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Documento sobre la situación en Ruanda(de abril a noviembre de 1994)

01-11-1994 Resumen de actividades

  Antecedentes  

  En abril de 1994, el CICR empezó a multiplicar sus actividades en materia de abastecimiento de agua y de saneamiento en Ruanda. Un ingeniero del CICR realizó de inmediato un estudio en las regiones controladas por el Frente Patriótico Ruandés (FPR), donde vivían muchas personas desplazadas que habían huido de los intensos combates en Kigali y en otras ciudades.  

  Al mismo tiempo, un ingeniero de la Cruz Roja Británica visitó la mayor parte de las estaciones de tratamiento de agua que aún se encontraban bajo control del Gobierno con el fin de determinar toque hacía falta por lo que respecta a productos químicos, personal, repuestos, etc., artículos todos ellos difíciles de obtener de los países vecinos. También se trazó un plan de contingencia para reaccionar ante cualquier cambio en la línea del frente. Otros 2 ingenieros, del CICR y de la Cruz Roja Australiana se desplazaron al noroeste de Ruanda para emprender trabajos de saneamiento en varios campamentos, donde instalaron sistemas por gravedad o simples equipos de emergencia.  

     

  Actividades  

  En Kigali, se instaló un sistema de emergencia para proporcionar agua al hospital King Faisal y se mejoraron las instalaciones que abastecen el hospital quirúrgico del CICR Se repararon o modernizaron 6 sistemas de abastecimiento accionados por gravedad y se mejoraron varias instalaciones que protegen manantiales para hacer frente a las necesidades de las numerosas personas desplazadas. En Mukarange, Manyagiro y Tabagwe, hubo que instalar sistemas para la protección de los manantiales completamente nuevos.  

  En total, se instalaron sistemas de emergencia para distribuir agua en 10 campamentos donde había, aproximadamente, 250.000 personas desplazadas (Ngarama, Mugango, Gatete, Ndarama, Nyange, Bushara, Mukoma, Mukarange, Manyagiro y Tabagwe). También se facilitó el material para la construcción de letrinas.  

  El trabajo realizado para volver a poner en funcionamiento las principales estaciones de tratamiento de agua del país (Kigali, Gysensy, Ruhengeri, Cyangugu, Kibuye, Gikongoro, Kebgayi, Gitarama y Butara) consistió, sobre todo, en ayudar a los pocos miembros del personal que quedaban a mantener o reanudar la producción de la central.  

  Este programa, llevado a cabo en colaboración con UNICEF, ha permitido volver a dotar de personal las estaciones y facilitar conocimientos técnicos e incentivos laborales así como distribuir más de 140 toneladas métricas tm) de sulfato de aluminio, 15 tm de cloro (65%), 62 tm de cal, repuestos, combustible (más de 30.000 litros), grupos electrógenos de emergencia (60,2 x 70,100 kva) y equipos como unidades de soldadura autónomas (1 por estación).  

  En Kigali, la situación mejoró relativamente pronto, aunque permaneció precaria hasta que se repararon las líneas de tendido eléctrico. A finales de setiembre de 1994, la producción de la estación de tratamiento de agua de Kimisagara era de cerca de 1.000 metros cúbicos por hora, prácticamente la misma que antes de la guerra.  

  Diez orfanatos y centros sanitarios fueron abastecidos mediante camiones cisterna con más de 60.000 litros de agua por día, hasta que se pudo volver a poner en funcionamiento el sistema de distribución.  

  En el noroeste del país, tras un estudio inicial sobre la disponibilidad de agua a lo largo de las principales rutas que unen Ruhengerin con Gisenyi y Kigali, los ingenieros del CICR centraron sus esfuerzos en la rehabilitación de la estación de tratamiento de agua de Gisenyi, que tiene una capacidad de 3.000 metros cúbicos por día. Fue menester ubicar a empleados de Electrogaz en los campamentos de refugiados y convencerlos de que trabajasen en Ruanda bajo la protección del CICR Una vez reanudada, el 5 de agosto de 1994, la producción, se establecieron 5 puestos para llenar los tanques de agua y se organizó un centro de distribución a la puerta de la estación para las personas que pasan por la ruta de regreso a su hogar.  

  La calidad del agua producida por el sistema de distribución de Sebeya (45 metros cúbicos por hora) también fue mejorada, para evitar cualquier propagación ulterior de la epidemia de cólera.  

  Las estaciones de tratamiento de agua de Ruhengeri, Yangwe y Mizingo nunca dejaron de funcionar y lo que hacía falta eran productos químicos desinfectantes. Producían agua de una calidad bastante buena que, por gravedad, era conducida en cañerías a la red principal y, después, distribuida mediante camiones cisterna.  

  Además, un equipo de Electrogaz, directamente secundado por el CICA, reparó las lineas eléctricas entre Ruhengerin y Gisenyi, lo que permitió que la central de tratamiento y sectores importantes de la ciudad de Gisenyi pudiesen tener electricidad.  

  En el sur de Ruanda, los trabajos del CICR por lo que atañe al agua y al saneamiento se centraron en proporcionar agua al hospital de campaña del CICR instalado sucesivamente en Kabgayi, Nyanza y Rilima. Al mismo tiempo, se rehabilitó el sistema de abastecimiento de agua de Nyamata y se organizó, junto con Médicos sin Fronteras (MSF), la distribución de agua, mediante tanquetas, para el puesto alimentario y el sanatorio de disentería en Rilima.  

  También se realizaron programas de emergencia para responder a las necesidades de los huérfanos de la misión de Nyanza.  

  En el sureste de Ruanda, lo primero que había que hacer era completar un sistema por gravedad de 4,5 km para suministrar agua al campamento de Nyarushishi (de 10.000 a 15.000 personas desplazadas). Se supervisó después constantemente la situación de otros campamentos entre Cyangugu y Gikongoro.  

  Tras la partida del ejército francés, varios ingenieros efectuaron trabajos hidráulicos y de saneamiento en 5 campamentos para personas desplazadas ubicados al sur de Gikongoro (Ruramba, Kamana, Munini, Rwamiko y Muganza), donde había unas 65.000 personas. En el futuro se prestará especial atención a la restauración de los sistemas de abastecimiento de agua en las regiones que nunca fueron abandonadas o a las que la población haya regresado recientemente.  

    Los ingenieros también participarán en las actividades tradicionales del CICR en favor de los detenidos, con objeto de mejorar las condiciones de vida en lugares de detención. El CICR continuará prestando asistencia a las principales estaciones de tratamiento de agua hasta que otras organizaciones puedan intervenir.  

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  (Ref: DP (1995) 24e)