Provincia de Kivu Norte, República Democrática del Congo. Personas que huyen de los enfrentamientos camino a Goma.Moses Sawa Sawa/CICR

Un año de “vastas necesidades humanitarias”: las crisis que el mundo no puede pasar por alto en 2023

En este momento, hay más de 100 conflictos armados en el mundo. El sufrimiento que causan en combinación con las perturbaciones climáticas y con el aumento de los precios de los alimentos y de la energía harán de 2023 un año de vastas necesidades humanitarias.

A continuación, describimos brevemente las crisis humanitarias donde las necesidades están en alza y donde se necesita atención y apoyo sostenidos.

Somalia

En Somalia, alrededor de ocho millones de personas —casi la mitad de la población— padecen las devastadoras consecuencias de una sequía que ya lleva cinco temporadas consecutivas, algo que no ocurría desde hacía 40 años. En el mismo período, han aumentado los ataques violentos. Las regiones más afectadas por la sequía son la del centrol y la del sur, en las que el acceso para los organismos humanitarios es difícil.

"Falta agua y alimento. Estamos muy golpeados por la sequía. Si nadie viene a ayudarnos, no tenemos salvación."

Kaha Ahmed, de 51 años, perdió 83 cabras por la sequía; solo le quedan 17.

Según las Naciones Unidas, en 2022, más de un millón de personas dejaron su hogar en busca de alimentos, agua y medios de subsistencia. Alrededor de 300.000 personas sufren niveles catastróficos de inseguridad alimentaria (CIF fase 5). Aproximadamente 1,8 millones de niños menores de cinco años padecen malnutrición aguda. En nuestro centro de estabilización de Baidoa, el número de niños malnutridos que ingresaron triplica la cifra de 2021, y los hospitales que reciben apoyo del CICR registraron un aumento del 30 % en las situaciones con víctimas a gran escala.

En Mogadiscio, una mujer que recibió asistencia financiera del CICR administra una tienda de ropa.
En Mogadiscio, una mujer que recibió asistencia financiera del CICR administra una tienda de ropa. Ismail Taaxta/CICR

República Democrática del Congo

Los enfrentamientos se intensificaron en República Democrática del Congo a partir de octubre de 2022 y llegaron a las afueras de Goma en noviembre. Desde el comienzo del año, los equipos de cirugía del CICR han atendido a más de 1.100 pacientes con heridas provocadas por armas en todo el país. Esta situación se produce tras más de dos décadas de un conflicto que obliga a hombres, mujeres y niños a luchar todos los días por sobrevivir.

"Mi esposa tuvo una infección; la traje aquí porque en los centros de salud de nuestra zona no quedaba nadie. Ahí, el que se enferma de gravedad, se muere."

Ategeka, residente desplazado de Kivu Norte

A pesar del aumento de la violencia armada en la parte oriental del país y de las necesidades crecientes, este país cuatro veces más grande que Francia atrae cada vez menos atención internacional de los donantes y los medios de comunicación.

Provincia de Kivu Norte. Algunas personas internamente desplazadas se han refugiado en la escuela de una pequeña aldea cercana a Goma. Un grupo de jóvenes espera su turno en un puesto de distribución de agua del CICR.
Provincia de Kivu Norte. Algunas personas internamente desplazadas se han refugiado en la escuela de una pequeña aldea cercana a Goma. Un grupo de jóvenes espera su turno en un puesto de distribución de agua del CICR. Trésor Boyongo Kaya/CICR

Yemen

Después de ocho años de conflicto armado, se prevé que la situación humanitaria se agravará en 2023 y que el 70 % de la población dependerá de ayuda humanitaria para sobrevivir. Hoy, alrededor de 19 millones de personas padecen inseguridad alimentaria en todo el país, frente a los 16 del año pasado, cifras que representan respectivamente más del 63 % y el 53 % de la población total. Yemen depende del trigo de Rusia y Ucrania, lo que agrega una complicación para las familias a las que ya no les era nada fácil alimentarse.

"Una vez, un compañero de clase murió de un disparo camino al colegio. Yo estaba con él. Fue espantoso. Quedé cubierto de sangre, no sabía qué hacer."

