Perú: <i>CHINKAQKUNA. Los que se perdieron</i> – Fotos y testimonios sobre las personas desaparecidas
El Colectivo Desvela y el CICR publicaron "CHINKAQKUNA. Los que se perdieron", libro que recoge artículos, testimonios, hechos e imágenes sobre los familiares, las instituciones y las entidades del Estado que durante varios años vienen buscando a más de 15 mil personas desaparecidas.
"Para el CICR es importante darles la voz a quienes por muchos años han buscado en silencio. Los familiares de personas desaparecidas han encontrado en la participación en este libro, pero sobre todo en la confección de la "Chalina de la esperanza", un espacio en donde expresar su dolor, pero también su esperanza", relata Rafael Barrantes, responsable del programa personas desaparecidas y sus familiares del CICR para Perú, Bolivia y Ecuador.
Un tema central de CHINKAQKUNA. Los que se perdieron es la intervención simbólica de la "Chalina de la Esperanza", que se ha presentado en el Perú y en diversas partes del mundo como Suiza, Colombia y Chile. La Chalina de la Esperanza, tejida por cientos de familiares de las personas desaparecidas y otras personas de manera solidaria, es una muestra viva del deseo de los familiares por saber cuál ha sido el paradero de sus seres queridos.
En Ayacucho hay provincias en las que hay un sitio de entierro cada tres kilómetros cuadrados. ¿Cómo construir una familia o una sociedad feliz y próspera en un entorno tan desolador?
Silvana Mutti. Extracto de CHINKAQKUNA. Los que se perdieron
El libro contiene compilaciones de la periodista Paola Ugaz e imágenes de la fotógrafa Marina García Burgos, recogidas en Ayacucho y Lima durante las sesiones de tejido de la Chalina, así como su acompañamiento en eventos como exhibiciones de prendas y restituciones de cuerpos que desarrollaron entre los años 2009 y 2011.
Participaron en la presentación Adelina García, presidenta de la Asociación Nacional de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (Anfasep); Sofía Macher, representante del proyecto Lugar de la Memoria; Jorge Bruce, psicoanalista, y la periodista Paola Ugaz.
Si al menos pudiera enterrar sus huesitos, si al menos tuviera a dónde ir a llorar y dejarle flores.
Adelina García Mendoza, esposa de un desaparecido en Ayacucho. Extracto de CHINKAQKUNA. Los que se perdieron
Esta iniciativa editorial, cuyo prólogo fue escrito por Mario Vargas Llosa, da un panorama actual de las dificultades, miedos, angustia pero también fortalezas de los familiares de personas desaparecidas que continúan con la búsqueda de sus seres queridos y esperan respuestas por parte del Estado y de la sociedad.
Iniciativas como Chinkaqkuna deberían ser leídas y difundidas en todo el Perú para ayudar a curar las heridas de quienes sufrieron esta guerra y para que tengamos presente el tipo de país que no queremos nunca volver a ser.
Mario Vargas Llosa. Prólogo de CHINKAQKUNA. Los que se perdieron