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Así avanza nuestra respuesta operacional frente al COVID-19 en Colombia

Nuestro trabajo no se detiene. Por eso, ajustamos nuestras operaciones para seguir respondiendo en medio del coronavirus.

En tiempos de pandemia, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ofrece ayuda humanitaria a víctimas del conflicto armado y otras situaciones de violencia, en estructuras de salud, a las personas detenidas; así como a migrantes, incluidos refugiados, y retornados en tránsito y con vocación de permanencia en su paso por zonas donde su exposición a todo tipo de riesgos es mayor.

Todas ellas, vulnerables ante un virus que no discrimina en medio de la violencia y el conflicto armado.

Las cifras que les compartimos a continuación describen el trabajo del CICR hasta el fin del mes de mayo de 2020 como respuesta a la pandemia. Estas acciones son posibles, en gran medida, gracias a nuestro principal socio en el país: la Cruz Roja Colombiana.

El apoyo a los servicios de salud tiene un papel central para contener y detener la propagación del virus y dar una buena atención a los pacientes. Por tal motivo, apoyamos de la siguiente manera a las instituciones de salud en las zonas más afectadas por el conflicto armado, la violencia y donde confluye la población migrante:

  • 7 hospitales ubicados en Ipiales, Tibú, Ocaña, Quibdó, Popayán, Florencia y Puerto Asís fueron priorizados para recibir insumos médicos, equipamiento, mobiliario, material para desinfección, apoyo en el manejo de cadáveres y carpas para aumentar la capacidad de hospitalización de pacientes con COVID-19.
  • 34 estructuras de salud (hospitales, centros de salud y puestos de salud) recibieron artículos para la higiene y desinfección por tres meses para las áreas de hospitalización de pacientes con COVID-19.
  • 13 comunidades (10.700 personas aproximadamente) afectadas por el conflicto armado y otras situaciones de violencia, fueron apoyadas con la entrega de kits de higiene.
  • 4 organizaciones recibieron kits de higiene y lavamanos portátiles para que continúen su labor de asistencia a víctimas del conflicto en medio de la crisis sanitaria.
  • 33 albergues y socios que atienden población migrante y otras personas en situación de calle en 18 ciudades fueron apoyados con la entrega de kits de higiene y lavamanos portátiles.

Estuvimos en Hacarí, Norte de Santander, apoyando al personal de salud con guantes, tapabocas y sillas de ruedas, entre otros, para prevenir el COVID-19. Foto: Fredy Pinzón / CICR

Según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, las agresiones al personal sanitario han aumentado con la pandemia.

Para ello, trabajamos en una estrategia conjunta con el Ministerio, la Cruz Roja Colombiana y la Cruz Roja Noruega de difusión de mensajes que promueve el respeto a la Misión Médica para disminuir la estigmatización, el rechazo social, las amenazas y las agresiones físicas y psicológicas en contra del personal de salud.

Es por esta razón que tres de estos profesionales recibieron atención psicológica. Al mismo tiempo, hemos continuado el diálogo con nuestros interlocutores para sensibilizarlos sobre la problemática.

El Programa de Salud Mental y Apoyo Psicosocial del CICR asesoró a 46 funcionarios en hospitales de Quibdó, Ocaña, Popayán, Tibú e Ipiales sobre la interlocución con familiares de pacientes con COVID-19. De igual manera, a través de centros de rehabilitación socios, se fabricaron protectores faciales para la donación a hospitales priorizados por el CICR.

Las autoridades han recibido orientaciones sobre el manejo de cadáveres de personas fallecidas por COVID-19. También, facilitamos intercambios con expertos forenses de Europa y Estados Unidos para ayudar a funcionarios en América Latina a estar preparados frente a un aumento de fallecidos y prevenir desapariciones administrativas.

34.280 litros de jabón líquido
100 lavamanos

Entrega de materiales de higiene y desinfección en zona rural de Guaviare. Foto: CICR

La población carcelaria del país es una de las más expuestas al virus por los altos niveles de hacinamiento. En consecuencia, hemos brindado apoyo técnico a las autoridades penitenciarias sobre el manejo de contagios por COVID-19, el cumplimiento de medidas de libertad de forma segura y el manejo de cadáveres.

