Haití: ayuda para pacientes tuberculosos y personas discapacitadas

12-03-2010 Reportaje

El terremoto que devastó Haití hace dos meses ha planteado nuevos desafíos para las personas que sufren discapacidades y enfermedades crónicas. La Cruz Roja presta apoyo a un sanatorio para tuberculosos en Léogane y a un centro de rehabilitación para niños discapacitados en Puerto Príncipe.

 
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Sanatorio de Signeau, Léogane, Haití. Las salas del sanatorio sufrieron graves daños en el terremoto de enero de 2010, en el cual, además, murieron cuatro pacientes. 
       
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Sanatorio de Signeau, Léogane, Haití. Un equipo de respuesta de emergencia de la Cruz Roja Suiza ayudó a ubicar y armar las carpas que podían utilizarse como salas de hospital. 
       
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Sanatorio de Signeau, Léogane, Haití. "Nuestro deseo es ofrecer a los pacientes el mejor servicio posible", dice la hermana Chantal, de la orden de las Hermanitas de Santa Teresa. 
       
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Sanatorio de Signeau, Léogane, Haití. Béatriz Karottki, delegada de salud del CICR, habla de la situación en Signeau con el Dr. Joachim, director médico del establecimiento (centro) y el Dr. Milo Richard (der.), del programa de tuberculosis que lleva adelante el Gobierno de Haití. 
       
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Centro de Rehabilitación de Saint Germain, Puerto Príncipe, Haití. Michel, de cinco años, llegó al Centro con su padre. Su pierna izquierda había sido amputada por debajo de la rodilla a causa de las lesiones que sufrió cuando la casa de su familia se derrumbó durante el terremoto. Ahora, Michel recibió una pierna ortopédica y está aprendiendo a caminar y a jugar de nuevo. 
       

El terremoto ha planteado nuevos desafíos para cientos de pacientes con tuberculosis y VIH/SIDA atendidos por las monjas que trabajan en el sanatorio de Signeau, en Léogane, una ciudad portuaria situada unos 30 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe.

Varios edificios del hospital sufrieron graves daños durante el terremoto, en el cual, además, murieron cuatro pacientes. El sismo abrió importantes grietas en las paredes del laboratorio, la farmacia y los consultorios, que quedaron inutilizados.

Con la ayuda de un delegado de la Cruz Roja Suiza, las monjas, que pertenecen a la orden de las Hermanitas de Santa Teresa, trasladaron las camas de los enfermos al exterior. Con la mayor rapidez posible, las monjas armaron las carpas que les habían donado, a fin de alojar a los tan sólo veinte pacientes que quedaban en el sanatorio; todos los demás habían huido presa del pánico. Por razones de seguridad, las monjas también llevaron sus propias camas fuera de los edificios.

Una unidad del ejército canadiense que se encontraba en las cercanías ayudó a nivelar un terreno adecuado para levantar las carpas de mayor tamaño y equiparlas como salas de hospital. El delegado de la Cruz Roja Suiza y los equipos de la Cruz Roja Española y de la Cruz Roja Mexicana instalaron tanques de agua flexibles, los conectaron a puntos de abastecimiento de agua y a sistemas de grifos públicos, y construyeron letrinas y duchas. Gracias a las gestiones del equipo español y de la Cruz Roja de Haití, un camión cisterna reabastece los tanques de agua todos los días.

Poco a poco, se ha restablecido el orden en el sanatorio. Se reanudaron las consultas ambulatorias y el hospital q ue funciona en las carpas ha ingresado a nuevos pacientes. Los que huyeron tras el terremoto regresaron, o se presentan en el hospital con regularidad para retirar sus medicamentos. " Nuestro deseo es ofrecer a los pacientes el mejor servicio posible " , dijo la hermana Chantal. " Queremos seguir trabajando de este modo mientras haya pacientes que nos necesiten " .

  Alta tasa de tuberculosis  

Haití exhibe una de las mayores tasas de tuberculosis multidrogorresistente del continente americano. Según el informe sobre Control Mundial de la Tuberculosis para 2009 elaborado por la Organización Mundial de la Salud, en Haití se registraron más de 29.000 nuevos casos de tuberculosis sólo en 2007. El sanatorio de Signeau es uno de los cuatro centros especializados que cuentan con el apoyo del programa nacional de tuberculosis y VIH/SIDA del Ministerio de Salud. Es también el hospital de derivación al que recurren varios organismos de ayuda médica, y trata a pacientes tuberculosos procedentes de las cárceles de Haití.

Aunque el sanatorio de Signeau recibe con regularidad lotes de medicamentos para tratar la tuberculosis y el VIH/SIDA, otros medicamentos básicos y compresas están escaseando. Desde el terremoto, también hay escasez de camas, y no hay suficientes carpas para almacenar los suministros o resguardar los equipos del laboratorio, que se ha dejado de utilizar por razones de seguridad. El CICR ha proporcionado a las monjas compresas y otros suministros médicos, carpas y camas. Al mismo tiempo, la Institución alienta a los donantes a que sigan proporcionando al hospital los medicamentos básicos y otros suministros médicos a largo plazo.

