Colombia, vivir en medio del conflicto: episodio 1 - "Una espera que desespera: los desaparecidos"
Los episodios se estrenarán individualmente cada 15 días y se podrán leer en nuestra página web.
Quienes tienen familiares desaparecidos enfrentan diversas dificultades en el proceso de búsqueda, pero con la llegada del COVID-19 todo ha sido más complejo. Dioselina Guerrero y Mauricio López cuentan desde diferentes experiencias cómo la incertidumbre se ha hecho más grande y la espera más larga debido a la necesidad de la virtual para avanzar en los trámites y al cierre de oficinas de instituciones que prestan ayuda.
Transcripción
[Dramatizado]: ¿Estará bien? A ese lugar donde desapareció, ¿será que voy?
[Jorge]: En Colombia se estima que hay más de 120.000 personas desaparecidas a causa del conflicto armado y la violencia. Esto es como si el estadio de Barranquilla, donde juega nuestra selección, se llenara casi 3 veces.
Ahora recuerde lo que se siente cuando una persona cercana e importante para nosotros ya no está; la sensación de vacío y nostalgia que nos embarga en la mayoría de los casos y que puede durar toda la vida. Este es el dolor que sienten cada día las familias de todas las personas que llenaron el estadio, un dolor que se hace mayor y se presenta de manera permanente al no saber ni que pasó ni dónde está su familiar.
[Dramatizado]: ¿Habrá comido hoy? ¿Estará bien de salud? ¿Sentirá frío?
[Jorge]: La búsqueda del paradero de una persona desaparecida es una tarea que para muchas familias se convierte en su principal objetivo, lo que hace que asuman riesgos al tratar de ir a zonas alejadas para buscar información o, incluso, perder sus trabajos para tener el tiempo necesario de ir de un lugar a otro buscando respuestas.
Además de dejar sus trabajos, algunos familiares abandonan a sus hijos o sus familias para concentrarse en buscar al ser querido que falta, lo que lleva a que las familias se desintegren y los hijos, en ocasiones menores, queden solos.
[Dramatizado]: Alguien debe saber algo sobre mi hijo, pero, ya no tengo más dinero para seguir buscando... ¿Será que pido ayuda? Pero ¿dónde?
[Jorge]: Los familiares de las personas desaparecidas deben enfrentarse a muchas dificultades en la búsqueda... Ellos deben enfrentarse a situaciones que nadie se imagina.
[Juan Rodríguez]: Anduve cuatro meses a la pata de esa gente, no me dieron razón de ninguna manera, nadie, nada, nada... porque hubo mucha gente que los mataron y los echaron... a la mayoría de gente los echaron al río, ¿a dónde los van a buscar? Eso es trabajoso.
[Alix María Agudelo]: No hemos podido saber nada, nada, nada, pero hemos mandado aviso que, si alguien los reconocía o sabía, que nos pasaran un aviso, pero no, ni una cosa, ni otra. Y nosotros ahorita enfermos ni para salir, ni para nada, ni para uno salir a averiguar. Es que aquí permanecemos los dos solos. La muchacha está trabajando, ella tiene que salir porque, entonces, pierde el trabajo.
[Alice]: Me dijeron que debía esperar 72 horas, que porque quién sabe para dónde se había ido.
[Dramatizado]: El COVID-19 acaba de llegar al territorio colombiano...
[Jorge]: Desde el 2020 cuando el primer caso de COVID 19 apareció en nuestro país, el Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia registró 114 nuevas desapariciones. Esto significa que, en promedio, se registró un caso de desaparición cada tres días. Y aunque el mundo se detenía obligado por la situación de salud pública, no lo hacía la violencia y el número de desaparecidos continuaba aumentando.
[Dramatizado]: Las desapariciones en el territorio colombiano no se detienen...
[Jorge]: Las familias de las 120.000 personas desaparecidas siguieron buscando y con esta nueva realidad aparecieron más dificultades.
[Jorge]: Conozcamos a Dioselina Guerrero, una madre que tuvo que vivir de primera mano la dificultad al gestionar la entrega del cuerpo de su hijo durante la pandemia.
[Dioselina Guerrero]: La última vez que fui a la Defensoría del Pueblo me dijo el señor: "Mire doña Dioselina, acá es difícil para que usted entre ahorita porque está la pandemia". Esas calles eran, mejor dicho, que no se veía un alma en las calles, pero yo insistía, yo insistía. Entonces él me dijo: "Eso todo toca por internet, métase a una página y averigüe por internet". Y yo dije: "Señor, si yo no sé ni manejar mi teléfono, yo mi teléfono no lo sé manejar, solamente WhatsApp y llamadas que me hagan". Entonces yo le decía al marido mío: "pero yo no me voy a rendir, yo no me voy a rendir, Dios tiene que ayudarme a mí porque yo tengo que sacar los huesos de allá".
[Jorge]: A pesar de todas las dificultades que imponía la pandemia, Dioselina hacía todo lo que estaba a su alcance para poder recuperar el cuerpo de su hijo desaparecido.
