 personas. Alrededor de cien hospitales y centros de atención primaria de salud han recibido suministros médicos y casi 300 trabajadores de la salud han sido capacitados en prevención y control de la infección por COVID-19. Más de mil personas con discapacidad han recibido servicios de rehabilitación física y prótesis.

 Contacto para los medios de comunicación:

Qusai ALAZRONI, portavoz del CICR para Libia, tel.: +216 5516 6657, qalazroni@icrc.org
Crystal Wells, portavoz del CICR para África, tel.: +254 716 897 265, cwells@icrc.org