Venezuela: entrega, dedicación y obstáculos de una enfermera en zona de frontera

Venezuela: entrega, dedicación y obstáculos de una enfermera en zona de frontera

Artículo 22 abril 2021 Venezuela

Como cada mañana desde hace nueve años, Claudia Ortega llega al ambulatorio de Boca de Grita para brindar atención medica en el único centro de salud con el que cuentan sus habitantes en este pequeño pueblo ubicado en el Estado Táchira, al sur occidente de Venezuela y a muy pocos metros de la frontera con Colombia. Todas las personas que se acercan para solicitar su ayuda médica, o necesitan un remedio, acuden sin falta al ambulatorio para ser atendidos por ella.

Boca de Grita es un pueblo de pocos habitantes – alrededor de 5.600 personas – donde la simpatía y calidez de su gente siempre es acogedora. Sin embargo, hoy día llegar hasta allí no es tarea sencilla debido al número de puntos de control dispuestos a lo largo del camino desde San Cristóbal, la capital de Táchira. Aún así, vale la pena ir.

Por dentro y por fuera, el ambulatorio de Boca de Grita refleja el esmero de una persona que lo cuida como si fuese su propio hogar. De hecho, lo fue durante dos años en los que, de día y noche, Claudia abría sus puertas para recibir a quienes lo necesitaran. Tanta era la afluencia de pacientes, que no podía descansar como lo necesitaba en su tiempo libre, por lo que decidió mudarse a otro lugar, pero manteniendo el mismo compromiso. "Todo el mundo sabe dónde vivo ahora, así que si tienen una emergencia me van a buscar a casa y siempre los ayudo", nos cuenta con orgullo.

Como en muchos otros lugares de Venezuela, la pandemia por COVID-19 afectó fuertemente a Boca de Grita. A las casi 400 personas que Claudia atiende cada mes con enfermedades como hipertensión, diabetes, asma, parasitosis, entre otras, se sumaron quienes se han contagiado de coronavirus no solo allí sino en otras zonas aledañas. Además de eso, las medidas de confinamiento y el cierre de la frontera aumentaron las dificultades que ya enfrentaban para poder cubrir sus necesidades más básicas.

Las horas pasan rápido mientras Claudia nos sigue contando la cantidad de necesidades que tiene la comunidad en materia de salud y cómo ha podido enfrentarlas, en ocasiones sin el apoyo de un médico que la acompañe, lo que suma más responsabilidades a su trabajo diario. Pero su ánimo no desvanece ante los obstáculos, y aunque la mascarilla no deja ver su sonrisa, sus ojos muestran la emoción que le causan todas las experiencias que vive cada día en su labor. "A veces me ha tocado atender partos y hasta ser médico cirujano. Ir a vacunar a los niños en otras partes del pueblo también es duro, algunos días me prestan una moto para hacerlo, pero otras, camino bajo el sol para lograr la meta".

La asistencia del CICR al ambulatorio de Boca de Grita ha sido clave para mitigar las carencias que enfrenta la comunidad: dotación de insumos médicos y material de protección (EPP), apoyo para el acondicionamiento de su estructura y gestión de la farmacia; acompañamiento en actividades clínicas y formación en temas sanitarios como el manejo de enfermedades comunes, son algunas de las actividades realizadas en conjunto.

"Algunos me preguntan por qué estoy aquí, y a veces me resulta difícil contestar esa pregunta. En mi corazón siento que estoy aquí por mi vocación y no me imagino en otra parte, aunque tenga otras oportunidades. Hay personas que en realidad me necesitan, y eso es lo que me mantiene aquí, porque su agradecimiento es lo más bonito que me ha pasado."

En 2020, el CICR apoyó al personal sanitario en hospitales y ambulatorios de zonas prioritarias de Venezuela mediante:

• 1.471 toneladas de insumos médicos distribuidas
• Apoyo al trabajo de 12 hospitales, 10 centros de salud primaria, 5 centros de diagnóstico y tratamiento de malaria en El Callao, y 6 clínicas en centros penitenciarios
• 3.669 profesionales de la salud capacitados sobre medidas preventivas, uso del equipo de protección personal y protocolo COVID-19
• 428 profesionales de la salud capacitados para tratar pacientes con traumatismos avanzados en salas de emergencia
• 344 equipos médicos de diagnóstico donados y 256 equipos biomédicos reparados