El Tratado sobre el Comercio de Armas es una respuesta histórica al sufrimiento humano que causa la disponibilidad generalizada de armas, durante los conflictos armados y una vez que estos han finalizado. Por primera vez en la historia, un tratado internacional establece que los Estados no deben transferir armas o municiones si saben que se las empleará para cometer crímenes de guerra. El CICR insta a todos los Estados a firmar, ratificar e implementar el Tratado sobre el Comercio de Armas y a cumplir su promesa de reducir el sufrimiento humano.