La capacidad protectora del derecho internacional humanitario (DIH) es directamente proporcional al compromiso de los líderes de respetarlo. En virtud de los Convenios de Ginebra, todos los Estados están obligados no solo a respetar el DIH, sino a hacer todo lo que esté a su alcance para que los demás también lo respeten. Es momento de defender el derecho.
Si los Estados no reavivan el respeto por las leyes de la guerra, el mundo se expone a escaladas de violencia sin fin. Hoy se libran conflictos armados simultáneos en distintas regiones, que siembran la semilla de conflictos futuros y amenazan la paz y la seguridad mundiales.
En Sudán, el mundo hace la vista gorda mientras la población civil sufre ataques brutales, violencia sexual generalizada y la destrucción deliberada de servicios vitales como la atención de salud y el suministro de agua.
En Gaza se mata, se hambrea y se desplaza por la fuerza a personas civiles —que no tienen ningún lugar seguro adónde ir— al tiempo que las viviendas y la infraestructura crítica se destruyen sistemáticamente. En Cisjordania, los palestinos padecen una violencia implacable y son expulsados de sus hogares mientras los asentamientos se expanden.
En el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, miles de familias siguen sin saber qué ha sido de sus familiares desaparecidos, mientras la guerra con drones mata y hiere a civiles a cientos de kilómetros de las líneas del frente.
Las leyes de la guerra son una de nuestras herramientas más potentes en la lucha por la vida, la seguridad y la dignidad humanas, y en última instancia, por la paz. No respetarlas equivale a traicionar los pilares de la humanidad que esas leyes buscan proteger. Cuando los Estados respetan el DIH, están protegiendo a su propia población. Violarlo o dejar que otros lo violen exacerba la inestabilidad.
El pasado mes de septiembre, el CICR, junto con Brasil, China, Francia, Jordania, Kazajistán y Sudáfrica, lanzó una iniciativa mundial para renovar el compromiso político con el derecho internacional humanitario. Me alienta saber que, desde entonces, se nos han sumado otros 89 Estados y ese número sigue creciendo. Ayer, los líderes de los seis Estados fundadores se unieron en defensa de las leyes de la guerra. Llamaron a los demás Estados a invertir en DIH, a integrarlo en la legislación nacional y el entrenamiento militar, y a unirse a la iniciativa. Hoy celebrarán conjuntamente una reunión de alto nivel para defender la humanidad en medio de las guerras.
Todos los Estados tienen la responsabilidad moral y jurídica de revertir la erosión de estas normas en todo el mundo. El destino de millones de personas afectadas por las guerras de hoy y las del futuro estará signado por las decisiones que tomen los líderes para preservar —o abandonar— la humanidad en la guerra.
Acerca del CICR
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es una organización neutral, imparcial e independiente con un cometido exclusivamente humanitario establecido en los Convenios de Ginebra de 1949. Ayuda a personas afectadas por conflictos armados y por otras situaciones de violencia en todo el mundo, haciendo lo posible por proteger su vida y su dignidad, y por aliviar su sufrimiento, a menudo junto con sus socios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
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Oficina de prensa, CICR Ginebra, press@icrc.org