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El CICR participa del lanzamiento conjunto del centro mundial para la educación en situaciones de emergencia

El 25 de enero, en ocasión del Día Internacional de la Educación 2021, el CICR y otras organizaciones lanzaron, en Ginebra, el centro mundial para la educación en situaciones de emergencia. Esta iniciativa surge del compromiso contraído en el Foro Mundial para los Refugiados, celebrado en 2019, por diez instituciones deseosas de unir fuerzas y, de manera colectiva, mejorar la educación de los niños y jóvenes desplazados y afectados por crisis.

El centro tendrá sede en Ginebra, Suiza, y cuenta con representantes de Education Cannot Wait, Global Education Cluster, UNICEF, UNESCO, ACNUR, Inter-Agency Network for Education in Emergencies (INEE), Departamento Federal Suizo de Relaciones Exteriores, la Universidad de Ginebra, el Instituto de Graduados y el CICR.

El centro se presenta en el Día Internacional de la Educación 2021. La interrupción inmediata y sostenida de la educación es una de las consecuencias directas de los conflictos armados y de la violencia, lo que implica una alteración en la continuidad de un servicio público esencial. En el lanzamiento oficial, Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias del CICR, resaltó la labor del CICR en el área de acceso a la educación y explicó en qué consiste la contribución de la institución al centro.

"Como actor relativamente nuevo en el "sector" de educación en situaciones de emergencia, valoramos mucho las iniciativas que unen a diferentes organismos en torno al objetivo común de dar protección y apoyo a la educación."

— Helen Durham, directora del departamento de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias del CICR

La educación no es un lujo reservado para tiempos de paz. El derecho internacional humanitario contiene normas para garantizar que las personas continúen recibiendo educación durante los conflictos armados y que los estudiantes, docentes, escuelas y otros establecimientos educativos estén a salvo de las hostilidades. Es una prioridad del sector humanitario y del desarrollo propiciar la continuidad de la educación y un entorno de aprendizaje seguro y adecuado a pesar de los conflictos y la violencia.

Como cosignatario del compromiso, el CICR es miembro fundador de esta nueva iniciativa y se ha propuesto aportar sus conocimientos en DIH y promover el respeto de las normas del DIH que protegen la educación durante los conflictos armados. Además, el CICR contribuirá al intercambio de conocimientos y a los esfuerzos de sensibilización acerca de la importancia de la educación en las situaciones de emergencia, con el aporte de su experiencia en el terreno.

Al CICR le interesa particularmente el aprendizaje que surge de iniciativas más amplias, así como brindarles su apoyo para promover la preparación y la planificación de contingencia, en particular por parte de los ministerios de educación, con el objetivo de minimizar las interrupciones de la educación durante los conflictos armados y otras situaciones de violencia. El objetivo es poner la lupa en los desafíos educativos que enfrentan las poblaciones más remotas y vulnerables, incluidas aquellas que están en las líneas del frente o en zonas volátiles, al margen del control gubernamental.

Como respuesta a los pedidos sistemáticos de apoyo a la educación por parte de las comunidades afectadas, la acción del CICR en este ámbito se estructuró formalmente en 2017, con la adopción de su primer marco y estrategia de acceso a la educación. Encomendó a sus equipos de Prevención, Protección y Asistencia que analizaran las formas en las que los conflictos y la violencia alteran el proceso educativo y que respondieran mediante un mejor acceso de niños y niñas a las escuelas.

En la actualidad, el CICR lleva adelante actividades relativas a la educación integradas en programas en unos treinta contextos operacionales, incluidos proyectos específicos en cinco países y una creciente red de puntos focales para el "acceso a la educación" en sus equipos operacionales en el terreno.

Anhelamos atender en conjunto estas deficiencias sistémicas, que al día de hoy obstaculizan el acceso a la educación segura y de calidad de 127 millones de niños, niñas y jóvenes en zonas afectadas por conflictos armados y por otras situaciones de violencia.