  Atención de niños con discapacidades  

Normalmente, el centro de rehabilitación de Saint Germain atiende a niños con discapacidades físicas o mentales graves. Sin embargo, los pacientes que ha recibido en los últimas semanas son víctimas del terremoto, y el centro se está llenando de niños que han sufrido amputaciones.

Entre ellos está Michel, de cinco años, que sufrió la amputación de su pierna izquierda después de que la casa de su familia se derrumbara en el terremoto. El padre de Michel lo llevó a Saint Germain para que le colocaran una prótesis y lo ayudaran a volver a caminar.

Michel es un niño lleno de vida, que ya ha aprendido a pararse sobre su pequeña pierna nueva. Michel estaba andando de aquí para allá sobre un triciclo de plástico rojo y amarillo, cuando el equipo del CICR visitó Saint Germain la semana pasada para entregar alimentos, colchones, sábanas, mosquiteros y artículos domésticos esenciales. Algunos de estos elementos, en particular las raciones de alimentos para un mes, serán proporcionados a los familiares de 150 niños con discapacidades físicas que pronto serán dados de alta para permitir el ingreso de nuevos pacientes. Sin esa ayuda, los padres de los niños tendrían dificultades para responder a sus necesidades. El resto de los suministros contribuirá a la alimentación y al cuidado de 100 jóvenes con discapacidades mentales que no tienen otro lugar donde vivir.

  Ayudar a los que ayudan  

La asistencia que Signeau y Saint Germain han recibido durante los últimos días forma parte de la respuesta del CICR a la actual situación de emergencia. Sin embargo, la Institución viene prestando apoyo a los centros de salud de las prisiones y de los barrios marginales desde que inició sus actividades en Haití, en 1994, y mantendrá la continuidad de ese apoyo en el largo plazo.

El CICR también presta apoyo a la labor de la Cruz Roja de Haití, que mantiene puestos de primeros auxilios y se ocupa de t rasladar al hospital a los heridos y enfermos, en zonas de Puerto Príncipe particularmente pobres y afectadas por la violencia. Además, la Cruz Roja de Haití desempeña un papel fundamental en la promoción del cuidado preventivo de la salud a nivel comunitario.

La colaboración con establecimientos como el sanatorio de Signeau o el centro de rehabilitación de Saint Germain pone de manifiesto la extraordinaria dedicación de los actores nacionales que responden a las necesidades de algunas de las comunidades más vulnerables y olvidadas. Estos haitianos estarán aquí mucho tiempo después de que el país haya superado los efectos del terremoto.

     
Hechos y cifras 
   
Desde el terremoto del 12 de enero, el CICR:    
  • facilitó el registro de 29.000 nombres en el sitio www.familylinks.icrc.org/haiti (el sitio Web del CICR para el restablecimiento del contacto entre familiares), incluidos los nombres de más de 6.100 personas que se registraron para comunicar a sus familiares que estaban sanas y salvas;
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  • colaboró con la Cruz Roja de Haití y el Gobierno de Haití para facilitar el reencuentro con sus familiares de cuatro niños de entre dos y doce años, a la vez que seguía tramitando los casos de 70 menores no acompañados, con miras a reunirlos con sus familiares;
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  • visitó a unos 700 detenidos en las principales comisarías de Puerto Príncipe y en la cárcel de Cap-Haïtien;
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  • suministró 20 toneladas de alimentos, con las que se alimentará a 4.000 detenidos durante tres semanas;
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  • realizó reparaciones de emergencia en el sistema de saneamiento, las cañerías y la cocina de la cárcel de Puerto Príncipe, y emprendió otras obras que se encuentran en curso;
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  • prestó apoyo a diez puestos de primeros auxilios de la Cruz Roja de Haití en Puerto Príncipe y dos en Petit-Goâve, donde los socorristas han atendido hasta ahora a más de 17.300 personas;
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  • proporcionó con regularidad medicamentos al centro materno-infantil Rosalie Rendu, en Cité Soleil, que diariamente atiende a más de 500 niños menores de cinco años;
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  • prestó apoyo a una campaña masiva de vacunación realizada por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y las autoridades en Martissant, Bel-Air y Canapé-Vert, en la cual se inmunizó a más de 137.000 adultos y niños contra la rubéola, la tos convulsa, el tétanos y la difteria;
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  • impartió formación sobre la gestión de cadáveres a 21 miembros del personal de la morgue del hospital de la universidad del Estado, así como a cuatro voluntarios de la Cruz Roja de Haití, y suministró más de 2.000 bolsas para cadáveres a la morgue y a otras organizaciones humanitarias;
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  • distribuyó agua potable a 18.000 personas por día en Puerto Príncipe y ayudó a las autoridades a reparar la red de distribución de agua que abastece a los 207.000 habitantes de Cité Soleil;
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  • distribuyó artículos esenciales para más de 20.000 personas en Puerto Príncipe, Léogane, Jacmel y Cayes, y distribuyó 50 toneladas de alimentos en beneficio de más de 4.000 personas en Delmas 60 y Primature (Puerto Príncipe);
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  • aportó fondos para realizar la recolección de basura en siete lugares donde se alojan unas 45.000 personas desplazadas, e instaló 60 letrinas en los campamentos de desplazados ubicados en Delmas.