2011: un año de diversidad, complejidad e imprevisibilidad

25-06-2012 Informe de actividad

Mensaje del presidente del CICR, Jakob Kellenberger, acerca del Informe de actividad 2011.

Los hechos acaecidos el año pasado se caracterizaron, desde un punto de vista humanitario, por la diversidad, la complejidad y la imprevisibilidad. Hacia finales del año, muchos países estaban sumidos en una crisis financiera y económica, y el término imprevisibilidad siguió estando omnipresente.

Se produjeron múltiples emergencias en forma súbita, en Medio Oriente, África y Extremo Oriente, que afectaron a innumerables mujeres, hombres y niños. Los conflictos armados en Côte d’Ivoire y Libia, el tsunami y la crisis nuclear en Japón, así como los hechos dramáticos y persistentes de la Primavera Árabe, por nombrar sólo unos pocos ejemplos, se tradujeron en destrucciones terribles y causaron un sufrimiento inconmensurable. Esos acontecimientos imprevistos se sumaron a conflictos complejos, muchos de los cuales vienen librándose desde hace largo tiempo. Un ejemplo es Somalia, donde la inseguridad alimentaria en las zonas afectadas por conflictos se agravó trágicamente en 2011. Somalia es una de las operaciones más complejas y de mayor envergadura para el CICR, y fue necesario duplicar el presupuesto inicial de 2011 destinado a ese contexto a medida que fue deteriorándose la situación y que surgieron nuevas necesidades humanitarias. Los conflictos armados prolongados y otras situaciones de violencia en Afganistán, Colombia, República Democrática del Congo, Irak, Sudán, Pakistán e Israel y los territorios ocupados se contaron entre las diez operaciones de mayor envergadura que llevó adelante el CICR en 2011, junto con Libia (delegación regional de Túnez) y Yemen.

 

Para el CICR, fue fundamental poder dar una respuesta flexible, rápida y relevante en situaciones diversas y complejas.

La velocidad y la magnitud de los hechos, así como la envergadura de las necesidades humanitarias que acarrearon, fueron un desafío considerable a la hora de darles una respuesta oportuna y eficaz. Para el CICR, fue fundamental poder dar una respuesta flexible, rápida y relevante en situaciones diversas y complejas. Esas situaciones evidenciaron el valor del enfoque imparcial, neutral e independiente en lo relativo al acceso a las personas afectadas y a la ayuda que fue posible prestarles. Para ello, la Institución también debió mantener su cercanía con los beneficiarios y propiciar la participación de éstos. Por otro lado, esta modalidad exigió trabajar en forma conjunta con otras partes, incluidos actores humanitarios “nuevos” o emergentes, como ONG y organismos de caridad locales, cuya presencia y eficacia han aumentado visiblemente.

Al trabajar en estrecha colaboración con las Sociedades Nacionales, el CICR demostró con claridad el valor de ese enfoque en diversos conflictos armados y situaciones de violencia, como en Côte d’Ivoire, Libia y la República Árabe Siria, donde con frecuencia fue una de las pocas organizaciones humanitarias internacionales capaces de operar sobre el terreno. La importancia de la capacidad de despliegue rápido y respuesta del CICR quedó reafirmada en Libia, donde el despliegue incluyó equipos de varias Sociedades Nacionales, así como en Côte d’Ivoire, Egipto y Japón.

Tan importante como la capacidad de dar una respuesta eficaz antes crisis nuevas o emergentes fue la necesidad de ayudar a construir resiliencia y mecanismos para salir adelante a las personas afectadas por crisis de larga data y conflictos prolongados. La flexibilidad fue esencial, tanto como la capacidad de desplegar, en ocasiones, expertos altamente especializados en ámbitos particulares como apoyo psicosocial, ciencias forenses y gestión de restos humanos, así como ciencias nucleares y radiológicas.

