Los desafíos contemporáneos del DIH

05-02-2013 Introducción

En los conflictos armados contemporáneos, los civiles son las principales víctimas de las violaciones del derecho internacional humanitario (DIH) cometidas por las partes estatales y no estatales.La naturaleza de los conflictos armados contemporáneos continúa planteando retos a la aplicación y al respeto del DIH en numerosos ámbitos, desde la clasificación de los conflictos armados hasta el empleo de nuevas tecnologías. Es necesario comprender esos retos y abordarlos para que el DIH siga cumpliendo su función de protección en las situaciones de conflicto armado.

La creciente complejidad de los conflictos armados ha dado lugar a debates sobre la noción y la tipología de los conflictos armados, incluida la cuestión de si la clasificación de los conflictos armados que establece el DIH en conflictos armados internacionales y conflictos armados no internacionales es suficiente para abarcar los tipos de conflictos armados que se libran en la actualidad. El CICR considera que sí es suficiente, al tiempo que reconoce que un número cada vez mayor de situaciones reales pueden ser clasificadas como conflictos armados no internacionales.

La interacción entre el DIH y el derecho de los derechos humanos sigue teniendo consecuencias prácticas en la conducción de las operaciones militares. La relación entre el derecho de los derechos humanos y el DIH repercute en cuestiones relativas a la detención, al uso de la fuerza, en conflictos armados tanto internacionales como no internacionales, y al ataque selectivo extraterritorial de personas.

En los conflictos armados contemporáneos, el alcance de la protección que confiere el DIH sigue siendo motivo de preocupación. En muchas situaciones, los Estados no pueden o no desean responder a las necesidades básicas de los civiles; el DIH dispone que, en esos casos, otros organismos pueden tomar medidas, incluidas las organizaciones humanitarias, siempre y cuando cuenten con el consentimiento del Estado. Sin embargo, muchos obstáculos siguen interponiéndose al acceso de la ayuda humanitaria, como cuestiones militares, políticas y vinculadas a la seguridad, lo que impide prestar asistencia a los civiles.

En los últimos años, las operaciones militares extraterritoriales han dado lugar a nuevas formas de presencia militar en el territorio de un Estado y han redirigido la atención a los derechos y los deberes de las Potencias ocupantes, a la regulación del uso de la fuerza en los territorios ocupados y a la aplicabilidad del derecho de la ocupación a las fuerzas de la ONU. Las responsabilidades y las tareas asignadas a las fuerzas multinacionales también han evolucionado y ahora abarcan diversas actividades, como prevención de conflictos, mantenimiento, establecimiento, imposición y construcción de la paz.  Dado el carácter multifacético de estas actividades, es más probable que las fuerzas militares recurran a la fuerza, lo que plantea la cuestión de cuándo y cómo se aplicará el DIH a sus actividades.

Una amplia gama de nuevas tecnologías ha ingresado en el campo de batalla moderno. El ciberespacio ha abierto un nuevo escenario de guerra posible. Las partes en conflictos armados recurren cada vez más a sistemas de control de armas a distancia, como las aeronaves no tripuladas. Los sistemas de armas automatizados también se utilizan con mayor frecuencia, y se están estudiando algunos sistemas autónomos, como los robots de combate, para su uso futuro en los campos de batalla. No caben dudas de que el DIH se aplica a estas nuevas armas y al empleo de nueva tecnología en la guerra. Sin embargo, estos nuevos medios y métodos bélicos plantean retos jurídicos y prácticos por lo que respecta a garantizar que su empleo se atenga a lo dispuesto en las normas existentes del DIH y a que se preste debida consideración a los posibles efectos de su empleo en el plano humanitario.

Las hostilidades en las que se enfrentan grupos armados no estatales dentro de zonas pobladas contra las fuerzas gubernamentales que utilizan medios militares muy superiores también es un caso recurrente, donde civiles y bienes de carácter civil quedan expuestos a los efectos de las hostilidades. En muchos casos, los grupos armados se entremezclan con la población civil, en violación del DIH, y algunos ejércitos han utilizado ese hecho para justificar su decisión de no tomar todas las precauciones posibles a fin de reducir los riesgos para la población civil en la mayor medida de lo posible, tal como establece el DIH. En ese contexto, continúan preocupando los efectos del empleo de armas explosivas en zonas con alta densidad de población en los civiles y en las estructuras civiles.

Un desafío que persiste respecto de la protección de los civiles es la inadecuada regulación de la disponibilidad de armas convencionales, así como su uso indebido. Conforme a los Convenios de Ginebra y al derecho internacional consuetudinario, los Estados tienen la obligación de hacer respetar el DIH, lo que incluye la responsabilidad de asegurarse de que las armas y las municiones que transfieran no terminen en manos de personas que probablemente las usen para violar el DIH. Se está elaborando un tratado sobre comercio de armas, que el CICR apoya, a fin de abordar algunos de estos retos.

Un desafío reciente del DIH ha sido la tendencia de los Estados a calificar de "terroristas" todos los actos de guerra cometidos por grupos armados no estatales en su contra, sobre todo en conflictos armados no internacionales. Los conflictos armados y los actos de terrorismo son formas diferentes de violencia regidas por normas diferentes; sin embargo, se los ha llegado a considerar sinónimos, dado que constantemente se los asocia en el ámbito público. El empleo del término "acto terrorista" en conflictos armados crea confusión entre dos ordenamientos jurídicos separados y puede dar lugar a situaciones en las que los grupos armados no estatales incumplan las normas del DIH, dada la percepción de que no tienen motivos para estar obligados por las leyes y las costumbres de la guerra. La designación de algunos grupos armados no estatales como "grupos terroristas" también tiene consecuencias significativas en el plano humanitario y puede impedir incluso el despliegue de la acción humanitaria.

El DIH se ve interpelado en forma permanente por la evolución de los conflictos armados contemporáneos. Para lograr una mayor protección de los civiles en los conflictos armados, es necesario respetar, aplicar e implementar el DIH. Para el CICR, es una prioridad permanente garantizar que el DIH aborde adecuadamente la realidad de la guerra contemporánea y preste protección a las víctimas de los conflictos armados.

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© Reuters / T.Nicoletti