Mrauk-U, la antigua capital del estado de Rakhine, es uno de los municipios más afectados, con muchas zonas inundadas. Las inundaciones han aumentado significativamente el caudal de los principales ríos del país y sus afluentes.
Mrauk-U, la antigua capital del estado de Rakhine, es uno de los municipios más afectados, con muchas zonas inundadas. Las inundaciones han aumentado significativamente el caudal de los principales ríos del país y sus afluentes.
El centro de Mrauk-U, normalmente un destino popular en noviembre, diciembre y enero para turistas que visitan sus templos, estuvo sumergido durante las inundaciones.
Debido a los daños generalizados que ha sufrido la estructura de transporte, como carreteras y puentes, y comunicaciones, algunas zonas han quedado aisladas.
Cuando empezaron las inundaciones, muchas personas tuvieron que abandonar sus hogares y se refugiaron en escuelas y monasterios.
En los primeros días que siguieron al ciclón Komen, el CICR y la Cruz Roja de Myanmar distribuyeron artículos de primera necesidad, como mantas, colchonetas y lámparas, entre 3.700 personas en 14 centros para evacuados. Esto se hizo en consulta con las autoridades y los dirigentes comunitarios, para mejorar las vidas de todas las comunidades afectadas.
Gran parte de la infraestructura básica ha sido destruida. “Junto con la Cruz Roja de Myanmar, movilizamos toda nuestra capacidad operacional en apoyo de la ayuda. A medida que las familias regresan a sus casas, brindamos apoyo práctico tanto en las labores de limpieza como para ayudar a las familias más afectadas a restablecer sus fuentes de ingresos”, señaló Juerg Montani, jefe del CICR en Myanmar.
Distribución de artículos de primera necesidad (mantas, colchones y lámparas) en los alrededores de Mrauk-U, junto con la Cruz Roja de Myanmar.
“Muchos arrozales se han inundado. La población no va a tener una buena cosecha en diciembre y, como consecuencia de ello, muchos jornaleros perderán su trabajo”, explicó Oscar Susanto, delegado del CICR encargado de las actividades de ayuda en Mrauk-U. Como medida urgente, el CICR distribuyó arroz para tres días entre 7.500 personas vulnerables en aldeas del municipio de Mrauk-U y sus alrededores.
Las labores de limpieza han empezado tras las inundaciones. A medida que baja el agua, el énfasis pasará a ser contribuir a la recuperación de las comunidades locales. La prioridad del CICR, junto con la Cruz Roja de Myanmar, va a ser restablecer las fuentes de agua, como pozos y estanques; retirar los escombros y reconstruir la infraestructura comunitaria mediante proyectos de efectivo a cambio de trabajo; y, más tarde, dar apoyo a actividades que mejoren los ingresos de las comunidades. “La población va a necesitar formas de restablecer sus actividades económicas. Es clave que la ayudemos”, concluye Oscar Susanto.
Más de un millón de personas, según el gobierno de Myanmar, han sido afectadas por las inundaciones que ha sufrido el país desde mediados de julio.
El CICR ha incrementado sus actividades de ayuda, en estrecha colaboración con la Cruz Roja de Myanmar y otros socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja. El CICR ha centrado su trabajo en el estado de Rakhine, donde tiene una fuerte presencia operacional por las consecuencias de la violencia intercomunal que estalló en 2012.