Somalia: la difícil situación de una refugiada yemení
"Estábamos acostumbrados al sonido de los disparos, pero luego fueron bombas que caían desde el aire, como la lluvia. No tenía adónde ir ni un refugio subterráneo donde esconderme. Tuvimos que huir de Yemen por nuestra seguridad."
Estas son las palabras de Amina*, una refugiada yemení. Amina y su familia decidieron huir de Shumaili, en Yemen, tras sobrevivir a quince días de intensos bombardeos. Describió cómo, en sus últimos días en Shumaili, la ciudad estaba completamente desierta y varias estructuras habían sido reducidas a escombros.
Desde el 27 de marzo, más de 5.000 personas han llegado a Puntlandia y Somalilandia después de resistir el peligroso viaje en barco desde distintas partes de Yemen. Se prevén nuevas llegadas en las próximas semanas.
En situaciones de conflicto, es posible que algunas personas terminen separadas de sus familiares en medio del caos. Y la angustia de no saber qué les ha sucedido a los seres queridos con los que se ha perdido el contacto se suma a los demás padecimientos que provoca el conflicto.
Amina perdió el contacto con sus padres en medio de la confusión y llegó a Berbera, en Somalilandia, con pocas esperanzas de volver a verlos. Sin embargo, con ayuda de la Media Luna Roja Somalí, que recibe a refugiados y personas que regresan de Yemen, ha podido averiguar el paradero de sus padres.
"Ese fue mi momento más feliz", señaló. "Puede que esté a muchos kilómetros de mis padres, pero, en el momento en que oí sus voces, supe que había una posibilidad de volver a encontrarme con ellos."
Una labor difícil
El CICR, en colaboración con la Media Luna Roja Somalí, ha tratado de ayudar a las víctimas de la crisis en Yemen a restablecer el contacto con sus familiares, tarea que incluye buscar a esas personas e intentar averiguar el paradero de las que siguen desaparecidas.
Según Ayman Touhami, representante del CICR que trabaja actualmente en el puerto de Berbera, la labor es difícil, dada la cifra creciente de recién llegados de Yemen.
"Es difícil gestionar el gran número de llegadas en el centro de recepción de Berbera. El idioma es un obstáculo, ya que los refugiados no hablan somalí, y les va a llevar tiempo adaptarse a una cultura extranjera."
Ayman añadió: "Algunas familias han perdido a sus seres queridos en la crisis y se las nota deprimidas al llegar. Perder a un ser querido no es fácil, y hacemos todo lo posible por garantizar que se establezca el paradero de todos los miembros de la familia."
*Nombre ficticio