En la zona rural de Nariño, en el sur de Colombia, una comunidad se encuentra confinada por la presencia de minas antipersonal y otros artefactos explosivos.
Ahora, con estufas ahorradoras de leña entregadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja, no deben arriesgarse tanto a la hora de adentrarse en los bosques a buscar leña para cocinar. Sin embargo, el peligro es constante, pues la comunidad aún debe recorrer muchas de estas zonas.
Colombia es uno de los países con mayor presencia de minas antipersonal y artefactos explosivos en el mundo. Entre 1990 y 2016, unas 11.400 personas fueron registradas como víctimas directas de estos objetos, según cifras oficiales.