Así mismo, enviamos documentos informativos y realizamos reuniones virtuales con los ministerios de Justicia y Salud, al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), a la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (USPEC), a la Fiduprevisora y a los Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, entre otros.

A partir de un análisis de necesidades realizado con autoridades penitenciarias, donamos materiales de higiene en áreas de atención por tres meses para 25 de estos establecimientos. Las entregas incluyeron 5.250 afiches con mensajes para la prevención del COVID-19 y 34.280 litros de jabón líquido.

Con el propósito de apoyar iniciativas intramuros ya existentes, entregamos materia prima para la producción interna de 154.000 tapabocas. Al personal de salud se le proporcionó 100 gafas de seguridad, 4.500 litros de gel antibacterial, 80 termómetros, 900 tapabocas de referencia KN95 y 3.600 batas desechables.

Entrega de 32.000 litros de jabón para cárceles en Colombia

Entrega de implementos y materiales de aseo para 28 cárceles del país. Foto Laura Aguilera Jiménez / CICR

Junto con la Cruz Roja Colombiana, el CICR está construyendo un acuerdo con el INPEC para facilitar el restablecimiento y el mantenimiento de contacto de familiares con las personas detenidas debido a que las visitas familiares tuvieron que ser suspendidas.

Entrega de materiales de higiene y desinfección en Cáceres, Antioquia. Foto: CICR

Las víctimas del conflicto y otras situaciones de violencia armada también han sido afectadas por las circunstancias generadas a partir de la emergencia sanitaria.

Solo desde el inicio de la cuarentena en Colombia, hemos registrado 59 víctimas de artefactos explosivos y minas antipersonal.

Quienes han sido víctimas de accidentes por contaminación por armas recibieron 46 asistencias económicas en el mes de mayo. Con este apoyo, los beneficiarios y sus familias pudieron cubrir las necesidades básicas generadas por la pandemia. Desde marzo, cuando se inició la respuesta COVID-19, el CICR ha entregado 202 asistencias económicas en varias regiones del país.

Ayudas humanitarias del CICR en Catatumbo, Colombia

Preocupa que aún hay muchas comunidades atrapadas en medio del conflicto y que son aún más vulnerables si llegara la pandemia. Foto: Libardo Monje / CICR

Para mitigar el riesgo de la población civil en los territorios que vive en zonas donde hay presencia de contaminación por armas, hemos transmitido cuñas radiales con mensajes de comportamientos seguros. La difusión se ha hecho en emisoras locales y comunitarias que cubren zonas rurales y urbanas de 53 municipios en 11 departamentos.

Así mismo, para el CICR en Colombia, ayudar a saber qué pasó y dónde están las personas desaparecidas es una prioridad operacional, por lo que, en medio de la pandemia, nuestro trabajo con estas familias no se detuvo.

Recuperar los restos humanos de mi padre y mi hermana significa que finalmente podemos reencontrarnos, respirar nuevamente y continuar con nuestras vidas

—Sara, a quien le entregamos los restos de dos de sus familiares el 21 de mayo de 2020 en Arauca

 

Recuperación de restos humanos en zona rural de Arauca, Colombia. Foto: Edward Robles / CICR

Además de adaptar nuestras capacitaciones a una forma virtual con actores activos en la búsqueda de personas desaparecidas, facilitamos espacios de articulación institucional en varias zonas del país.

Desde el inicio de la emergencia y hasta el 31 de mayo, hemos apoyado con asistencia económica a 436 familias de personas desaparecidas en situación de vulnerabilidad, para un total de 1.670 personas.

Hemos realizado más de 13.500 llamadas y prestados servicios de conectividad con nuestros socios con el fin de garantizar la dignidad de las personas afectadas por el virus, la protección de los lazos familiares y ayudar a las familias y enfermos con su dolor en un trabajo conjunto con la Cruz Roja Colombiana.

