El CICR brindó apoyo a entidades de beneficencia en toda Rusia y Europa oriental. A cien años del fin de la Primera Guerra Mundial, el CICR sigue protegiendo la vida y la dignidad de las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia, a la vez que promueve y fortalece el derecho internacional humanitario.
Muchísimos niños quedaron huérfanos como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. El CICR trabajó con las Sociedades Nacionales de algunos países que estaban en guerra en pos de organizar refugios para niños, que siguieron funcionando durante mucho tiempo después de que finalizó la Primera Guerra Mundial.
La vacunación es una manera efectiva de prevenir los brotes de enfermedades infecciosas. Cien años después de la finalización de la Primera Guerra Mundial, las epidemias continúan siendo una seria amenaza contra la vida y la salud de las víctimas de conflictos armados, como el que hoy se libra en Yemen.
Durante las visitas a los campos de prisioneros, el CICR prestó especial atención a los niños, quienes —al igual que los adultos— o bien habían sido capturados y detenidos, o bien se habían convertido en refugiados. Un total de diez mil polacos, rusos, belgas y franceses —entre ellos, mujeres y niños— permanecieron detenidos en el campo de Holzminden.
El CICR ayudó a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja a repatriar a más de cuatrocientos veinticinco mil prisioneros de guerra rusos, alemanes, austríacos y húngaros. En aquel entonces, al igual que ahora, el CICR prestaba especial atención a los niños durante los conflictos bélicos. El CICR apoyaba a entidades de beneficencia tanto en Rusia como en otros países para brindar alimento, ropa y refugio a los niños. Cuando era posible, también ayudaba para reunir a los niños con sus padres.
Estas fotografías vieron la luz pública por primera vez en una exhibición realizada en el centro de Moscú, Rusia. La exhibición conmemora los cien años desde la finalización de la Primera Guerra Mundial, que se cobró la vida de un millón setecientos mil soldados de Rusia, el segundo país en sufrir más bajas, después de Alemania. También se cobró la vida de unos setecientos treinta mil miembros de la población civil de Rusia, número que solo fue superado por la Revolución rusa (1917) y la guerra civil de ese país.