Nigeria: una región al borde del colapso

13 abril 2016
Nigeria: una región al borde del colapso
Campamento de desplazados Federal Training Centre en Maiduguri. Lugares como Maiduguri, Yola y Gombe, en el noreste de Nigeria, se han convertido en el hogar de cientos de miles de personas desplazadas. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

El conflicto armado en el noroeste de Nigeria entre la oposición armada y el ejército nigeriano se ha cobrado miles de vidas y obligado a más de dos millones de personas a huir. Además, muchas personas han sido secuestradas, incluyendo más de 200 estudiantes de Chibok en abril de 2014. La situación ha degenerado en una crisis humanitaria regional, afectando también a los países vecinos Camerún, Chad y Níger.

Campamento de desplazados Malkohi en Yola. Mujeres nigerianas afectadas por el conflicto armado cosen vestidos tradicionales de Nigeria en un campo de desplazados en Yola, donde viven desde hace más de un año. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

Una de las principales preocupaciones de los desplazados internos es la falta de víveres y recursos. Algunas familias sobreviven con apenas un poco de arroz cada día. El CICR es una de las pocas organizaciones internacionales presentes en el terreno para prestar asistencia.

"Una granada explotó en mi tienda cuando un niño entró con ella pensando que era un juguete", comenta Umar Abba, paciente de 33 años de Baga, localidad situada en el estado de Borno. Umar se está recuperando en el Hospital Público Especializado de Maiduguri tras la amputación de su pierna izquierda. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

Debido al número de personas desplazadas, multitud de ciudades como Maiduguri, han visto sus infraestructuras existentes al borde del colapso.

La mayoría de los desplazados se han asentado en escuelas, edificios gubernamentales o con familias de acogida, lo que representa una pesada carga para las comunidades afectadas, ya de por sí empobrecidas.

Cuando las familias tuvieron que huir de sus hogares, dejaron los campos abandonados. La producción agrícola y el comercio han disminuido, lo que está afectando a todo el tejido socioeconómico. Muchas personas desplazadas que han huido también han perdido el contacto con sus familiares.

Campamento de desplazados Federal Training Centre en Maiduguri. Muchos desplazados por la violencia en el noreste de Nigeria, en particular mujeres, niños y ancianos, han tenido que caminar 200 km durante días sin medicación. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

Muchas personas que huyen de la violencia no tienen acceso a atención médica. Las mujeres embarazadas han tenido que dar a luz en condiciones muy difíciles. Los cirujanos se enfrentan a lesiones que por lo general no están acostumbrados a tratar, producidas por explosiones de bomba o bala.

Hospital Público Especializado de Maiduguri. Un anestesista del CICR se ocupa de un herido de bala durante su operación. En colaboración con el Ministerio de Salud, el CICR proporciona atención quirúrgica a los heridos por armas de fuego y desplazados que requieren atención de emergencia. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

La comunidad internacional tienen un papel crucial que desempeñar en la curación de las heridas físicas y psicológicas que se están infligiendo a la población civil. Se debe continuar con el apoyo y la asistencia a las comunidades afectadas para que las huidas en medio de la noche y las pesadillas vividas en la selva por miles de mujeres, niños y ancianos sean cosa del pasado.

Campamento de desplazados Federal Training Centre en Maiduguri. Estos niños huyeron con sus familias para salvar sus vidas cuando el conflicto entre la oposición armada del noreste de Nigeria y el ejército de ese país llegó a pueblo natal en el estado de Boro. Desde hace un año no han podido ir a la escuela y tienen que vestir con harapos. CC BY-NC-ND / CICR / J. Serrano Redondo

Artículo publicado originalmente por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, como parte de una serie de doce historias sobre el conflicto armado y la situación humanitaria en el nordeste de Nigeria y los países de la cuenca del lago Chad.