Tapabocas en Ipiales, Nariño, Colombia

Gracias al trabajo de víctimas del conflicto armado en Colombia, miles de tapabocas han sido entregados con apoyo del CICR. Foto: Cortesía Damas Grises de la Cruz Roja Colombiana en Ipiales, nariño.

Así mismo, iniciamos un trabajo de diagnóstico sobre las necesidades para el restablecimiento de contacto con familiares de pacientes COVID-19 en ocho hospitales del país.

Mantenemos el contacto con las comunidades y documentamos las violaciones al derecho internacional humanitario y al derecho internacional de los derechos humanos de los cuales siguen siendo víctimas.

Adicional a las actividades con la población civil, hemos establecido diálogos confidenciales con autoridades y actores armados para recordarles el respeto hacia la población y los bienes civiles, y de paso, difundir mensajes de autocuidado durante la pandemia.

Entrega de implementos de higiene y desinfección en Granizal, Antioquia. Foto: Otchoa Datcharry / CICR

La vulnerabilidad económica ha sido evidente durante la pandemia, razón por la cual, 617 familias (2.563 personas) afectadas por el conflicto armado recibieron asistencia monetaria para alimentos y aseo.

Identificamos oportunidades de trabajar junto a beneficiarios con experiencia en confecciones, a través de nuestro programa de generación de ingresos. La iniciativa logró que 64 unidades productivas en 11 municipios inicien la fabricación de 300.700 tapabocas durante junio, julio y agosto.

A los insumos que entregamos, se suma un incentivo de 1.200 pesos por tapabocas manufacturado y una donación de 900 tapabocas para que los empresarios emprendedores los comercialicen. La producción restante (243.000) será donada a parroquias, albergues, comedores comunitarios y organizaciones sociales.

Además, apoyamos con entregas de asistencia a anteriores beneficiarios del programa (642 familias que suman 2.349 personas) cuyos negocios o empleos resultaron afectados por la emergencia COVID-19. Las gestiones han contado con el apoyo de integrantes de la Cruz Roja Colombiana en Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Norte de Santander, Santander y Valle del Cauca.

Atendiendo a las necesidades generadas por la pandemia, 1.300 personas (víctimas del conflicto, migrantes, refugiados, residentes y otras poblaciones vulnerables) recibieron comidas preparadas en Palmira, Cali, Buenaventura y La Hormiga, mediante la donación de alimentos a socios o a través de proveedores locales.

En Tumaco, un albergue recibió apoyo, en coordinación con la alcaldía, para dar alojamiento y alimentación a 10 familias (40 personas) migrantes y víctimas. Asimismo, hicimos intervenciones que beneficiaron a cerca de 4.000 migrantes en tránsito en puntos críticos de la ruta, mediante entrega de kits y donaciones a albergues.

Los migrantes (incluidos refugiados) tienen que enfrentar la falta de ingresos, ya que en su mayoría han perdido el trabajo que les permite el sustento diario. Es así como 218 migrantes y 10 familias (51 personas) víctimas del conflicto armado y otras situaciones de violencia recibieron apoyos económicos.

Por ejemplo, en el sur del país hemos brindado alojamiento temporal y alimentación a 10 familias migrantes que incluyen caminantes y otras que han sido desalojadas de sus viviendas.

Una familia colombiana (padres e hijo de 18 años) que vive en Ecuador en condición de refugiados por causa de un desplazamiento en Caquetá, no encontró asistencia médica en Ecuador. Decidieron pasar a Colombia y por el cierre de fronteras a raíz de la pandemia, no pudieron regresar a su país de residencia. Los primeros días que estuvieron en La Hormiga, Putumayo, no tenían qué comer.

Cuando conocimos del caso, la familia recibió alojamiento y alimentación.

Entrega de mantas, tapabocas y kits de aseo y de higiene, a los migrantes que transitaban la vía entre Pasto e Ipiales, Nariño.

Los desafíos que, en términos humanitarios, puede afrontar el país por razones de la pandemia, nos tienen en alerta. No obstante, el conflicto armado y otras situaciones de violencia siguen generando consecuencias para la población civil en Colombia.

Nuestro trabajo humanitario continúa, con o sin COVID-19.

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