México y América Central: Balance Humanitario 2022-2023
Cada día la violencia armada genera nuevas víctimas en México y América Central. El sufrimiento humano asociado con ella ha alcanzado magnitudes profundas y dolorosas, por lo que es urgente reconocerlo, atenderlo y prevenirlo.
El dolor de quienes buscan a un ser querido, de las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar para salvar su vida y la de su familia, y de las comunidades que no tienen acceso a servicios esenciales, como a la atención médica y a la educación, es similar al que enfrentan personas en otras partes del mundo afectadas por conflictos armados.
Como organización humanitaria neutral, imparcial e independiente, trabajamos de la mano de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja en la región, de las autoridades y de las personas afectadas por la violencia armada, para proteger su vida y dignidad.
En el presente informe el CICR da cuenta de su acción humanitaria y advierte de la existencia de profundas consecuencias humanitarias asociadas con la violencia, como las desapariciones, los homicidios, los desplazamientos internos y las migraciones.
Lea el comunicado de prensa
México y América Central: violencia armada afecta la vida de miles de personas
La violencia en nuestra región es persistente, histórica, sus causas son de hondo calado y es también una realidad de cada día: genera diario nuevas víctimas que necesitan ser atendidas de forma inmediata. En ese difícil equilibrio entre lo estructural y lo urgente, entre atacar un problema que requiere soluciones de largo plazo y atender y mitigar las consecuencias humanitarias permanentes que genera, trabajamos como CICR en México y América Central.
Llegué por primera vez a esta región en 2015 a coordinar el programa del CICR en favor de las personas desaparecidas y sus familiares: muchas familias buscaban a sus seres queridos desde hacía varios años y probablemente aún lo hagan; otras luchaban por entender las complejidades del sistema para activar mecanismos urgentes de búsqueda ante la desaparición reciente de un ser querido. Todas necesitaban atención y respuestas: lo estructural y lo urgente.
"En México vivimos una crisis de desaparición de personas... somos las familias quienes estamos ahí en el día a día, en frente de las instituciones. Muchas de las familias que desgraciadamente inician este proceso no tienen el acompañamiento ni la orientación necesaria siquiera para levantar una denuncia. Entonces es muy importante que se nos tome en cuenta para ir sumando y aportando desde nuestras propias experiencias": Verónica Rosas busca a su hijo Diego</h2>
"En este camino se sufre, venir durmiendo en las vías del tren, tener que pasar por las montañas y tener que huir de la delincuencia. Yo he visto bebés caerse del tren. Este camino se está poniendo bien duro (...) yo he pasado cuatro días sin comer y sin tomar agua. Para nosotros es muy importante estar en contacto con nuestra familia, hablar con nuestros hijos. Yo todo esto lo hago por mi familia": Alexis, persona migrante</h2>
"Soy la madre más feliz de este mundo, me siento feliz porque yo lo creía muerto, yo le lloré demasiado. Él se vino, no me dijo nada, un día se me desapareció": Irma es madre de Javier, un joven hondureño privado de libertad en Guatemala y con quien recuperó el contacto gracias a un Mensaje Cruz Roja</h2>
"Uno entra en depresión porque uno no acepta el problema que tiene (la amputación). Pero acepté luego que, si bien yo no tenía una pierna, eso no me iba a quitar los sueños que un día tuve. Todavía los sueños los puedo volver realidad": Santiago es beneficiario de nuestro programa de rehabilitación física</h2>