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Myanmar: un mes después del terremoto, los sobrevivientes siguen afrontando adversidades

Sagaing, Myanmar, women cooking together in community kitchen
Créditos: Stephen Ryan / CICR

Un mes después del fuerte terremoto que devastó la zona central de Myanmar, millones de personas siguen sumidas en una situación humanitaria desesperante. Muchas comunidades luchan por cubrir sus necesidades básicas en un contexto de calor agobiante, falta de acceso a agua potable y daños en el resto de la infraestructura, lo que expone a la población a un riesgo cada vez mayor de contraer enfermedades y ver su situación aún más deteriorada.
 

Desde que ocurrió el terremoto, el CICR, junto con la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar y otras organizaciones locales de la sociedad civil, ha trabajado sin descanso para brindar apoyo y asistencia sumamente necesarios. Sin embargo, las necesidades son tan acuciantes que exigen una respuesta más amplia para no dejar atrás a las personas más vulnerables.

Una emergencia humanitaria que se agrava por el calor

En las zonas afectadas, miles de familias siguen durmiendo en tiendas de campaña, en refugios improvisados o a la intemperie. Las temperaturas durante el día alcanzan los 40 °C, lo que representa un alto riesgo de deshidratación, puesto que, además, el acceso al agua potable es limitado. Los daños producidos a las instalaciones de saneamiento y la infraestructura hídrica avivan el temor a posibles brotes de enfermedades transmitidas por el agua.

Mientras que en los centros urbanos, como Mandalay, ya hay una idea más clara de la magnitud de las necesidades humanitarias, todavía no se comprende bien la situación en las zonas rurales, que es aún más compleja. En general, estas regiones también son zonas afectadas por conflictos armados, lo que dificulta el acceso humanitario.

Necesidades sanitarias urgentes y en aumento

Tras el terremoto, la salud sigue siendo la preocupación más apremiante en Myanmar. Muchas instalaciones de salud, que ya estaban al límite de su capacidad, sufrieron daños graves por causa del desastre. En Mandalay y Sagaing, el CICR dona medicamentos e insumos esenciales a hospitales y clínicas para que puedan ofrecer atención médica cotidiana y vital.

A través del programa de clínicas móviles de la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar, que recibe apoyo financiero e insumos médicos del CICR, todos los días se brinda atención médica esencial a comunidades desplazadas, una oportunidad vital para quienes no pueden llegar hasta los servicios de salud tradicionales.

Restablecimiento de la seguridad económica y del acceso a los alimentos

A raíz de la destrucción de viviendas y comercios, muchas familias han perdido tanto su techo como sus medios de subsistencia. En Mandalay y Sagaing, el CICR presta apoyo a comedores comunitarios locales que a diario alimentan a personas desplazadas. También se está planificando la entrega de subvenciones monetarias polivalentes a unos 3.000 hogares, con el fin de que las familias tengan mayor autonomía para satisfacer sus necesidades inmediatas.

A mediano plazo, será esencial poner en marcha iniciativas de recuperación de los medios de sustento y asistencia a agricultores para mejorar la seguridad alimentaria en todo Myanmar, un país en el que 15 millones de personas ya padecía su falta antes del terremoto.

Economic security field officer explains how ICRC will support a community currently hosted at a local school in Sagaing, Myanmar.
Créditos: Stephen Ryan / CICR

Agua potable y viviendas más seguras

El acceso a agua potable sigue siendo una prioridad vital. Inmediatamente después del terremoto, el CICR distribuyó con premura filtros de agua de emergencia. Gracias a la formación previa y al equipamiento que recibió la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar, se instalaron unidades de emergencia para el tratamiento de agua, que dieron acceso a agua potable a tres zonas gravemente afectadas. En los días posteriores, el CICR distribuyó en algunas comunidades materiales para refugiarse.

Por otra parte, los ingenieros de Agua y Hábitat del CICR también han estado evaluando los daños estructurales en hospitales afectados, a fin de contribuir a los esfuerzos de restauración necesarios para restablecer el pleno funcionamiento de los servicios de salud.

“Durante una visita reciente a una comunidad de un municipio de Sagaing, las personas me decían que necesitaban con urgencia agua potable y electricidad para protegerse de las serpientes durante la noche”, relata Ei Shwe Sin Myo, ingeniera de Agua y Hábitat de la subdelegación de Mandalay. “Desde el terremoto, al menos 30 personas en Sagaing han fallecido como resultado de una mordedura de serpiente. Con los escombros, es difícil detectar estos peligros, en especial de noche”.
 

Red Cross staff at a water distribution
Créditos: Aye Sandar Tun / CICR

Protección de vínculos familiares y defensa de la dignidad

Más allá de las necesidades físicas urgentes, las familias siguen buscando noticias de seres queridos que han desaparecido. Junto con la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar, el CICR ayuda a restablecer el contacto entre familiares que han quedado separados por el desastre. Nuestra labor también implica dar apoyo a personas detenidas, para que puedan hacer saber a los suyos que se encuentran bien.

Otra parte vital de la respuesta de emergencia consiste en la gestión respetuosa de las personas fallecidas, destinada a evitar que la incertidumbre agrave el sufrimiento de los familiares en el futuro.

Iniciativas para sortear peligros ocultos

En algunas zonas rurales, la devastación del terremoto se suma a la amenaza oculta de las municiones sin estallar. El equipo de Contaminación por Armas del CICR está realizando importantes sesiones de sensibilización sobre riesgos y comportamiento más seguro en las comunidades, destinadas a socorristas, docentes y voluntarios locales de las áreas afectadas, además de los talleres impartidos directamente por el CICR en centros urbanos. A fin de seguir fortaleciendo nuestro Movimiento, el CICR ha brindado formación a la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar para que también ofrezca estas sesiones informativas, que pueden salvar vidas.

La presencia y la experiencia como base de nuestra respuesta

El CICR ha podido actuar con rapidez tras el terremoto gracias a su presencia de larga data en Myanmar: tenemos 39 años de labor humanitaria en el país, casi 600 empleados, y asociaciones establecidas con la Sociedad de la Cruz Roja de Myanmar y organizaciones de la sociedad civil. Nuestras reservas de insumos ya preparadas en Mandalay y Rangún nos permitieron responder de inmediato brindando agua potable, refugios de emergencia y suministros médicos vitales donde más se los necesitaba.

Un mes después del desastre, las necesidades siguen siendo inmensas, y es imperioso redoblar la respuesta humanitaria. Con la resiliencia de las comunidades afectadas y la cooperación de nuestros socios, mantenemos nuestro compromiso de llevar esperanza, asistencia y dignidad a quienes han sufrido tanto.

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Respuesta a la emergencia

4.400 personas

recibieron elementos esenciales para el hogar como parte de las distribuciones de emergencia

7.300 personas

recibieron asistencia alimentaria

12 hospitales

recibieron apoyo en Mandalay, Sagaing y Bago

20.789 kits para refugio

distribuidos en Shan State, en respuesta a las necesidades urgentes de personas desplazadas

23.400 personas

se beneficiaron con la donación de elementos como tabletas de cloro y filtros de agua en Mandalay, Bago y Shan

Ayude a las personas en Myanmar

El CICR está brindando ayuda crítica, como elementos de medicina, unidades de potabilización de agua, y refugio, y trabajando junto a la Cruz Roja de Myanmar para reconectar familias que se han visto separadas.
Con su apoyo, podemos seguir brindando ayuda para salvar vidas.

Colegas da Cruz Vermelha de Myanmar percorrem edifícios destruídos por terremoto.