"El devastador terremoto y las enormes necesidades que generó deben motivar a las partes a ponerse de acuerdo sobre qué camino seguir para dar un respiro muy necesario a las comunidades gravemente debilitadas por tantos años de conflicto armado y violencia", expresó Regis Savioz, director regional del CICR para Asia y el Pacífico. "El breve cese de hostilidades anunciado es, desde luego, un paso en la dirección correcta, pero será necesario extenderlo".
Antes del terremoto, cerca de 20 millones de personas ya dependían de la acción humanitaria debido a los conflictos armados y la violencia. Ahora, son muchas más las que necesitan ayuda con urgencia. La etapa de búsqueda y rescate empieza a desacelerarse, y la esperanza de encontrar sobrevivientes bajo los escombros se disipa: es preciso ampliar ya mismo la respuesta humanitaria para atender las necesidades en aumento de todas las comunidades afectadas.
En Mandalay y Sagaing, muchas personas todavía no logran volver a sus hogares de forma segura, y su única opción es dormir a la intemperie. Más de 100 hospitales e instalaciones de asistencia de salud sufrieron graves daños y ya no son lugares seguros. El acceso a la electricidad todavía no es confiable, por lo que muchas plantas de tratamiento y bombas de agua de agua no funcionan, algo realmente preocupante dado que la temperatura supera los 40 °C durante el día. La escasez de agua potable y el daño a los sistemas de saneamiento también aumentan el riesgo de contraer enfermedades e infecciones transmisibles por el agua. Debido a la ruptura de las conexiones en las telecomunicaciones, muchas familias no logran contactar a sus seres queridos y la respuesta humanitaria se ha dificultado.
"Estamos trabajando a la par de la Cruz Roja de Myanmar y de otros organismos de respuesta locales para llevar ayuda vital a las zonas más afectadas de Mandalay y Sagaing", afirmó Arnaud de Baecque, jefe de delegación del CICR en Rangún. "Asimismo, estamos trabajando para dar apoyo a las familias en las zonas de más difícil acceso en el estado de Shan”.
La respuesta del CICR en asociación con la Cruz Roja de Myanmar, nuestros socios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y otros organismos locales da prioridad a la atención de las necesidades básicas — acceso a la asistencia de salud, lugares de resguardo, alimento y agua potable— en todas las zonas afectadas. En la última semana, la asistencia que brindó el CICR incluyó la entrega de insumos médicos para atender hasta a 10.000 pacientes en hospitales de Mandalay, kits de primeros auxilios para tratar lesiones moderadas, combustible para extraer agua de pozos, filtros de agua y artículos de supervivencia básicos.