República Democrática del Congo: los restos explosivos de guerra vuelven a ser una amenaza para la población

El uso de armas explosivas en varias zonas pobladas de República Democrática del Congo (RDC), en especial en la provincia de Kivu Norte, provocó la contaminación por restos explosivos de guerra en varias zonas. Luego de más de tres décadas de conflictos armados y violencia en la zona este del país, la población vuelve a verse amenazada por este peligro y aprende a enfrentarlo.
Frente a su casa en Sake, a 25 kilómetros de la ciudad de Goma, Franck juega con un precario balón y, cada tanto, levanta la mano derecha, a la que le falta una parte del dedo índice. A los once años, fue víctima de un artefacto explosivo que lo hirió de gravedad. Acaba de salir del hospital, después de haber pasado allí dos semanas. Anhela jugar con su hermanito de tres años y no pierde su espíritu lúdico, a pesar de seguir sintiendo algunos dolores.
“Un día, mientras jugábamos afuera, mi amigo vio un objeto pequeño, lo levantó y comenzó a sacudirlo. Sonaba como una maraca. Se le ocurrió aplastarlo, para sacar lo que se movía adentro. Cuando brotó el humo, le empezó a quemar la mano y me lo arrojó de repente”, relata.

Franck y su amigo encontraron una bomba cerca de un neumático en Mumbabiro, Sake. Movidos por la curiosidad, comenzaron a manipular el objeto, que no creían peligroso. Cuando intentaron romper la bomba, esta explotó e hirió a Franck en el brazo y la mano. El uso de armas explosivas provocó la contaminación de muchas zonas de la región de Kivu, lo que amenaza la vida de las poblaciones civiles. Para prevenir los accidentes, el CICR actúa junto a las comunidades, delimitando las zonas peligrosas.
Según el informe del Landmine Monitor de 2024, las personas civiles representan el 87 % de las víctimas de minas y restos explosivos de guerra. El 37 % de ellas son niños y niñas, ya que suelen ser menos conscientes de los riesgos, y su naturaleza curiosa puede llevarlos a manipular artefactos explosivos cuando juegan.
Exposición al realizar las actividades cotidianas
La ciudad de Saké fue escenario de varios enfrentamientos entre diferentes grupos armados. Los últimos que se produjeron, en especial, entre fines de diciembre de 2024 y principios de enero de 2025, fueron particularmente violentos. Al haber tenido lugar en zonas urbanas con alta densidad de población, se agravaron los riesgos vinculados a los artefactos explosivos, lo que significa una amenaza inmediata a la vida de las personas civiles. Las actividades simples y cotidianas, como jugar al aire libre, trabajar en el jardín, buscar comida o caminar por carreteras sin pavimentar, conllevan en la actualidad un nivel de riesgo potencialmente mortal.
Los casos como el de Franck son recurrentes, no solo en Saké, sino también en la ciudad de Goma que, a fines de enero de 2025, también se vio afectada por el uso de armas explosivas con una amplia zona de impacto. Una parte de las personas heridas por restos explosivos de guerra, como obuses de artillería o de mortero, granadas, bombas o cohetes, fue atendida principalmente en el hospital CBCA Ndosho de Goma, apoyado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Entre enero y marzo de 2025, solo en este establecimiento de salud, el hospital CBCA Ndosho, fueron tratados más de 1.419 heridos por armas, de los cuales 301 eran heridos por artefactos explosivos y restos explosivos de guerra (REG). Esta última cifra puede aumentar, en particular, a causa de la presencia de REG en las ciudades y en las zonas rurales aledañas.
Cerca de Sake, Sifa*, una mujer de unos treinta años, acaba de volver de buscar algunos camotes. Esta madre de cinco hijos regresó a su hogar en el mes de febrero de 2025, tras haber pasado un año como desplazada en un campamento de Goma. Desde su regreso, evita ir a sus campos abandonados en las colinas de Sake. En una ocasión, observó allí restos explosivos de guerra y ya no se atreve a aventurarse en esos terrenos, ni para cosechar, ni para sembrar nuevamente, pese a lo dificultoso que es alimentarse.
“Tengo mucho miedo de esos artefactos explosivos. Esperamos que vengan a quitarlos, para poder cultivar otra vez y sembrar de forma segura. Desde nuestro regreso, para alimentar a mi familia, junto patatas que los vecinos olvidan en sus campos, próximos a las viviendas. Esta posibilidad se agotará algún día, y no sé qué será de nosotros”, se lamenta..