En 2011, el CICR intensificó sus actividades de salud y médicas, en favor de 6,8 millones de personas en todo el mundo. Por ejemplo, la asistencia de salud a heridos y enfermos siguió siendo una de las prioridades del CICR en Afganistán y en el noroeste de Pakistán, a la que se destinó una proporción significativa de los fondos previstos para ambos países. En Somalia, siguió en aumento el número de heridos de guerra que acudieron a los dos principales hospitales que reciben apoyo del CICR en Mogadiscio. A septiembre de 2011, esos hospitales habían atendido a más de 4.000 pacientes. Al mismo tiempo, junto con el CICR, la Media Luna Roja Somalí amplió significativamente sus centros de alimentación terapéutica y sus instalaciones de atención médica en zonas afectadas por conflictos en respuesta a los preocupantes niveles de desnutrición. En muchos países afectados por la Primavera Árabe (Egipto, Libia, República Árabe Siria y Yemen, por nombrar sólo algunos), el CICR prestó asistencia médica de urgencia y primeros auxilios en colaboración con las Sociedades Nacionales de esos países. En muchos de esos contextos, las instalaciones y el personal de salud fueron objeto de ataques, lo que confirmó que éste es un problema humanitario sumamente grave al que aún no se presta la debida atención, y evidenció la importancia del proyecto iniciado por el CICR, Asistencia de Salud en Peligro, que se extenderá por varios años.

En todo el mundo, el CICR distribuyó alimentos para 4,9 millones de personas a lo largo de 2011, principalmente para personas desplazadas en el interior de un país y residentes, y artículos domésticos de primera necesidad y artículos de aseo personal para 3,2 millones de personas. Otros 3,8 millones de personas se beneficiaron de programas de producción sostenible de alimentos y de apoyo para el acceso a microcréditos. Las actividades del CICR en materia de agua, saneamiento y construcción beneficiaron a 21,9 millones de personas. Una vez más, Somalia fue un ejemplo de una operación de asistencia compleja y multifacética. El CICR amplió sus actividades de emergencia en las zonas centro y sur del país para asistir a 1,1 millón de personas más, afectadas por la sequía y por los conflictos. Les entregó alimentos, artículos no alimentarios, agua y atención médica. Decenas de miles de niños, madres lactantes y otras personas particularmente afectadas recibieron asistencia de la Media Luna Roja Somalí y el CICR; sin embargo, las distribuciones de alimentos se efectuaron más lentamente que lo que se había previsto y, por lo tanto, continúan en 2012. Otro ejemplo fue Côte d’Ivoire, donde el CICR realizó una distribución a gran escala de sustancias químicas para el tratamiento del agua, gracias a la cual 5 millones de personas podrán contar con agua salubre suficiente para seis meses.

 

 En muchos países afectados por la Primavera Árabe (...) el CICR prestó asistencia médica de urgencia y primeros auxilios en colaboración con las Sociedades Nacionales de esos países.

En 2011, el CICR también visitó a 540.828 detenidos, 28.949 de los cuales fueron objeto de un seguimiento individual en 1.869 lugares de detención. La finalidad de esas visitas, que se basan en un diálogo confidencial con los detenidos y con las autoridades detenedoras, es garantizar que los detenidos reciban un trato humano y preservar su dignidad e integridad física y psicológica. Cabe destacar que, a finales del año, el CICR logró firmar un acuerdo con el Gobierno de Bahrein, por el cual la Institución podrá visitar a las personas detenidas en ese país, lo que representa un avance considerable en materia de acceso desde el estallido de la violencia que se produjo en ese país en febrero.

En noviembre y diciembre de 2011, se celebraron en Ginebra el Consejo de Delegados y la XXXI Conferencia Internacional, donde se reunieron representantes de 164 gobiernos, 183 Sociedades Nacionales y 56 delegaciones oficiales observadoras (en total, más de 2.100 personas), así como colaboradores del CICR y de la Federación Internacional. La cantidad de asistentes a estos dos encuentros no tiene precedentes. El logro más importante fue la adopción de una resolución, de categórica redacción, titulada “Fortalecimiento de la protección jurídica de las víctimas de los conflictos armados”, que es el resultado de un estudio que el CICR condujo durante dos años y del consiguiente proceso de consultas a los Estados. Si bien reconoce que el derecho internacional humanitario (DIH) sigue siendo tan pertinente como siempre en conflictos armados internacionales y no internacionales, la resolución sienta las bases para seguir trabajando en pos de fortalecer ese marco jurídico en dos áreas de importancia desde el punto de vista humanitario: la protección de las personas privadas de libertad en relación con conflictos armados y los mecanismos internacionales para vigilar el cumplimiento del DIH. Se invitó al CICR a identificar y proponer diversas opciones y recomendaciones sobre cómo deberían abordarse esas cuestiones humanitarias, sea mediante la reafirmación de las normas existentes, su esclarecimiento o incluso su desarrollo. Por otro lado, se adoptó un plan de cuatro años para la implementación del DIH, en el que se establecen medidas que los Estados son instados a tomar para reforzar la implementación en ámbitos clave, como el acceso de la población civil a la asistencia humanitaria en conflictos armados y la protección específica conferida a determinadas categorías de personas.

