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Comic sobre desaparición en Colombia llega a manos de los protagonistas de la historia

Dos de los creadores de la historieta 'La sombra de Enrique' se encontraron en Bogotá con las víctimas que protagonizaron este drama. En una breve entrevista, ambos hablan sobre el primer proyecto de este tipo que han hecho en América Latina.

"La búsqueda de mi hijo se muere cuando yo me muera", dice María Nury Quintero. Nadie sabe qué responderle. En sus manos tiene un comic en blanco y negro que relata la historia de la desaparición de su hijo mayor. Su hija, Carolina, también guarda silencio mientras observa la foto del hermano que no ve hace más de 20 años. "Mire, se parecen", dice mientras la pone junto al dibujo.

Junto a ellas están dos personas que hicieron posible la historieta: Emma Saville y Benjamin Dix, de Positive Negatives, una organización inglesa que produce comics sobre temas sociales y de derechos humanos. Han hecho proyectos en Sri Lanka, Etiopía, Somalia, Guinea-Bissau y sobre la crisis de refugiados en Europa. 'La sombra de Enrique' es su primer proyecto en América Latina y fue lanzado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el pasado 30 de agosto en el marco de la campaña por los desaparecidos #AquíFaltaAlguien.

"[El comic] me conmovió pero también me dio nostalgia. Volví a ese sitio y sentí como que todo estaba pasando otra vez. Creo que me ayudó a tener más sanación, me hizo sentir más fuerte", dice María Nury tras haber leído la historieta. "A mí también me impactó mucho", agrega Carolina, "es como si el artista hubiera estado ahí en el momento exacto, en el momento preciso".

Benjamin Dix, director de Positive Negatives, en su encuentro en Bogotá con María Nury Quintero, la madre de 'Enrique'. Rebeca Lucía Galindo / CICR / CC BY-NC-ND

Aunque Emma ha visitado en repetidas ocasiones América Latina, para Benjamin, estar en Colombia mientras se define el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC-EP es algo que nunca olvidará. En una corta entrevista, ambos hablaron sobre el poder del comic para generar conciencia social en torno a problemáticas humanitarias.

¿Por qué contar historias de víctimas en un formato como el cómic, que es más conocido por historias de humor y diversión?

Benjamin: Creo que muchas víctimas quieren contarle al mundo su historia. Quieren gritar y exponer las injusticias que han vivido. Sin embargo, muchas de ellas no pueden hablar, bien sea por temor a retaliaciones por parte de un grupo armado o el Estado. Es difícil contar estas historias en medios tradicionales como la fotografía y el cine porque las identidades de las personas quedan expuestas o hay que borrar sus rostros. Sin embargo, con el comic podemos contar estas historia protegiendo su identidad, les cambiamos los nombres y sus rostros son de caricatura. Ya depende de ellas contarle o no a las personas de su comunidad que esa es su historia.

¿Cómo es que este tipo de proyectos puede generar conciencia sobre temas que, a veces, quedan en el olvido?

Emma: Si estás leyendo un artículo en las noticias sobre personas desaparecidas no te puedes conectar fácilmente con ellas, pero cuando lees una historia personal que está basada en una vida real puedes ponerte a ti mismo en la historia o puedes relacionarlo a alguien que conoces... a un amigo, un vecino. La experiencia es diferente. El comic está hecho de viñetas. Y entre una y otra hay acciones que tú mismo debes conectar para entender qué pasó. Así que el cerebro tiene que consumir el comic de manera activa. Eso también ayuda a que la gente recuerde con más facilidad las historias. Ver una película, por ejemplo, es un ejercicio más pasivo porque todo te es dado.

Entonces tiene potencial para ser un lenguaje más universal.

Benjamin: Alguien me dijo una frase bien interesante: Uno lee libros recostado y relajado, pero uno lee comics inclinándose hacia adelante, porque tienes que 'trabajar' el comic... procesarlo. Cuando vemos ilustraciones podemos relacionarnos fácilmente y pensar: 'bueno, tal vez la madre de Enrique sí puede ser mi madre y quizás este puedo ser yo'. Así que la historia de Enrique la pueden leer fácilmente otras personas que también han perdido a un familiar en Sri Lanka, Mongolia, Somalia...

Esta es la primera vez que hacen un proyecto de comic en América Latina, ¿qué aprendieron de la experiencia?

Benjamin: Trabajar en este proyecto nos dejó emociones nuevas. Antes hemos trabajado en temas de violencia sexual, tráfico de personas, tortura... y esos son temas muy violentos. Este proyecto no tiene ese tipo de violencia, pero hay una tristeza que te golpea en el estómago... porque la familia no ha podido hacer un duelo. Cuando un niño muere en un conflicto y hay un cuerpo y un funeral, hay también un cierre. Es horrible y muy triste pero es posible ir a esa tumba y conmemorar a la persona. Pero cuando no hay un cuerpo ni certificado de defunción, todo queda abierto. Pensé muchísimo en eso mientras hacía este proyecto.

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