Solidaridad y emprendimiento de las mujeres en el Caquetá
Las graves consecuencias del conflicto armado colombiano se manifiestan de manera particular en las mujeres. Ellas, a pesar de una incipiente sensibilidad frente a su drama, participan de manera activa en iniciativas del CICR como formación para el trabajo, empleo en empresas privadas y microcréditos para montar pequeños negocios.
Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en San Vicente del Caguán, un municipio del departamento de Caquetá, al sur de Colombia.
"Buscamos salir adelante para el sustento de nuestra familia y también queremos ayudar a otras víctimas". Esta es la respuesta de Teresa* al preguntarle por Sabor Express, la nueva cafetería-heladería que el Comité de Mujeres Emprendedoras Víctimas del Conflicto Armado (Comuevic), que ella integra, ha puesto a funcionar en San Vicente del Caguán (Caquetá).
En la mañana del 4 de febrero llegó a una céntrica calle de San Vicente un camión cargado con nevera, horno, vajilla, mesas, sillas, los elementos necesarios para dar inicio a la materialización del sueño de este grupo de mujeres, que recibió el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja.
"Nosotros dimos un capital semilla para arrancar la intervención productiva", dice Anderson Peña, ingeniero agro del CICR. "Las mujeres en contrapartida se han capacitado en temas como manipulación de alimentos y gestión empresarial. Ahora que está en marcha, ellas aportan la mano de obra, el pago del arriendo del local y los servicios públicos, junto con toda la materia prima que se requiere para establecer la cafetería", precisó Peña.
La unión hace la fuerza
Para Sandra, integrante de la organización, el ánimo de salir adelante y el espíritu de unión de las mujeres de Comuevic fueron determinantes para el proyecto.
Teresa*, quien lleva muchos años en el tema de la confección, contribuyó para que los manteles de la nueva cafetería estuvieran a la altura de sus sueños. Unir las experiencias diversas en panadería, preparación de productos lácteos, postres, helados y en trabajos domésticos ha sido la clave de este emprendimiento colectivo.
Por encima de todo, ha estado el ánimo de superar las adversidades que enfrentan como mujeres a consecuencia del conflicto armado interno que azota, desde hace ya 50 años, al Caquetá.
"Como mujeres podemos salir adelante, tenemos todo el entusiasmo. No sólo servimos para lavar platos, también somos empresarias", enfatizó Sandra. "Es importante que las mujeres se unan y sepan que no hay que temer a enfrentarse a un mercado. El compromiso es que las mujeres nos pongamos la camiseta y sepamos que nosotras sí podemos".
Sabor Express, un sueño de las mujeres del Caquetá hecho realidad, comenzó a funcionar el 9 de febrero del 2015. ©CICR/Santiago Giraldo
*El nombre fue cambiado a petición de la entrevistada