Ahmed, un joven de 17 años de Taiz

Más del 80 % de la población vive por debajo de la línea de pobreza. Los compromisos internacionales financieros y políticos no logran seguir el ritmo de las acuciantes necesidades humanitarias, por lo que Yemen está al borde del colapso.

Taiz, hospital yemení-sueco. Una médica atiende a una niña de 4 años que sufre de malnutrición, atrofia cerebral y epilepsia. Sus padres no pueden afrontar los gastos médicos periódicos que se necesitan para su seguimiento.
Taiz, hospital yemení-sueco. Una médica atiende a una niña de 4 años que sufre de malnutrición, atrofia cerebral y epilepsia. Sus padres no pueden afrontar los gastos médicos periódicos que se necesitan para su seguimiento. Taha Saleh/CICR

Etiopía


Si bien los enfrentamientos se han interrumpido en el norte de Etiopía, dos años de un conflicto armado brutal han dejado a su paso agudas necesidades humanitarias. Los equipos del CICR han reanudado las operaciones para llevar asistencia humanitaria a Tigray por tierra y aire, y continúan socorriendo a las personas de las zonas cercanas de Amhara y Afar. Estas actividades deberán sostenerse y ampliarse considerablemente para evitar que el sufrimiento recrudezca luego de meses de hambre y sin atención médica.

"Algunos de los pacientes estaban en estado crítico; gracias a estos insumos médicos, muchos están recuperándose y han vuelto a caminar."

Mussie Tesfay, director administrativo del Hospital Ayder de Mekelle

Las secuelas de la violencia no hacen más que complicar los efectos de la devastadora sequía que afectó diversas regiones de Etiopía. Una serie de varias temporadas de lluvia fallidas condujeron a una sequía de tal magnitud que murieron millones de cabezas de ganado en algunas partes del país, y los animales que sobrevivieron están débiles y han perdido su valor de mercado. Los pastores ven desaparecer su modo de vida, igual que los agricultores que, sin lluvias, no tienen qué cosechar.

Región de Tigray. Un empleado del CICR informa a miembros de una comunidad local antes de iniciar una distribución de semillas y fertilizantes.
Región de Tigray. Un empleado del CICR informa a miembros de una comunidad local antes de iniciar una distribución de semillas y fertilizantes. Eric Samson Chege/CICR

Siria

En Siria, más de once años de conflicto han causado graves daños en la red hídrica, que redujeron el suministro de agua entre un 30 % y un 40 %. Apenas el 52 % de los hospitales del país están en funcionamiento. Este año, el alza de los casos de diarrea acuosa aguda sumó otro factor de sufrimiento y puso de relieve la importancia de prevenir el colapso de la infraestructura esencial. Si estos sistemas se derrumban por completo, el impacto en las comunidades será desastroso: desde la propagación de enfermedades infecciosas al posible desplazamiento de grandes masas de personas, con todo lo que eso conlleva.

"Una emergencia de salud pública es lo último que necesita Siria."

Fabrizzio Carboni, director regional del CICR para Oriente Próximo y Oriente Medio

En el noreste de Siria, la situación humanitaria sigue siendo insostenible: las condiciones básicas se deterioran tanto dentro como fuera de los campamentos. Desde mediados de 2022, en Al Hol, el campamento más grande, permanecen más de 55.000 personas, el 70 % de las cuales son niños y viven en la miseria.

Gobernación de Rif Dimashq. Un equipo de contaminación por armas del CICR ingresa en Darayya para examinar municiones sin estallar con colegas de la Media Luna Roja Arabe Siria.
Gobernación de Rif Dimashq. Un equipo de contaminación por armas del CICR ingresa en Darayya para examinar municiones sin estallar con colegas de la Media Luna Roja Arabe Siria. Ammar Saboh/CICR

Sahel (Burkina Faso, Chad, Mauritania, Malí, Níger)

 

El cambio climático, los conflictos armados y la crisis alimentaria en curso han creado un dramático círculo vicioso en la región del Sahel en el que han quedado atrapadas millones de personas.

"Nos gustaría asesorar a las madres para que amamanten bien a sus hijos, pero cuando vemos lo malnutridas que están, nos resignamos. La crisis alimentaria tiene consecuencias muy duras para las mujeres y los niños."

