Chad: detrás de los muros, un grupo de detenidos recibe formación para reinventarse

En la cárcel de Klessoum, en Yamena, un grupo de detenidos fabrica jabones todos los días. Se trata de una imagen que dista mucho de cómo se suele ver a personas en esa situación. Desde 2022, participan en un programa que lleva a cabo el Comité de la Cruz Roja (CICR), cuyo propósito es transformar su día a día. Al transmitirles competencias profesionales útiles para su reinserción y favorecer acciones concretas para mejorar las condiciones de higiene en la cárcel, este proyecto abre nuevos horizontes a estas personas, a las que la sociedad casi siempre tiende a olvidar.
Ya son 15.000 los jabones elaborados por unas cuarenta personas detenidas, hombres y mujeres que pudieron adquirir un conocimiento específico en el marco de esta iniciativa de producción artesanal, desde que se lanzó el proyecto. En la cárcel de Klessoum, que alberga a una población de unos 3.700 detenidos, estos jabones se utilizan para el aseo personal, el lavado de la ropa de los detenidos y la prevención de las enfermedades relacionadas con la falta de higiene. De ese modo, este proyecto contribuye a mejorar las condiciones de vida de los participantes y les ofrece una actividad que los dignifica.
Solkem Chantal Guerbaye, directora adjunta de la cárcel de Klessoum, destaca el impacto positivo del proyecto: “Esta iniciativa devuelve la esperanza a los detenidos, ya que les muestra que las competencias adquiridas en la cárcel pueden serles de utilidad cuando salgan”.

El proyecto no se limita a mejorar las condiciones de vida en la cárcel, sino que también se propone fomentar la autonomía económica de los detenidos mediante la elaboración de jabones a partir de insumos agrícolas locales. Los ingredientes utilizados son, principalmente, aceite de cacahuete, manteca de karité, aceite de neem, espirulina (algas) y acacia. Pone en valor recursos locales y transmite a los detenidos un conocimiento específico sustentable.
Dosso Lassana, coordinador del programa de Agua y Hábitat del CICR, explica: “Nuestro objetivo a largo plazo es formar a los detenidos para que puedan producir jabón de manera autónoma, y fomentar, así, su independencia económica y su reinserción en la sociedad”.
Este proyecto de fabricación de jabones tiene dos objetivos principales. Por un lado, acompañar a las autoridades penitenciarias en la realización de proyectos de reinserción social dentro de las cárceles, que permita que el CICR vaya retirando progresivamente su asistencia directa. Por otro lado, facilitar la higiene de los detenidos por medio de una actividad que además genere ingresos y fomente, así, su reinserción.

Hasta el momento, los jabones producidos se utilizan exclusivamente dentro del establecimiento penitenciario, para responder a las necesidades de higiene de los detenidos. Sin embargo, a mediano y largo plazo, podría considerarse la comercialización extramuros de los jabones, lo que permitiría financiar la compra de los insumos agrícolas locales y garantizar la perdurabilidad de la actividad, según las capacidades de producción.
Un consultor externo imparte una formación anual y talleres periódicos de reciclaje, que ofrecen competencias sustentables y concretas a los detenidos.

Todos los detenidos, independientemente del motivo de su encarcelamiento, deben ser tratados con dignidad y respeto, de acuerdo con el compromiso del CICR.
Esto incluye el derecho a condiciones de detención humanas, a la higiene, a la alimentación y al acceso a la asistencia de salud. Si bien prestamos especial atención a las personas detenidas en el marco de conflictos armados, algunas de nuestras actividades —como prestar apoyo técnico, asesoramiento para mejorar la gestión de un centro de detención o, incluso, acompañar un proyecto como el de la cárcel de Klessoum— benefician a la población carcelaria en su conjunto en los lugares en los que realizamos nuestra labor.
Esta actividad en favor de las personas privadas de libertad encarna perfectamente nuestros principios, al ofrecer una luz de esperanza y un camino hacia un futuro mejor, como siempre sostuvo Nelson Mandela: “Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás”.