Libia / Siria: madre e hijo restablecen el contacto

09-12-2013 Reportaje

Siham es oriunda de Siria. Hace más de un año, su nieto Fahd desapareció y no regresó. Lo único que ella y su familia saben es que lo mataron. “Nada más”, dice con profundo dolor.

El éxodo

Temiendo que lo mismo pudiese sucederle a Marwan, su hijo menor, Siham, de 77 años de edad, resolvió que ambos debían huir a Libia. Nidal, el hijo mayor, se quedó en Siria para cuidar al resto de la familia y Marwan entró con su madre a Líbano para proseguir hacia Egipto, camino a Libia.  Al llegar a la frontera entre Egipto y Libia, las autoridades dejaron pasar a Siham, pero no a Marwan.

Al-Tuhami Shilta, comerciante libio que regresaba de un viaje de negocios a Egipto, relató: “Me enteré por unas personas que en el edificio de la aduana había una anciana completamente sola, que no sabía adónde ir. Lo único que podía hacer para ayudarla era ofrecerle alojamiento en mi casa en Misrata hasta que resolviera su situación. Podría haberse tratado de mi propia madre.”

Siham se instaló así en Misrata, junto a la familia de Al-Tuhami. Pero pasaron meses sin que recibiera noticias de su hijo. “Me han cuidado muy bien”, aseguró la anciana. Sin embargo, extrañaba a sus hijos. “Lloraba y rezaba a Dios todas las noches para volver a ver a Marwan”.

En Misrata,  Al-Tuhami inició la búsqueda de posibles parientes o conocidos de Siham. “Hice todo lo que pude, pero no pude dar con nadie que la conociera”, explicó.

Por fin, una esperanza

Pasó todo un año. Su otro hijo pudo ponerse en contacto con ella desde Egipto, donde estaba viviendo con el resto de la familia. Pero a raíz de la inestable situación en Egipto, no pudieron reunirse con ella en Libia. Mientras tanto, Siham seguía sin noticias de su hijo menor. Al no haber podido ingresar a Libia, Marwan había seguido viaje hasta recalar finamente en Suecia.

Si bien Marwan no conocía personalmente a la persona a cuyo cuidado estaba su madre en Misrata, sí sabía su nombre. Alguien le aconsejó que se acercara a la Cruz Roja Sueca. Allí, le pidieron que escribiera a su madre un mensaje de Cruz Roja, abrieron oficialmente una solicitud de búsqueda y comenzaron a buscar a Siham a través de la amplia red del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Los delegados del CICR a cargo de las visitas a las prisiones de Misrata reconocieron el nombre de Shilta; habían tratado con alguien de ese nombre en el curso de sus tareas. Una simple llamada telefónica confirmó que Al-Tuhami Shilta era el sobrino de la persona que habían conocido, y que era quien estaba cuidando a Siham.

El CICR y la Media Luna Roja Libia se pusieron en contacto con Siham y facilitaron una llamada telefónica entre ella y Marwan. A principios de octubre, el equipo del CICR la visitó en casa de Al-Tuhami. Llorando de alegría, Siham pudo por fin hablar por teléfono con Marwan.”¿Cuándo podré verte?”, le preguntó con ansiedad.

Al finalizar la llamada, Siham pidió ver el mensaje de la Cruz Roja que su hijo le había enviado. Besó la carta y la retuvo contra su pecho, con una expresión de esperanza. Por fin se encontraba un paso más cerca de su hijo. “Insha’Allah, pronto  estaremos nuevamente juntos. Es posible que lo peor haya quedado atrás”

Fotos

Al-Tuhami ha estado alojando a Siham casi por un año.”Puede quedarse en mi hogar hasta que pueda reunirse con su hijo”, nos dijo. 

Misrata, Libia.
Al-Tuhami ha estado alojando a Siham casi por un año.”Puede quedarse en mi hogar hasta que pueda reunirse con su hijo”, nos dijo.
© CICR

Siham fue separada de su hijo cerca de la frontera entre Libia y Egipto, en otoño de 2012. El hijo terminó en Suecia, pero perdieron todo contacto cuando él extravió su teléfono. Siham pudo ahora finalmente volver a hablar con su hijo. 

Misrata, Libya.
Siham fue separada de su hijo cerca de la frontera entre Libia y Egipto, en otoño de 2012. El hijo terminó en Suecia, pero perdieron todo contacto cuando él extravió su teléfono. Siham pudo ahora finalmente volver a hablar con su hijo.
© CICR