Otro resultado importante fue una resolución de amplio alcance sobre “La asistencia de salud en peligro: respetar y proteger la asistencia de salud”, por la que se exige una respuesta efectiva a ese problema a los Estados, las Sociedades Nacionales y la comunidad de la salud en general. En el Consejo de Delegados, la aprobación por consenso de una resolución titulada “Hacia la eliminación de las armas nucleares” es digna de destacar.
La XXXI Conferencia Internacional también fue la ocasión de reafirmar el espíritu de colaboración dentro del Movimiento –fundamental para abordar la complejidad de las necesidades humanitarias a las que debemos responder hoy en día–, mediante el fortalecimiento de nuestra preparación para desplegar nuestros equipos en forma rápida y eficaz y, más ampliamente, para abordar cuestiones de interés común en contextos de conflicto o de desastre natural. El reto seguirá siendo mantenernos al ritmo de un entorno humanitario que evoluciona rápidamente, en una época en que las donaciones se han visto restringidas. Pero también es un reto mantener nuestra disposición y  capacidad de reunirnos para continuar aportando una mejora real a las personas afectadas por crisis humanitarias ya declaradas o emergentes.

Fotos

Jakob Kellenberger 

Jakob Kellenberger
© CICR

Somalia, Mogadiscio. Una mujer con su hijo desnutrido, en el hospital. 

Somalia, Mogadiscio. Una mujer con su hijo desnutrido, en el hospital.
© CICR / A. Liohn / v-p-so-e-00610

Siria, poblado de Al Hambushiyah. Voluntarios de la Media Luna Roja Árabe Siria (filial de Idlib) distribuyen medicamentos entre las mujeres del lugar. 

Siria, poblado de Al Hambushiyah. Voluntarios de la Media Luna Roja Árabe Siria (filial de Idlib) distribuyen medicamentos entre las mujeres del lugar.
© CICR / I. Malla / v-p-sy-e-00080

Pakistán, distrito de Jacobabad, Aliabad. Distribución de alimentos del CICR para los damnificados por las inundaciones. 

Pakistán, distrito de Jacobabad, Aliabad. Distribución de alimentos del CICR para los damnificados por las inundaciones.
© CICR / O. Matthys / v-p-pk-e-01257

Franja de Gaza, cruce de Rafah. Detenidos palestinos liberados se reúnen con sus familiares. 

Franja de Gaza, cruce de Rafah. Detenidos palestinos liberados se reúnen con sus familiares.
© CICR / I. El Baba / v-p-il-e-02403

Afganistán, Kandahar, Hospital Regional Mirwais. Los heridos de guerra y los enfermos crónicos reciben atención en este hospital. Los pacientes suelen llegar con algún familiar que atiende a sus necesidades cotidianas. 

Afganistán, Kandahar, Hospital Regional Mirwais. Los heridos de guerra y los enfermos crónicos reciben atención en este hospital. Los pacientes suelen llegar con algún familiar que atiende a sus necesidades cotidianas.
© CICR / J. Barry / v-p-af-e-01802

Colombia, costa del Pacífico, Departmento de Chocó, localidad de Fujiado. Descarga de alimentos provistos por el CICR y la Cruz Roja Colombiana para los damnificados por las inundaciones en esta zona. 

Colombia, costa del Pacífico, Departmento de Chocó, localidad de Fujiado. Descarga de alimentos provistos por el CICR y la Cruz Roja Colombiana para los damnificados por las inundaciones en esta zona.
© CICR / J. Gay Crosier / v-p-co-e-02192