Destin Nalanda, especialista en contaminación por armas, se concentra en la gestión de riesgos relacionados con las municiones sin estallar en una zona sensible, en la que se realizaron señalamientos para delimitar los sectores más peligrosos. El objetivo de estos señalamientos es prevenir los accidentes, alertando a los trabajadores en las zonas contaminadas y, para garantizar la seguridad, se actualizan con regularidad, en especial, en caso de que se descubran nuevos peligros.
Sensibilización sobre los riesgos entre la población civil
Para prevenir los accidentes, el equipo del CICR trabaja en la identificación y señalización de zonas contaminadas. A fines de marzo de 2025, la organización también lanzó una campaña para sensibilizar a los líderes comunitarios sobre los riesgos vinculados a los restos explosivos de guerra y el comportamiento apropiado que se debe adoptar..
“Es la primera vez que vivimos una situación de riesgo permanente con los artefactos explosivos sin estallar. Y también es la primera vez que nos llegan todos estos mensajes de prevención que son tan importantes”, comenta uno de los líderes comunitarios que participa en la sesión de sensibilización organizada por el CICR en Mugunga, uno de los barrios más contaminados de Goma. Unos treinta responsables comunitarios participaron en estas sesiones, y son pocos los que conocen el comportamiento apropiado que se debe adoptar ante los restos explosivos de guerra.
Las escasas ONG que trabajaban en el ámbito de la remoción de minas en Kivu Norte ya no están activas desde los recientes enfrentamientos en la capital provincial, Goma. Para Marwan Nadim, delegado de la Unidad de Contaminación por Armas del CICR en Goma, es fundamental que se establezca rápidamente un mecanismo de respuesta a la contaminación y de limpieza de las zonas afectadas.
“La función del CICR se concentra en la sensibilización de las poblaciones y en la identificación de las zonas contaminadas. Ya hemos efectuado señalamientos en algunos lugares de las ciudades de Sake y de Goma. Ahora, lo importante para las poblaciones es poder tener la tranquilidad de que estos artefactos peligrosos, que han visto y evitado, sean retirados rápidamente o bien neutralizados de manera segura”.

El uso de armas explosivas provocó la contaminación de muchas zonas de la región de Kivu, lo que amenaza la vida de las personas civiles. Para prevenir los accidentes, el CICR actúa junto a las comunidades, delimitando las zonas peligrosas, sensibilizando sobre los riesgos y acompañando a las víctimas.
Paralelamente a las sesiones de sensibilización realizadas con las comunidades, el CICR también prepara mensajes para difundir en varias radios comunitarias. Además, se compartieron imágenes de sensibilización en las redes sociales, a fin de ampliar los mensajes de prevención frente a los riesgos vinculados a la contaminación por armas.
A largo plazo, la presencia de restos explosivos de guerra obstaculiza las posibilidades educativas y económicas, así como el acceso a los bienes esenciales para la supervivencia de la población civil, como las tierras agrícolas y el agua. Se deben tomar medidas prácticas para limitar sus efectos devastadores en las poblaciones civiles. Esto incluye la identificación y el señalamiento de las zonas contaminadas, y también la advertencia a las poblaciones civiles de su presencia y de los peligros que implican.
“Más allá de esta sensibilización de las poblaciones, también es importante que las partes en conflicto tomen conciencia del uso de armas explosivas en las zonas con alta densidad de población. Al limitar los enfrentamientos en zonas urbanas o próximas a los pueblos, pueden contribuir a una mayor protección de las poblaciones civiles”, declara Myriam Favier, jefa de la subdelegación del CICR en Goma.
El CICR continúa sensibilizando a las diferentes partes en conflicto sobre el impacto que su elección en materia de métodos y medios de guerra puede tener en las personas civiles, no solo durante los enfrentamientos, sino también meses o años después de finalizados.