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Un homenaje a las madres que fallecieron sin cumplir el sueño de volver a ver a sus hijos desaparecidos

Para miles de personas en México y América Central, el Día de las Madres –que se conmemora en varios países de la región– adquiere un significado diferente pues no solo es un día en el que se celebra el amor materno, sino que también se honra la fuerza de quienes, en medio del dolor y la incertidumbre, persisten en la búsqueda de sus hijas e hijos desaparecidos.

En México y América Central, miles de personas han desaparecido en el contexto de la migración, conflictos armados internos del pasado –como en el caso de El Salvador y Guatemala– y otras situaciones de violencia. Sus familias enfrentan una carrera contra el tiempo y la memoria en su esfuerzo por encontrarlas.

El Día de las madres es, tradicionalmente, una fecha de celebración y alegría. Sin embargo, para aquellas que esperan noticias de sus hijos e hijas, significa enfrentar que todos esos recuerdos hoy representan dolor y tristeza, un dolor que no tiene nombre. A pesar de ello, las madres han resignificado este día para visibilizar ese vínculo inquebrantable que las une con sus seres queridos y esa fuerza que las impulsa a seguir buscando día con día hasta encontrarlos.

Este día también es un homenaje para las madres que fallecieron sin tener noticias de su paradero y sin poder cumplir el sueño de volver a abrazarlos.

En vísperas de esta fecha, cientos de familias de México y Centroamérica se reunieron en el Monumento a la Madre, ubicado en la Ciudad de México, para honrar el legado de quienes fallecieron en la búsqueda de sus hijas e hijos desaparecidos, y que ahora son buscados por sus compañeras. Se reunieron para honrar ese amor que impulsa la búsqueda, y la solidaridad que entre ellas han encontrado; para hacer eco del derecho que todas tienen de saber el paradero de sus seres queridos y para recordar que la búsqueda no para hasta encontrarlos.

Aimee Guzmán/CICR

El apoyo social representa para las familias un mensaje de empatía y que no están solas en su camino para localizar a sus seres queridos.

Por ello, visibilizar los actos de conmemoración que organizan es crucial para sensibilizar sobre la realidad de la desaparición y el impacto humanitario que tiene en ellas. Es un llamado a no normalizar el sufrimiento de quienes buscan a sus seres queridos y el constante recordatorio del derecho que tienen a una sobre la suerte y paradero de sus seres queridos.

Aimee Guzmán/CICR

Estos espacios representan la labor y la búsqueda incesante de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, convirtiéndose en testimonios de amor inquebrantable y determinación.

Aimee Guzmán/CICR

También lo es para hijas e hijos que buscan a sus madres desaparecidas y se enfrentan a una realidad marcada por la ausencia.

Aimee Guzmán/CICR

Estos actos de conmemoración son puntos de encuentro con la historia, la esperanza y el amor, para las madres e hijas que están en la búsqueda de sus seres queridos.

Cada flor marcada y cada vela encendida es un acto de resistencia en contra del olvido. 

Aimee Guzmán/CICR

Son momentos de solidaridad, empatía y fuerza colectiva que nos recuerdan que mientras exista amor y memoria, las familias nunca estarán solas en la búsqueda de sus seres amados.

Aimee Guzmán/CICR

En estos actos de conmemoración las fichas de búsqueda se transforman en monumentos que honran las historias de miles de personas que quedaron en pausa y que nos recuerdan la obligación de los Estados de prevenir y atender las desapariciones, así como de dar una respuesta integral a las familias que buscan a un ser querido.

En México y América Central las madres no dejan de buscar ni nosotros de acompañarlas.

Aimee Guzmán/CICR

Como parte de su acción humanitaria neutral, imparcial e independiente, el CICR acompaña a las familias en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos y brinda asesoría técnica a las autoridades correspondientes para fortalecer la respuesta de búsqueda, localización e identificación.