Informe

Las medidas sostenibles protegen a personas privadas de libertad

En todo el mundo, las medidas de protección contra la proliferación del nuevo coronavirus estuvieron guiadas por tres principales orientaciones: distanciamiento social, aislamiento y hábitos de higiene personal y de los ambientes. Sin embargo, estas orientaciones conllevaron un desafío potencial para la labor del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el ámbito de la detención. Teniendo en cuenta el contexto de superpoblación de los sistemas penitenciarios, ¿cómo asegurar la protección de las poblaciones privadas de libertad, que son más vulnerables al contagio?

"Cuando surgió la pandemia, logramos obtener una respuesta rápida de apoyo a los sistemas penitenciarios, en virtud de nuestro diálogo constante con las autoridades", destaca Patricia Badke, responsable del Programa en beneficio de las personas privadas de libertad de la delegación regional y coordinadora adjunta del departamento de Protección. "En marzo y abril, reunimos virtualmente a los directores de los sistemas penitenciarios de los cinco países [Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay] para entender mejor sus necesidades y facilitar un apoyo adaptado a la realidad que afrontan. Esto permitió preparar protocolos de
respuestas de prevención y promover el intercambio de experiencias", explica.

El equipo del CICR ofreció asesoramiento técnico mediante el equipo de gestión penitenciaria sobre las acciones a realizar en materia de protección de las poblaciones vulnerables, higiene, regulación de
visitas, ingreso de materiales e intercambio de prácticas interesantes en el ámbito de la protección entre interlocutores de otros países de la región.

Además de los protocolos y recomendaciones, el CICR donó a los sistemas penitenciarios máquinas para la producción de elementos de protección, limpieza e higiene en los cinco países, lo cual fue fundamental para enfrentar la pandemia.

Los socios elogiaron las medidas y la asistencia recibida de forma eficiente, sobre todo teniendo en cuenta la sostenibilidad de
las acciones. «La donación que recibimos es de gran ayuda porque nos permite ampliar los talleres textiles; en los centros de detención hay capacidad productiva porque las personas privadas de la libertad se forman en varios oficios, entre ellos la confección textil», afirmó la directora de Bienestar y Reinserción Social del Ministerio de Justicia de Paraguay, Alejandra Mendoza

Já no Paraguai, os centros de detenção foram beneficiados com 26 máquinas de costura, e outros itens para a confecção de máscaras e demais equipamentos de proteção pelas pessoas detidas; e, no Uruguai, o CICV doou 25 aquecedores de água e 20 máquinas lavadoras de alta pressão para melhorar a higiene da população penal.

Os parceiros reconheceram a importância das medidas e da assistência recebida de forma eficiente, pensando também na sustentabilidade das ações. "A doação recebida é de grande ajuda, porque graças a isso estamos ampliando as oficinas têxteis; nos centros de detenção há capacidade produtiva, já que as pessoas privadas de liberdade são capacitadas em vários ofícios, entre eles o de confecção têxtil", afirmou a diretora de Bem-Estar e Reinserção Social do Ministério da Justiça do Paraguai, Alejandra Mendoza.

+ de 40 mil
30
Testimonio
Foto: Cruz Roja Paraguaya

Brasil

En Brasil, además del apoyo técnico, se hicieron donaciones a los centros de detención de Ceará, Río de Janeiro y Roraima.

Para Adriana Caicedo, delegada de Detención en Ceará, el mérito de la producción de mascarillas dentro de los
propios centros penitenciarios es la sostenibilidad de la medida. "En un principio, las máquinas donadas funcionan para la producción de mascarillas, pero a largo plazo, pueden servir para otros usos, como la confección de otros productos", explica.

 

El primer objetivo fue responder a las necesidades del propio sistema, mediante la producción de equipos de protección para empleados y personas privadas de libertad. "Pero la acción también tuvo como consecuencia una mejora desde un punto de vista psicosocial, ya que las autoridades restringieron el traslado de estas persons dentro de los establecimientos penitenciarios", analiza.

En Ceará, el CICR promovió la cooperación entre la Secretaría de la Administración Penitenciaria del Estado y otras secretarías municipales en Fortaleza, como la Secretaría Municipal de Educación y la Secretaría Municipal de Derechos Humanos y Desarrollo Social para la donación de mascarillas producidas por las personas privadas de libertad y destinadas a escuelas y vecinos de comunidades vulnerables. "Fue muy interesante ver que el sistema penitenciario, que suele verse como un problema, puede realizar
aportes positivos a la sociedad", concluyó Adriana.

En Roraima, las personas privadas de libertad en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, en Boa Vista, se beneficiarán con mejoras en el sistema de suministro de agua de la unidad, mediante la ampliación de la capacidad de abastecimiento y almacenamiento de la red de distribución de agua del lugar. Estas acciones del CICR permitirán asegurar la provisión continua de agua en el interior de la penitenciaría por medio de la perforación de un pozo artesiano, la instalación de bombas hidráulicas y cañerías, y la impermeabilización y limpieza del depósito de agua.

Foto: Camila de Almeida/CICR

Adriana Caicedo
Assessora de Detenção no Ceará

No obstante, la pandemia cambió muchos aspectos de nuestro trabajo. Si pudiera destacar una acción este año, sería la donación de máquinas de coser porque, además de la producción de las mascarillas en sí, que el sistema penitenciario estaba precisando para su propia protección, se generó una nueva actividad que mejoró el día a día de los detenidos que
fabricaban mascarillas. Esta actividad también permitió que los detenidos pudieran continuar redimiendo sus penas con el trabajo y, a futuro, esas máquinas seguirán siendo una herramienta útil para otras actividades productivas

Además, algo que también me pareció interesante fue que, después de atender las necesidades del sistema penitenciario, se realizaron numerosas donaciones de mascarillas para las zonas más afectadas por la violencia. Me pareció hermosa la idea de que el sistema penitenciario también apoye a la comunidad. En las cárceles de mujeres, las internas pudieron apoyar mediante su producción a escuelas y comunidades donde, a veces, ellas mismas residían, y así beneficiar a sus hermanos o a sus hijos

Por último, tenemos que recordar que las personas privadas de libertad pasaron por las mismas situaciones de miedo que nosotros, pero estaban lejos del apoyo de sus familias. Tuvieron esos mismos miedos de enfermarse, pero sin acceso a las noticias y a la información que nosotros tuvimos. La idea es que ahora, en el inicio del nuevo año, podamos entrar a los
establecimientos penitenciarios. Y entonces voy a ver directamente, escuchar los testimonios de las personas sobre cómo ha sido para ellas el resultado de este trabajo y los efectos de esta producción. Esto, para mí, es lo más importante.

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