Honduras: Cruz Roja capacita jóvenes para mantenerlos alejados de la violencia

07-05-2010 Reportaje

En Honduras, la desigualdad social, la exclusión, la ausencia de oportunidades y una creciente violencia son situaciones que afectan a la población, sobre todo a los niños y los jóvenes. Esta nota, que publicamos con ocasión del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja –el 8 de mayo-, describe la situación actual y los desafíos que plantea.

     
©Cruz Roja Hondureña 
   
Honduras, Centro Integral Juvenil PAO 
               
©Cruz Roja Hondureña 
   
Honduras, Centro de Belleza PAO 
               
©Cruz Roja Hondureña 
   
Honduras, Escuela Técnica Enderezado y Pintado 
               
©Cruz Roja Hondureña 
   
Honduras, Feria PAO Colonia San Francisco 
               
©Cruz Roja Hondureña 
   
Honduras, mural callejero pintado en el marco del PAO 
           

Según el observatorio de la violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en lo que va del periodo 2004 al 2009 las cifras de muertos han aumentado en más del cien por ciento a causa de la violencia, en su mayoría por asesinatos. La población de entre 12 y 30 años es la que más muertes registra en el país.

¿Qué se puede hacer para prevenir la violencia juvenil y el riesgo social que perjudica a la población nacional? La Cruz Roja Hondureña intenta dar respuesta a esta situación, consciente de que aún es necesario que otras organizaciones, y en especial la población, actúen también para generar una cultura de paz.

  Asumir nuevos retos  

En diciembre de 2003, la Cruz Roja Hondureña decidió emprender el reto de contrarrestar esta situación creando el Proyecto Ampliando Oportunidades (PAO), para los adolescentes de la colonia San Francisco y zonas aledañas de la capital hondureña. El proyecto piloto cuenta con el apoyo de las sociedades nacionales de la Cruz Roja Española, Holandesa, Italiana y Suiza. Por su parte, el CICR participa desde el 2006 con la adquisición de materiales didácticos, elementos deportivos, herramientas para la capacitación en oficios y para la realización de actividades lúdicas formativas. En 2009 facilitó la capacitación en primeros auxilios, la elaboración de un manual de formación y proporcionó botiquines equipados en varios espacios de la comunidad.

El PAO consiste en prevenir la violencia juvenil por medio de la apertura de espacios recreativos y educacionales, como la ludoteca juvenil, la clínica de atención diferenciada para adolescentes, la escuela de computación, la escuela técnica y la integración de una red interinstitucional.

Cada institución presente en la comunidad aporta sus conocimientos y espacios físicos así como recursos humanos, haciendo posible llegar a la población de entre 11 a 18 años, incluyendo a sus familias y miembros de la comunidad.

Así lo expresan los testimonios de familias y jóvenes que, junto con el equipo de instructores, están mejorando sus condiciones de vida. Este esfuerzo hoy en día es valorado positivamente en las cinco comunidades de influencia del proyecto.

  Capacitación técnica y valores humanitarios  

     

Durban Espinoza, de 18 años, vive con su abuela en la colonia San Francisco de Comayagüela, en la capital de Honduras.

“De cipote (niño) mi papá se separó de mi mamá. No había pensado en cuál era mi futuro, sino que… estaba viviendo por vivir el día. Cada día que pasaba era lo mismo para mí, sólo sabía qué tenía que hacer al día siguiente y (...) El colegio no me gusto y me salí”.

Durban ha encontrado en el PAO opciones para mejorar su situación, mediante la participación en cursos vocacionales y principios humanitarios. “Primero fui voluntario, luego nos empezaron a dar capacitaciones como mecánica y enderezado y pintado”.

“He aprendido a perdonar en vez de vengarme y a ser leal a muchas personas. Antes yo sólo era responsable conmigo mismo, pero no asumía responsabilidades en el hogar”, expresa Dur ban, quien atribuye este cambio de conducta a las oportunidades que le brinda el PAO.

Según Nelson Gerardo Martínez, instructor de mecánica de la Escuela Técnica del PAO, este programa intenta mantener el área vocacional o el área técnica a la par de la difusión de principios humanitarios, mediante charlas participativas. 

  Belleza y respeto  

     

Doris Ortiz, de 15 años, ha recibido diferentes capacitaciones, entre ellas, un curso vocacional de estética y otro de primeros auxilios. Su madre recuerda que, antes, la joven no quería estudiar y era de carácter rebelde. “En cambio ahora le está gustando estudiar”, señala con satisfacción.

Hoy, Doris no solamente sabe embellecer cabelleras, también aprendió a prestar primeros auxilios a quien lo necesite, y valora los principios de la humildad, la enseñanza y el respeto hacia los demás.

Para Marina Martínez, trabajadora social y coordinadora de Ampliando Oportunidades, el proyecto ha sido una forma de explorar y comprobar cuáles son las mejores formas para trabajar con jóvenes y familias.

“Intentamos que los jóvenes puedan reflexionar e incorporen valores por medio de esas reflexiones. A muchos jóvenes les ha costado bastante aprender a perdonar y también a agradecer, pero hoy logran expresarse de acuerdo a sus vivencias”, apunta Lucy Qui oto, responsable de Valores Humanitarios y Primeros Auxilios.

Según los responsables del PAO, la perspectiva a futuro es llevar a más comunidades urbanas y rurales de Honduras la posibilidad de ampliar las oportunidades para la niñez, juventud y comunidades.