[Dioselina Guerrero]: Todo el mundo quería era estar encerrado en las casas. Yo era con la angustia de tocar una parte y tocar en la otra, y todo el mundo me decía: "Mire que no porque por la pandemia". Un señor me dijo: "Usted ahorita no puede hacer nada, espere que pase la pandemia" y yo le decía: "Señor, pero esta pandemia cuándo se va a acabar, esta pandemia nunca se va a acabar, si ve...".
La gente me decía a mí "que mire que por la pandemia", pero yo no le paraba bolas a eso porque yo siempre tenía a ese chino en la mente; yo me acostaba a dormir y yo decía "Ay, Dios mío, cuando será que me lo ayudan a sacar de allá, yo tengo que sacarlo de allá" y mi hermana me decía a mí: "Mija, Dios es grande y poderoso, Dios es grande y poderoso, y verá que usted algún día va a lograr que lo saquen de allá" y ese día se llegó y gracias a los señores de la Cruz Roja que me colaboraron.
[Jorge]: La pandemia ha sido un reto adicional que han tenido los familiares y quienes los acompañan en su búsqueda de las personas desaparecidas.
[Mauricio López]: Hola, qué tal, mi nombre es Mauricio López, oficial de protección del Comité Internacional de la Cruz Roja en la ciudad de Cúcuta, Colombia.
Dentro del CICR, nuestro trabajo humanitario, el apoyo a las víctimas del conflicto armado y, en especial a las familias de personas desaparecidas es bastante amplio, son muchas cosas realmente las que hacemos, entonces, justamente nuestro valor agregado es ese, de ir a preguntarle a los actores armados, a las comunidades, allá en esas zonas lejanas y remotas donde ni las familias, ni las instituciones pueden llegar, con el objetivo de tener respuestas y transmitirles esas respuestas a las familias, ¿no? que al final ellos sepan que pasó con sus seres queridos.
No es un trabajo fácil, pero es un trabajo que llena de esperanza, la búsqueda que tienen todas estas familias en Colombia y, bueno, lo hacemos también en otras partes del mundo.
[Jorge]: Mauricio, en su trabajo de apoyar a las familias a buscar a sus seres queridos desaparecidos, ¿qué significó la pandemia del COVID-19?
[Mauricio López]: Fue un momento de parar, de no tener respuestas también porque tuvimos que encerrarnos, todos nos encerramos; tuvimos que dejar de salir al terreno, al campo a preguntar. Entonces fue un momento también que dejamos de darle noticias a los familiares, ¿no?... De reinventarnos, esa nueva palabra que está de moda y, también, pensar en cuidarnos a nosotros, era un momento de incertidumbre y también pensar en cuidar a las comunidades.
Poco a poco fuimos retomando nuevamente nuestra labor, ahora con mucho más cuidado, lógicamente, pero no ha sido un momento fácil, sobre todo para las familias, ¿por qué? Porque esta pandemia realmente ha socavado o ha mostrado un poco más las dificultades que ellos ya tienen... Saber respuestas.
Con la pandemia, que todo se volvió virtual, fue un poco más complicado, que nos tuvimos que encerrar, que las instituciones cerraron sus puertas fue un poco más complicado para las familias; cualquier diligencia, cualquier trámite, cualquier pregunta que tuvieran tenía que esperar o si no tenían un teléfono, si vivían en el campo era mucho más complicado, pero bueno, ellos siguen buscando; las familias nunca paran de buscar y para eso estamos también nosotros y lo importante es que la sociedad en general entienda que una búsqueda no se hace solo, que todos necesitamos del apoyo y, que al final, lo importante es saber qué pasó con ellos. ¿No? Que pasó con sus seres queridos. Darles un momento de tranquilidad entonces, es eso, de eso se trata.
[Jorge]: La búsqueda continúa para las familias, su derecho a saber jamás desaparecerá, al igual que el dolor y la incertidumbre, pero reconocer y ayudarlos en este proceso es una forma de aliviar el dolor que ha dejado en Colombia la violencia y el conflicto armado.
[Dioselina Guerrero]: Le pido a las personas que no les dé miedo, que busquen ayuda, que busquen ayuda, que toquen puertas, que Dios es grande y poderoso, y que hay una mano que los ayuda; que no les de miedo porque hay muchas personas que no buscan ayuda por miedo o que van una vez, y no los ayudan, bueno y dejan de buscar ayuda, que no se cansen que busquen ayuda y que toquen puertas.
[Mauricio López]: Los familiares siguen buscando, pero no pueden hacerlo solos, acompañémoslos. Esa es la importancia del derecho a saber qué les pasó a sus seres queridos desaparecidos.
[Jorge]: El panorama que parece desalentador puede mejorar si quienes tienen la obligación de intervenir en la búsqueda intentan hacer cada proceso de fácil acceso para las personas, y si quienes conocemos a una familiar que busca a un ser querido ofrecemos palabras de apoyo y nos solidarizamos con las personas, para que sientan que no están solas en este camino.