En 2022, intensificamos nuestros esfuerzos para abordar las crecientes necesidades humanitarias generadas por los conflictos armados y otras situaciones de violencia en todo el mundo, particularmente en comunidades que también enfrentan las consecuencias de crisis superpuestas.
A través de nuestro enfoque neutral, imparcial e independiente del trabajo humanitario, pudimos llegar a comunidades inaccesibles para otros y mantener nuestra proximidad con las personas afectadas por los conflictos, lo que nos permite una relación más estrecha con ellas y asegurarnos de que nuestros programas fueran adaptados a sus necesidades, accesibles y que apoyen sus capacidades.
En todo el mundo, brindamos ayuda oportuna durante emergencias y ayudamos a las comunidades a desarrollar su resiliencia ante los efectos de los conflictos, permitiendo a millones de personas satisfacer sus necesidades más urgentes, tener acceso a agua potable y atención médica vital, y reforzar su seguridad alimentaria.
Miles de personas detenidas recibieron visitas de delegados del CICR. Verificamos su situación y brindamos apoyo para mejorar sus condiciones de vida.
Nuestra Agencia Central de Búsqueda, con nuestros socios en el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, permitieron que las familias separadas restablecieran el contacto y buscaran a las personas desaparecidas en relación con conflictos armados, migración y otros motivos.
Complementando estas actividades, buscamos limitar el sufrimiento humano promoviendo el respeto por el derecho internacional humanitario y otras normas aplicables, difundiendo la conciencia sobre los principios humanitarios básicos y planteando temas de interés a las partes influyentes a nivel nacional, regional y mundial.