Níger: un conflicto que no respeta fronteras

  • Miles de personas que huyeron del conflicto se enfrentan ahora con una extrema escasez de agua potable.
  • El agua es un elemento escaso para miles de personas desplazadas y de refugiados que huyeron de los enfrentamientos en Nigeria. Para evitar las largas colas en los pozos, algunos pobladores en Toumour se arriesgan a tomar agua de un estanque que sirve de bebedero para el ganado. A fin de abastecer de agua potable a un mayor número de personas, el CICR perfora cinco nuevos pozos de agua.
  • Una enfermera del CICR revisa a un paciente sometido a rehidratación endovenosa. El paciente fue trasladado a un centro de salud en Bosso desde un campo de personas desplazadas. El centro atiende semanalmente a más de 160 personas desplazadas, además de dispensar atención a la población local.
  • Maina M'Bodo es un pastor de 60 años de edad. Tiene dos esposas y 10 hijos. Su familia poseía unas cien vacas que llevaban a pastorear en las islas de la ribera nigeriana del Lago Chad, hasta que tuvieron que salir de allí debido a los enfrentamientos. “Ocurrió en abril del año pasado. Habíamos estado en Níger hacía solo tres meses. Los rebeldes nos atacaron y mataron a cinco miembros de mi familia, incluido uno de mis hijos. Se quedaron con todo nuestro ganado. Al llevarse mi ganado, se llevaron también mi vida.” Cuando la familia llegó a Yebi, cerca de la frontera con Nigeria, el jefe dela aldea les cedió un terreno para que construyeran su casa. “Ahora vendo paja y mis esposas ganan el sustento con la molienda de mijo para la población local.”
  • Toumour, una aldea distante unos 80 km de Diffa, casi no sufrió las consecuencias de la violencia. Miles de personas desplazadas y de refugiados se dirigieron allí en busca de refugio. Pero el aumento de la población y la falta de agua han provocado tensión creciente. El CICR perforó nuevos pozos, pero la espera para obtener agua potable puede durar varias horas.
  • Niñas de origen bororo en el mercado de Bosso, cercano a la frontera con Nigeria. El conflicto y la consiguiente falta de seguridad provocaron el colapso de la economía local y obstaculizaron gravemente el comercio transfronterizo, así como la pesca, la agricultura en base a irrigación y el pastoreo de tipo nómade. En una región en que las condiciones climáticas son de por sí sumamente precarias y donde las opciones son muy limitadas, las personas deben recurrir cada vez más a la asistencia. Tan solo en Bosso, el CICR presta mensualmente asistencia alimentaria de emergencia a más de 25.000 personas, casi un tercio de la población.
  • Un cirujano, una enfermera y un anestesista del CICR realizan un injerto de piel en el Hospital Regional de Diffa, Níger. Gracias al apoyo del CICR, las víctimas del conflicto armado no necesitan ir a la capital, a más de 1.000 kilómetros de distancia, para una operación de emergencia.
03 mayo 2016

En Níger, en la región de Diffa, decenas de miles de refugiados y personas desplazadas viven en condiciones de extrema precariedad debido a los enfrentamientos en Nigeria, el país vecino. Un sinnúmero de civiles perdieron la vida en ataques y bombardeos que asuelan la región desde febrero de 2015.

Las comunidades locales, que ya antes padecían dificultades económicas y las consecuencias de varias sequías, atraviesan momentos difíciles. La economía se encuentra al borde del colapso tras la casi completa interrupción del comercio con Nigeria. La producción agrícola, centrada alrededor del Lago Chad, sufrió una brusca caída como consecuencia del riesgo de ataques.

El CICR presta asistencia a los habitantes de la región desde el comienzo de la crisis, juntamente con sus socios del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

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