Dahani Tombiano, partera de Fada, Burkina Faso

En 2022, más de 10,5 millones de personas padecieron malnutrición en toda la región. Para los cuatro millones de desplazados por el conflicto y el cambio climático, la situación es desastrosa. Más del 80 % de la población del Sahel depende de la agricultura para sobrevivir; una vez desplazadas, las personas pierden acceso a sus tierras y medios de subsistencia, lo que las vuelve inmediatamente más vulnerables a la inseguridad alimentaria. Los recursos menguan y, en muchos casos, los desplazados deben compartir el agua, los alimentos y la tierra con comunidades receptoras que ya padecen una crisis alimentaria grave.

Una aldea cercana a Ménaka, Malí. Amina (con el pañuelo amarillo), que huyó de la violencia armada en un país vecino, conversa con personal del CICR. La información proporcionada ayudará a rastrear a su tía y a restablecer el contacto con sus familiares.
Una aldea cercana a Ménaka, Malí. Amina (con el pañuelo amarillo), que huyó de la violencia armada en un país vecino, conversa con personal del CICR. La información proporcionada ayudará a rastrear a su tía y a restablecer el contacto con sus familiares. Sidi Boubacar Diarra/CICR

Haití

En Haití, más de tres millones de personas padecen necesidades humanitarias exacerbadas por la violencia armada prolongada, los disturbios civiles y el rebrote de cólera. Los enfrentamientos armados entre pandillas o con las fuerzas policiales están en aumento. La violencia armada disuade a las personas de buscar alimento o les impide acceder a tratamientos médicos, y cuando se trasladan a pesar de la inseguridad generalizada, el riesgo de sufrir heridas es alto.

"Los hospitales apenas funcionan, y la inseguridad es una fuente constante de temor para las familias haitianas, sobre todo en Puerto Príncipe, la capital. Un puñado de organizaciones humanitarias responden a algunas de las necesidades más urgentes, pero es mucho más lo que se precisa para evitar el colapso total de los servicios esenciales."

Yssouf Koné, jefe de la misión del CICR en Haití

Al mismo tiempo, el acceso humanitario a la población que vive en zonas afectadas por la violencia armada sigue siendo difícil o casi imposible. El brote de cólera agrava la situación para miles de personas y se extiende en las cárceles haitianas.

Puerto Príncipe, Haití. Personas desplazadas por la violencia armada en el barrio de Cité Soleil.
Puerto Príncipe, Haití. Personas desplazadas por la violencia armada en el barrio de Cité Soleil. REUTERS/Ralph Tedy Erol

Ucrania

Millones de personas afectadas por el conflicto armado internacional entre Rusia y Ucrania deberán atravesar los meses más fríos del año con un suministro limitado de calefacción y agua tras los ataques a obras de infraestructura esencial. Es probable que quienes más sufran sean los más vulnerables, como los niños, las personas mayores, los heridos y las personas con discapacidad, que son no solo los más afectados por las condiciones climáticas, sino también los que menos medios tienen para encontrar fuentes alternativas de agua y calefacción. 

"Oí una explosión y en un segundo todo se me vino encima. Empecé a abrirme paso entre los escombros, por el laberinto del techo derrumbado y los muebles rotos. De algún modo conseguí arrastrarme hasta afuera y vendarme la pierna."

Nadezhda, residente de la región de Donetsk.

Por ejemplo, reparamos 80 viviendas dañadas en la pequeña aldea de Volnovakha y las aldeas cercanas de la región de Donetsk, donde instalamos nuevas ventanas, puertas y techos. También se realizaron otras reparaciones generales para ayudar a las personas a pasar el invierno en su hogar.

Región de Kiev, Bucha. Un equipo del CICR evalúa la situación de una pareja de personas mayores en Bucha. Con la llegada del invierno, es de prever que quienes más sufran sean los más vulnerables.
Región de Kiev, Bucha. Un equipo del CICR evalúa la situación de una pareja de personas mayores en Bucha. Con la llegada del invierno, es de prever que quienes más sufran sean los más vulnerables. Alyona Synenko/CICR