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Filipinas: recuperar la esperanza

En cumplimiento de su cometido, el CICR apoya la atención médica de las personas heridas en conflictos armados, sin distinciones de ningún tipo.

En Mindanao, ello abarca la ayuda permanente a cinco hospitales y el apoyo específico a sus salas de emergencia en casos de pacientes heridos por armas – Hospital Cotabato Memorial (Amas, ciudad de Kidapawan), Hospital Provincial Dr. Amado Díaz (Midsayap, Cotabato del Norte), Hospital Provincial de Agusan (Agusan del Sur), Centro Médico de la ciudad de Zamboanga y el Hospital Provincial de Maguindanao (Shariff Aguak, Maguindanao).

En el primer semestre, ingresaron a los hospitales que reciben el apoyo del CICR en Mindanao 171 personas con heridas de armas. Cuarenta y tres de estos pacientes fueron asistidos mediante el reembolso de los costos de tratamiento.

Los pacientes con heridas que requieren la amputación de un miembro reciben apoyo a través de la colaboración del CICR con la Fundación Davao Jubilee, una organización sin fines de lucro que atiende a personas con discapacidades físicas.Con el apoyo directo del CICR, de enero a julio se atendieron en el centro de la Fundación casi 250 pacientes, de los cuales 61 debieron someterse a una amputación debido a una herida relacionada con el conflicto.

Uno de dichos pacientes es Roel Daanoy, de 54 años de edad, oriundo de la ciudad de Bislig, en el noreste de Mindanao. Su historia es la siguiente.

¿Puede contarnos acerca del incidente que causó la amputación de su pierna?

Sucedió el 19 de junio de 1998 en el interiordel distrito de Mabog, en San Roque, ciudad de Bislig, Surigao del Sur. Yo integraba la Unidad Geográfica de las Fuerzas Armadas de Ciudadanos asignada a la seguridad de un gran aserradero en la zona.

Al regresar de un operativo en una comunidad lejana en el que confiscamos la carga de un camión que transportaba una tala ilegal, fuimos atacados por un grupo armado. Todos sufrimos heridas. Las mías resultaron las de mayor consideración.

¿Cómo reaccionó cuando se enteró de que perdería la pierna?

Decidieron amputarme la pierna izquierda tras un año de internación en un hospital en Manila. El médico me hizo llegar la noticia a través de mi esposa. Lo primero que sentí fue que prefería morir antes que perder una pierna, pero no había alternativa.

¿De qué manera le cambió la vida?

Al principio, no me podía imaginar cómo me arreglaría con una sola pierna. Perdería mi trabajo y tendría que buscar otra fuente de ingresos. Me angustiaba mucho el futuro.

La recuperación física me tomó todo un año, pero aun más aceptar cabalmente la situación.

Aprendí a valorar lo que tengo y, en última instancia, agradecí el haber recibido una segunda oportunidad en la vida.

¿Qué le ayudó a superar el trance?

El nacimiento de mi hija, tres años más tarde, me dio fuerzas para seguir adelante. El apoyo de mi esposa también fue decisivo para mi recuperación.

Estoy agradecido al CICR por su ayudaa través de la Fundación Davao Jubilee, en particular por el suministro de la pierna ortopédica y la fisioterapia, y por cubrir el costo de los futuros ajustes. La prótesis me ayuda a desarrollar mis actividades cotidianas y me permitió mantener a mi familia.

En pocas palabras, la pierna me levantó la moral y me hizo sentir como una persona completa.

¿Cómo es su vida ahora?

Desde el 2009, trabajo como guarda de seguridad en el mismo aserradero, donde gano 200 pesos por día.

Camino a diario por lo menos dos kilómetros por terreno desigual para llegar al trabajo, así me ahorro el costo del transporte.

Mi hija tiene ahora 14 años y mi sueño es que termine la escuela secundaria y, con suerte, la universidad. No tengo idea de cómo solventaré sus estudios superiores, pero haré todo lo que esté a mi alcance para que este sueño se haga realidad.