La guerra de los Ducados de 1864

06-04-1998

   

Guerra de Schleswig, 1864.

Los Caballeros de San Juan y los Hermanos del Rauhen-Haus transportan heridos.

(Ref. hist-72)

En los ducados de Schleswig y de Holstein se oponen los intereses alemanes y daneses; estos ducados están anexados a la corona danesa pero gran parte de la población es de lengua alemana. En noviembre de 1863, la muerte de Federico VII, rey de Dinamarca, da lugar a una querella de sucesión que provoca la intervención de Prusia y de Austria.

El 1 de febrero de 1864, los ejércitos austro-prusianos invaden Dinamarca.

El 13 de marzo de 1864, el Comité Internacional decide enviar al sitio de los acontecimientos a dos delegados: el doctor Appia se reunirá con los ejércitos austro-prusianos, y el capitán Van de Velde (delegado de los Países Bajos en la Conferencia de Ginebra de 1863) irá a Dinamarca.

Las instrucciones que reciben los delegados son las siguie ntes:

  1. prestar socorros a los heridos;

  2. estudiar en el lugar de los hechos cómo se ponen o pueden ponerse en práctica las recomendaciones de la Conferencia de Ginebra de 1863.

Los delegados son enviados a uno y otro lado del frente en aras de la neutralidad; se les proporcionan cartas de presentación del Comité Internacional y del Gobierno suizo y llevan un brazal blanco con una cruz roja. El doctor Appia participa en una acción que se desarrolla entre las líneas del frente: la restitución del cuerpo de un oficial danés. Por su parte, el capitán Van de Velde visita a los heridos y prisioneros austro-prusianos en manos de los daneses. Estos dos delegados desempeñan, pues, el papel de intermediarios neutrales, que es explícitamente el del CICR.

Por lo que atañe a las recomendaciones de la Conferencia de Ginebra de 1863, Van de Velde entra en contacto, en Copenhague, con una asociación que se ocupa de heridos y de sus familias; logra hacer que se considere como una de las sociedades de socorro previstas por las resoluciones de la Conferencia. Es la fundación de la Cruz Roja Danesa.

En el frente austro-prusiano el ejército acepta la ayuda de médicos y enfermeros voluntarios. Los heridos aliados y los del adversario son tratados con perfecta igualdad. La Cruz Roja Prusiana, que acaba de ser fundada, envía importantes cantidades de socorros y el doctor Appia se reúne en varias ocasiones con su delegado. Appia informa asimismo a los médicos militares sobre el contenido de las resoluciones de la Conferencia de Ginebra.