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Colombia: llegó el momento de aterrizar lo acordado en La Habana

En este editorial, el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, hace un llamado para que los diálogos de La Habana pasen de las palabras a los hechos. Las víctimas del conflicto armado necesitan ver cambios concretos después de un eventual acuerdo de paz. 

IR AL ESPECIAL MULTIMEDIA COLOMBIA, RETOS HUMANITARIOS 2016

Con el ritmo al que han avanzado las negociaciones de paz en Cuba, ahora es más tangible que hace un año la posibilidad de que Colombia logre en 2016 un acuerdo para terminar el conflicto armado entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP).

Las expectativas son enormes, pues se trata de poner fin a una confrontación armada de 52 años tras varios intentos fallidos. No obstante, esas expectativas tienen que ir acompañadas de acciones concretas. Y de eso falta mucho todavía.

En 2015 y los primeros dos meses de 2016, en las zonas de conflicto las acciones armadas entre las FARC-EP y la Fuerza Pública cayeron a niveles no vistos hace años. Mientras tanto, desde La Habana se anunciaban decisiones clave en temas de alta trascendencia humanitaria como la búsqueda de personas desaparecidas y la limpieza de campos minados.

Un proyecto piloto de desminado en dos zonas de Antioquia y Meta demostró que las partes en conflicto podían trabajar juntas para implementar los acuerdos. Las medidas pactadas para la búsqueda de los desaparecidos llevaron la idea de los 'pilotos' a un segundo nivel. Esto, sin contar los avances en cuatro de los seis puntos en negociación: política agraria, participación política, drogas ilícitas y víctimas.

Lo que está puesto sobre el papel es un gran logro, pues significa que dentro de una agenda de negociación política fue posible incluir asuntos humanitarios y medidas concretas para mejorar la situación de las víctimas. Desde el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) saludamos estos avances.

Sin embargo, esperar hasta el acuerdo final para aterrizar en Colombia lo acordado en La Habana sería equivocado. Urge cambiar, desde ya, el 'modo piloto' y embarcarse en acciones que beneficien a la mayoría de víctimas de la guerra, que hasta hoy siguen sin ver un impacto real de las negociaciones en su situación cotidiana y continúan necesitando asistencia.

Como lo contaron las propias víctimas a los colaboradores del CICR, la realidad de muchos colombianos en zonas de violencia armada urbanas y rurales continúa como si no hubiera negociaciones de paz: aún enfrentan amenazas, desplazamientos 'gota a gota', violencia sexual, restricciones por la presencia de artefactos explosivos en sus territorios y desapariciones, entre otras afectaciones. Viven con la esperanza de que su situación mejore con la firma de un acuerdo, pero lo cierto es que los acuerdos, por sí solos, no van a resolver sus problemas. 

La mayoría de víctimas sigue sin ver un impacto real de las negociaciones en su situación cotidiana y continúan necesitando asistencia.

Christoph Harnisch, jefe de delegación - CICR Colombia

No hay que olvidar que en las ciudades la violencia armada sigue causando estragos entre la población. Al CICR le preocupa, en particular, la situación de Buenaventura, Medellín y Tumaco, ciudades donde priorizamos nuestra acción humanitaria. En estos lugares, pero también en otras zonas menos conocidas para la opinión pública, la violencia armada ha mantenido a los habitantes de diferentes barrios en una situación precaria.

En el CICR somos conscientes de la magnitud de los desafíos humanitarios para Colombia, sobre todo porque, a pesar de la firma de un acuerdo, no se detendrán las consecuencias ni del conflicto ni de los otros tipos de violencia armada que continúan.Por eso permanecemos al lado de las víctimas y seguimos presentes en las zonas del país que más lo necesitan.

Mientras tanto, estamos listos a seguir apoyando la implementación de acuerdos humanitarios a los que lleguen las partes en conflicto y de apoyar, como intermediario neutral, un eventual proceso de negociación entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que sigue pendiente de un comienzo formal.

Reiteramos, finalmente, nuestro llamado al 'aterrizaje', a convertir los acuerdos en realidades, a no dejar pasar la oportunidad de salir de la guerra de una vez por todas, pues esto, seguramente, no se repetirá en años.

Christoph Harnisch, jefe de la Delegación del CICR en Colombia


Colombia es una de las 15 operaciones más grandes del CICR en el mundo. En 2015 el presupuesto de esta delegación fue de 33,3 millones de francos suizos, unos 100.000 millones de pesos (cambio promedio en 2015).



Descargue las fotos del informe
'Colombia: retos humanitarios 2016'.

Entérese de más noticias sobre este trabajo humanitario en la página del CICR en Colombia.

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